Una visión alternativa: la iniciativa podría ser simplemente lo que el doctor recetó. La resiliencia económica proviene de la demanda local. Y las medidas proteccionistas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, otorgan a los países en desarrollo fuertes incentivos para realizar las duras reformas necesarias para estimular la productividad, el crecimiento salarial y el consumo interno.
A primera vista, restringir el acceso al mercado más grande del mundo parece perjudicar a los mercados emergentes que dependen de las exportaciones para recuperar terreno frente a las naciones desarrolladas.
Una visión alternativa: la iniciativa podría ser simplemente lo que el doctor recetó. La resiliencia económica proviene de la demanda local. Y las medidas proteccionistas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, otorgan a los países en desarrollo fuertes incentivos para realizar las duras reformas necesarias para estimular la productividad, el crecimiento salarial y el consumo interno.
“Estas medidas obligan a todos los mercados emergentes, y particularmente a China, a seguir el camino de la reforma estructural, algo muy positivo”, dijo Jordi Visser, titular de inversiones del fondo de cobertura de US$1.300 millones Weiss Multi-Strategy Advisers, en Nueva York. “En el caso de China, habrá un esfuerzo continuo de reforma por el lado de la oferta, de reforma de las empresas estatales y de reforma del sistema de pensiones”.
El comercio internacional se ha debilitado en los últimos años y nunca recuperó las tasas de crecimiento anteriores a la crisis financiera mundial. Eso ha presionado a los mercados emergentes a implementar medidas internas políticamente difíciles, como reducir la corrupción, fortalecer los sistemas judiciales para hacer cumplir la legislación contractual, hacer obras de infraestructura y fortalecer el sistema de salud y de pensiones de manera que los hogares tengan confianza para gastar en vez de ahorrar.
“Donald Trump hace que cada país se dé cuenta de que tiene que hacer estas cosas”, dijo Visser, en referencia a las reformas estructurales. Visser prefiere las acciones en el Shenzhen Composite Index de China, donde predominan las firmas más pequeñas y orientadas a la tecnología.
El lunes, tres días después de asumir la presidencia, Trump retiró a Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por su sigla en inglés), cumpliendo con las promesas de campaña de abandonar o reformular los tratados comerciales de Estados Unidos. También les dijo a los líderes empresariales que establecería un impuesto fronterizo “muy grande” a las empresas que trasladen empleos fuera de Estados Unidos. Por otro lado, algunos legisladores propusieron aranceles de ajuste en las fronteras que modifiquen de manera más generalizada los impuestos a las empresas para reducir las importaciones y fomentar las exportaciones.
Toda guerra comercial que agite los mercados globales podría afectar el apetito de los inversionistas por naciones emergentes más riesgosas. El plan de estímulo fiscal de Trump, junto con las restricciones a las importaciones, podrían incentivar la inflación y las expectativas de alzas en las tasas de interés de la Reserva Federal, lo que provocaría el alza del dólar y el encarecimiento de la deuda en dólares de los países en desarrollo.
Visser anticipa que el optimismo sobre Estados Unidos se disipará en los próximos meses, lo que impulsará a otros mercados a repuntar.
“Visualizo que lo mejor del lado estadounidense ocurrirá en el primer trimestre y que a muchos de los mercados globales les irá mejor a partir de ese momento y hasta fin de año”, dijo Visser el lunes en una conversación telefónica. “La retórica sobre la relación internacional de Estados Unidos con el resto del mundo podría generar un desempeño superior de otros mercados a medida que se debilita el dólar por la economía”.
