MERCADOS
El anuncio de Maersk Container Industry (MCIS) por el cierre de su planta de contenedores refrigerados en San Antonio, y el despido de 1.209 trabajadores, remeció a la industria. Frente a esto, diversas reacciones se han dado desde el mundo político y empresarial, por su parte el Gobierno anunció que convocará a una mesa tripartita para ayudar a los empleados afectados.
“En la mañana me reuní con lo máximos ejecutivos de la empresa y me contacté con los presidentes de los dos sindicatos con los cuales acordamos actuar en conjunto para acompañar a los trabajadores», así anunciaba el ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, que el gobierno convocará a una mesa tripartita para ayudar a los trabajadores que fueron despedidos tras el cierre de Maersk.
La mesa contempla a trabajadores, el gobierno, y ejecutivos de la empresa, «para ver la forma en la que podemos ir ayudando en la reconversión y en la búsqueda de nuevas oportunidades laborales”, señaló el ministro.
Monckeberg señaló además que el gobierno velará porque se respeten los derechos laborales e indicó que se pondrá a disposición de los trabajadores despedidos los programas del Servicio Nacional de Capacitación y Empleo.
Además del titular del Trabajo, el presidente de Asimet, Juan Carlos Martínez, señaló que la partida de la firma socia del gremio representa «un duro golpe a la industria metalúrgica y metalmecánica chilena». Martínez también hizo hincapié en la necesidad de políticas públicas que permitan el desarrollo de la manufactura nacional.
La senadora por Valparaíso, Isabel Allende Bussi, también lamentó el cierre de Maersk y advirtió que causará un conflicto social grave en el puerto de San Antonio. «Lamentamos esta decisión, pues son más de 1.200 trabajadores, quienes junto a sus respectivas familias se quedarán sin su principal fuente de ingresos. Es necesario que la empresa realice un esfuerzo y reevalúe su decisión», señaló la parlamentaria socialista.
