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Disidente cubano en huelga de hambre pide que el avión español sea para 26 presos políticos

«La propuesta (española) existió y existe. A la hora que quiera irme, simplemente lo que tengo que hacer es llamar, pero eso está en contra de mis principios», recalcó el huelguista.


El disidente cubano Guillermo Fariñas, en huelga de hambre y sed desde hace más de un mes, dijo que hoy le fue restablecida la alimentación intravenosa, suspendida el sábado por una infección bacteriana, y reiteró que no acepta la oferta de España para viajar a ese país a recuperarse.

Fariñas explicó  que el catéter por el que recibe los nutrientes le fue colocado nuevamente esta mañana en la yugular derecha, en declaraciones por teléfono desde el hospital «Arnaldo Milián Castro» de la ciudad central de Santa Clara, donde está internado desde hace dos semanas.

También continúa con antibióticos, para combatir el «estafilococo aureus» que le causó la infección, y la fiebre le ha bajado hasta 36,2 grados, por lo que se siente mejor.

El sicólogo y periodista opositor, de 48 años, mantiene su postura de no abandonar Cuba porque, según dijo, «sería usar el dolor» de sus «hermanos de lucha que están siendo asesinados lentamente en la cárcel», lo cual va en contra de sus principios.

Fariñas pidió al gobierno español que el avión-ambulancia que le ofrece para viajar a ese país lo ponga mejor a disposición de 26 presos políticos enfermos por cuya libertad comenzó su ayuno.

«La propuesta (española) existió y existe. A la hora que quiera irme, simplemente lo que tengo que hacer es llamar, pero eso está en contra de mis principios», recalcó el huelguista.

Precisó que habló de ello con el embajador español en La Habana, Manuel Cacho, y con el consejero político, Carlos Pérez-Desoy.

«Luego de las tres prisiones que he tenido antes, si hubiera querido exiliarme lo hubiera hecho, porque requisitos me parece que me sobran», añadió.

Fariñas comenzó su ayuno el 24 de febrero, tras la muerte en La Habana del preso político Orlando Zapata Tamayo al cabo de una huelga de hambre de 85 días, y ha insistido en que sólo pide al presidente de Cuba, Raúl Castro, un «gesto humanitario»: la excarcelación de los opositores enfermos.

El gobierno cubano acusa a Zapata y Fariñas de ser delincuentes comunes y «mercenarios» al servicio de Estados Unidos.

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