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Viernes de furia y de muerte en Siria

Informes hablan de al menos 60 muertos durante la jorndada en violentos enfrentamientos luego de la tradicional oración del día. El máximo organismo de derechos humanos de Naciones Unidas condenó este viernes al gobierno de Damasco por utilizar fuerzas letales contra los manifestantes pacíficos e inició una investigación sobre las víctimas y otros supuestos crímenes.


Miles de manifestantes desafiaron a las autoridades sirias y tomaron las calles de la capital, Damasco, y de varias otras ciudades en todo el país.

Diversas fuentes indican que las fuerzas de seguridad dispararon contra los manifestantes en la ciudad sureña de Deraa, donde comenzaron los disturbios a mediados de marzo.

Una fuente médica del hospital de Tafas, a 12 kilómetros del considerado corazón de la revuelta siria, le dijo a la agencia Reuters que recibieron 15 cadáveres con impactos de balas de las fuerzas de seguridad. Sin embargo, grupos de derechos humanos ya hablan de 60 muertos durante toda la jornada de este viernes.

Las fuerzas de seguridad inundaron las calles de Damasco y dispararon gas lacrimógeno mientras terminaban los rezos del viernes.

Los activistas habían convocado a un «día de ira» para protestar contra el gobierno y mostrar su la solidaridad con las víctimas de la represión reciente en Deraa.

Un residente de Deraa, donde las protestas han sido más fuertes, le dijo a la BBC que dos personas habían muerto allí el viernes.

Las informaciones son difíciles de verificar dado el cerco informativo impuesto en el país.

Represión

Como explica un corresponsal de la BBC en Siria (cuyo nombre permanecerá en el anonimato para proteger su seguridad) mientras la llamada a la oración resonaba en los alminares del centro de Damasco, y pequeños grupos de hombres se reunían para rezar, se veían uniformados de seguridad en las calles adyacentes.

Una vez que la oración hubo terminado, la multitud se reunió en la plaza coreando consignas contra el presidente Bashar Al Asad, hasta que el imán salió y llamó a la calma.

En tan sólo cinco minutos la plaza se vació, pero la tensión podía palparse. Unos hombres vestidos de civil le obligaron a un turista a eliminar todas las fotos de su cámara.

«Cuando traté de tomar una foto que alguien me golpeó en la parte posterior de la cabeza y me dijo que me fuera. Cuando salí vi algunos grupos pequeños de hombres en la calle y la policía deteniendo vehículos para comprobar su identidad», relata el corresponsal.

La ciudad ha sufrido días sin energía y se dice que puede «quedar bloqueada».

Condena

Activistas y grupos de derechos humanos dicen que la reciente ofensiva contra los manifestantes ha dejado unos 500 muertos.

En Deraa, por lo menos 50 personas habrían sido muertos a tiros en los últimos días.

Ha habido crecientes críticas internacionales de la respuesta a las protestas contra el régimen del presidente Al Asad.

El máximo organismo de derechos humanos de Naciones Unidas condenó este viernes al gobierno sirio por utilizar fuerzas letales contra los manifestantes pacíficos e inició una investigación sobre las muertes y otros supuestos crímenes.

Las protestas fueron respaldadas esta semana por la Hermandad Musulmana, la organización islámica desintegrada por el padre del presidente Asad en la década de 1980 y prohibida desde entonces.

El miércoles, 200 miembros del partido gobernante Baath renunciaron después de emitir una declaración pública denunciando la represión.

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