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Muere Bin Laden y se abre incierto escenario de seguridad global

Fue el propio presidente Barack Obama quien anunció en la Casa Blanca que el líder de Al Qaeda fue abatido tras una operación militar en el norte de Pakistán. De inmediato, el Departamento de Estado alertó sobre la posibilidad de ataques con «violencia contra objetivos estadounidenses» en todo el mundo. También recomendó el cierre temporal de las embajadas y llamó a sus ciudadanos a que, en lo posible, eviten «salir de sus casas y hoteles» y participar en «reuniones públicas y manifestaciones».


El presidente de EEUU, Barack Obama, anunció anoche  la muerte del terrorista más buscado del mundo, Osama bin Laden.

En una alocución desde la Casa Blanca alrededor de las 23.30 horas local (00:30 de este lunes en Chile) Obama afirmó que, tras haber recibido informaciones de inteligencia fiables sobre el lugar donde se encontraba Bin Laden, en Pakistán, la semana pasada dio la orden de atacar.

Hoy, «un pequeño grupo» estadounidense condujo la operación, en la que, tras un intercambio de fuego, el terrorista fue abatido, quedando su cuerpo en manos de EE.UU.

El presidente estadounidense precisó que Bin Laden fue localizado en la localidad de Abottabad, en el norte de Pakistán. Previamente, la cadena CNN había citado a fuentes gubernamentales para afirmar que se encontraba en una mansión en las afueras de Islamabad.

«Esta noche, EEUU ha lanzado un mensaje inequívoco: no importa cuánto tiempo haga falta, se hará justicia», declaró el presidente estadounidense en su breve declaración.

Diez años después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, en los que murieron casi 3.000 personas en Nueva York, en el Pentágono y en Pensilvania, Obama afirmó que «nuevamente se nos recuerda que EEUU puede hacer lo que se proponga. Esa es nuestra historia».

Obama, no obstante, hizo un llamado  a la cautela, al advertir la posibilidad de que la red terrorista Al Qaeda intente vengarse por la muerte de su líder.

obama bin laden

"Esta noche, EEUU ha lanzado un mensaje inequívoco: no importa cuánto tiempo haga falta, se hará justicia", declaró el presidente Barack Obama.

«Debemos seguir, y seguiremos vigilantes, en EEUU y en el exterior», apuntó el presidente estadounidense, pues, dijo, «no cabe duda de que Al Qaeda seguirá intentando atacarnos».

Alerta máxima

El deceso del líder de Al Qaeda abrió un incierto escenario en la seguridad global, de cara a las posibles represalias que podría tomar la organización terrorista.

De inmediato, el Departamento de Estado de EEUU alertó sobre la posibilidad de ataques con «violencia contra objetivos estadounidenses», que pueden registrarse en todo el mundo.

Por ello,  aconsejó a sus ciudadanos en el exterior, y especialmente a los que vivan en las zonas más susceptibles de reaccionar a estos acontecimientos, que eviten en lo posible «salir de sus casas y hoteles, así como las reuniones públicas y manifestaciones».

Asimismo, puso a sus embajadas bajo la máxima alerta, y recomendó cerrar sus instalaciones temporalmente o al menos hasta que puedan reforzar su seguridad.

En la alerta emitida este lunes, que expira el próximo 1 de agosto, EEUU aconseja a sus ciudadanos que estén pendientes de las noticias locales y, en contacto regular con sus familiares y amigos, para evitar ser motivo de preocupación innecesaria.

Hace pocos días, además,  se conoció a través de cables desclasificados por Wikileaks, una declaración de quien es considerado el segundo hombre de Al Qaeda, Jaled Sheij Mohamed, quien permanece en la cárcel de Guantánamo desde 2006 tras ser capturado en 2003.

Sheij Mohamed sostuvo que el seguro de vida de Bin Laden era una bomba atómica que tenía previsto causar «una tempestad nuclear infernal».

Júbilo en EEUU

Tras conocerse las noticia, fueron cientas las personas  que se concentraron en las afueras de la Casa Blanca. Gritos de «USA, USA», banderas estadounidenses y bocinazos de automóviles en son de celebración se escucharon desde la medianoche en el centro de Washington, donde cientos de personas celebraron la muerte de Osama Bin Laden.

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Sheij Mohamed, considerado el segundo hombre de Al Qaeda, dijo en la cárcel de Guantánamo que el seguro de vida de Bin Laden era una bomba atómica que tenía previsto causar "una tempestad nuclear infernal".

La euforia se hizo palpable cuando Barack Obama confirmó la información que poco antes habían adelantado «The New York Times» y la cadena CNN, citando fuentes del gobierno.

Otra multitud se reunía a la misma hora en Nueva York, específicamente en la Gran Manzana, donde miembros del Cuerpo de Bomberos de la ciudad, uno de los colectivos con más afectados por el atentado contra el World Trade Center, eran vitoreados por los cientos de personas que se agolpaban en la céntrica Times Square de Manhattan.

En los atentados del 11-S murieron en Nueva York 2.752 personas, de las que 343 eran bomberos que acudieron tras el impacto de los aviones contra las Torres Gemelas.

Numerosas personas se aglomeraron ante las pantallas de la céntrica plaza neoyorquina desde que aparecieron los primeros rumores acerca de la muerte de Bin Laden, y la concentración se hizo más multitudinaria después de que Obama lo confirmara oficialmente.

«Es bastante increíble que se haya tardado tanto en conseguir esto. Es una sensación agridulce», reconocía uno de los presentes al canal local NY1, que también recogió declaraciones de manifestantes que portaban carteles con la imagen de Bin Laden y la palabra «Dead» (muerto).

bin laden celebracionesOtro de los congregados, uno de los neoyorquinos que vivió aquellos atentados, agradeció «a todas las tropas estadounidenses» el trabajo realizado para que se pudiera anunciar la muerte de Bin Laden.

En los alrededores de la zona cero de Manhattan, de donde jamás se pudieron recuperar centenares de cadáveres de las personas que murieron en los ataques, se reunieron inicialmente personas en silencio y en su mayoría portando banderas estadounidenses.

Sin embargo, a medida que fueron pasando los minutos, una mayor multitud se fue agrupando en el área, donde se podían ver descorches de botellas y carteles que decían «Obama 1-Osama 0», al tiempo que, al igual que en Washington  gritaban con fuerza «USA, USA».

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