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El oscuro secreto de la industria de la moda: lo que llevamos puesto tiene sangre, sudor y lágrimas

El oscuro secreto de la industria de la moda: lo que llevamos puesto tiene sangre, sudor y lágrimas

El vínculo entre las empresas más exitosas y los países que producen sus artículos es cuestionado en legítima defensa de los derechos más básicos que están siendo violados. Las condiciones de los trabajadores es reducida a la esclavitud. No solo los adultos son explotados, los niños son reclutados por las subcontratas en las regiones más vulnerables, prometiendo a sus padres un salario digno, comida, y acceso a la educación, pero nada más antagónico a la realidad.


La realidad es palmaria después de poner bajo la lupa a grandes marcas sobre las políticas corrosivas, que han dañado significativamente la ecología y miles de decenas de trabajadores.

El vínculo entre las empresas más exitosas y los países que producen sus artículos es cuestionado en legítima defensa de los derechos más básicos que están siendo violados. Las condiciones de los trabajadores es reducida a la esclavitud. No solo los adultos son explotados, los niños son reclutados por las subcontratas en las regiones más vulnerables, prometiendo a sus padres un salario digno, comida, y acceso a la educación, pero nada más antagónico a la realidad.

Niña trabajando en una fábrica de hilados.

En África, una escuela de niños suspende las clases tres veces por semana para llevarlos a cosechar algodón todo el día al rayo del sol, y como premio reciben un caramelo. En Pakistán, un empresario cansado de los reclamos de los niños por someterlos a trabajar en condiciones infrahumanas, les quebró las piernas como castigo. En Bangladesh unas niñas denunciaron que les quemaban la espalda con cigarrillos para que continuaran trabajando. Estos son sólo algunos de todos los abusos que sufren los menores, blanco fácil para esclavistas, en sus propias palabras, “porque son manipulables con mayor facilidad”.

El activista Ehsan Ullah Khan de Pakistán exiliado en Suecia citó: “El 100% de la producción de Zara en Asia es trabajo infantil… Comprar un niño en Pakistán es muy barato y una vez que lo has hecho, puedes hacer con él lo que quieras”.

La ONG Save The Children denuncia que hay oficialmente 218 millones de niños entre 5 y 17 años esclavos, pero la cifra puede extenderse a 400 millones.Niña en un taller textil en Bangadesh.

Las principales responsables son Inditex (Zara, Bershka, Massimo Dutti), H&M, El corte Inglés, Gap, Levi’s, Benetton, Nike, Adidas, Reebok, Converse, Mango, Triumph, Primark y muchas otras, que han sido denunciadas abiertamente por ONG’s.

Estas marcas tercerizan sus producciones en países como Bangladesh, Marruecos, Bulgaria, Vietnam, Tailandia, Indonesia, Pakistán, Turquía, India, Argentina, Honduras, Brasil, Bolivia, Perú, Colombia, México y otros países en donde es más fácil tener grandes producciones a
muy bajos costos, en detrimento
de los abusos perpetrados a adultos y niños desvalidos.Niña bangladesí enferma por la contaminación textil.

El tratamiento de tóxicos y métodos empleados en la producción también ha provocado la muerte de trabajadores, y secuelas irreparablesen su salud. Una de estas técnicas, denominada“sandblasting”, realizada con arena para desgastar jeans de mezclilla, prohibida en Europa desde 1966, pero aún lícita en países como Bangladesh, China, Pakistán, India o Siria donde marcas como Pepe Jeans, Armani, Dieseltienen proveedores. La ONG Ropa Limpia denunció e investigó sobre el “sandblasting”, y declaró que algunas de éstas marcas aún no dieron ninguna respuesta a su solicitud de reemplazar éste método por otros que no pongan en riesgo a los obreros.

Greenpeace en su campaña “Detox” ha estudiado a 20 marcas internacionales. Sus investigaciones afirman que la industria textil es una de las más contaminantes del planeta. Si bien han hallado sustancias tóxicas en todas las prendas analizadas, las provenientes de la marca Zara contenían además sustancias cancerígenas. La ONG denuncia que los gigantes textiles no sólo vierten tóxicos, contaminando ríos o el aire en su elaboración… Ha comprobado que los artículos mantienen residuos tóxicos que siguen un proceso evolutivo en la contaminación por los lavados en el agua, y en los suelos después de ser desechados.

¿Pero qué pasaría si los consumidores comenzamos a elegir las prendas según el respeto hacia el medio ambiente y a los trabajadores en cada eslabón de la cadena productiva?

Nota original de BOGADIA, por Zo Peña.

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