Señor Director:
Internacionalmente, y de forma creciente, los zoológicos han sido cuestionados éticamente por mantener animales en cautiverio y alejados de sus hábitats naturales con el fin de recrear a las personas. En Estados Unidos SeaWorld anunció el término de la crianza de orcas en cautiverio. En Inglaterra la BBC realizó un reportaje que se mostró en horario prime cuyo título fue What are zoos for? Donde expertos vaticinaban el cierre de estas instituciones por falta de asistentes en el mediano-corto plazo. Que estas instituciones disfracen su existencia con propósitos de conservación no resiste análisis dado el paupérrimo presupuesto proporcional que dedican a dichos fines. Historiadores y animalistas ya han cuestionado desde hace varias décadas los orígenes y desarrollo de estas instituciones asociadas a la violencia del colonialismo, la expansión europea, y a una noción jerárquica y artificial del hombre y la naturaleza. Y la ciencia contemporánea ha cuestionado profundamente su rol como entes educadores.
En cuanto al Zoológico del Parque Metropolitano de Santiago, su existencia ha demostrado que es una institución que por sobre todos estos cuestionamientos, además no ha sido capaz de garantizar el bienestar de los animales que aloja, la seguridad de los trabajadores, ni la de sus asistentes. En base a diversas fuentes hacemos un recuento:
30 de Noviembre, 1967: Un avión rompe la barrera del sonido generando un fuerte estallido provocando pánico en los animales. Una cebra quiso huir estrellándose contra un muro de concreto. Un camello se ahoga luego de que se cayera a su comedero; y una osa parda que colgaba de la pared de su jaula, se asustó con el fuerte ruido y se soltó, azotando su cabeza sobre un tronco. Los tres animales murieron.
24 de Junio, 1995: Un cortocircuito eléctrico produjo un incendio durante la noche que quemó los dormitorios de las jirafas. Una cría de un año y medio, un macho de ocho años y dos hembras preñadas de seis y once años murieron.
Mayo, 1996: Doce ciervos murieron asfixiados con su lenguas por el laceo de los trabajadores con el fin de vacunarlos.
16 de Septiembre, 1997: La elefante cayó al foso que separaba a estos animales de los visitantes. Al momento de sacarla no se quitó el cable eléctrico que se había instalado para evitar que el macho se acercara. La elefanta recibió una descarga cayendo tumbada. Existe un video en youtube de este incidente: “Electrocuted Elephant”.
24 de Abril, 2002: Un Puma se escapa y muere tras paro cardiorrespiratorio producto del estrés que le habría afectado durante su recaptura.
29 de Julio, 2012: Tigre blanco es abatido tras atacar a su cuidador luego de que este último no tomara las precauciones necesarias durante un procedimiento habitual para la limpieza y alimentación del animal.
21 de Mayo, 2016: Hombre ingresa a la jaula de los leones africanos siendo atacado por dos de estos animales. Ambos leones fueron abatidos en el acto.
En consecuencia, invitamos a las autoridades, funcionarios del zoológico y la sociedad en su conjunto a repensar esta institución, con altura de miras, tal como otras sociedades alrededor del mundo ya lo han hecho. Creemos esta institución podría convertirse en un sitio con fines exclusivos de rehabilitación y albergue de animales autóctonos que no puedan retornar al medio silvestre. De esta forma, entregaría un servicio real de conservación, nos educaría respecto a nuestras especies nativas, y no sería una triste exposición de animales que simplemente no pertenecen aquí. El zoológico como lo conocemos hoy, ya cumplió su ciclo.
Diego Montecino, PhD(c) University of California, Davis
William San Martín, PhD(c) University of California, Davis
ConScientiaGroup.org
