La Moneda ha considerado que el conjunto de índices que arrojó el censo 2002 y que dan cuenta de los avances sustanciales que experimentó la calidad de vida de los chilenos en la década concertacionista permiten vislumbrar "el Chile del Bicentenario", el leit motiv más trascendental que inspira a la gestión de Ricardo Lagos.
El número de videograbadoras, minicomponentes o equipos de alta fidelidad por casa se duplicó entre 1992 y 2002; hoy el 87% de los hogares tiene televisión a color y el 23,9% tiene conexión a tv cable o satelital. El 78,8% de las casas cuenta con lavadora y el 30,0% tiene microondas; el 20,5 % de los hogares chilenos cuenta con computador, el 10,2 está conectado a internet y la mitad de los hogares chilenos tiene celular. Estas son las cifras y los indicadores arrojados por el Censo 2002 que el Gobierno estaba esperando para darlos a conocer como demostración de que más allá de cualquier problema -de probidad- el proyecto político y social de la Concertación ha dado frutos.
Aunque la guerra de Irak y el caso CORFO-Inverlink han copado tanto la agenda noticiosa que se pierde buena parte del impacto y del brillo de estos datos del Censo 2002, de todos modos La Moneda hizo un acto formal para lanzar su campaña comunicacional que tiene unos componentes muy parecidos a los que tuvo el libro La Revolución Silenciosa de Joaquín Lavín allá por 1988.
La Moneda ha considerado que este conjunto de índices, que hablan de los avances sustanciales que experimentó la calidad de vida de los chilenos en la década concertacionista, permiten vislumbrar "el Chile del Bicentenario", el leit motiv más trascendental que inspira a la gestión de Ricardo Lagos.
Para que no sonara a ceremonia de la autocomplacencia, el Presidente dijo ayer que estas cifras encierran los desafíos que se le plantean al Gobierno: proveer un sistema de salud y previsión que resuelva los problemas de una población que envejece; la necesidad de una solución legal para aquellos que se han separado; mejores empleos en base a una mejor educación; desarrollo y planificación de las ciudades y mejor aprovechamiento de las nuevas tecnologías.
Legítimo orgullo
"Efectivamente, se parece un poco al discurso de la Revolución Silenciosa", dijo ayer a El Mostrador.cl el ministro secretario general de Gobierno, Francisco Vidal, después de la ceremonia en que se entregaron los resultados de la encuesta nacional y las palabras del Presidente sobre el Censo.
"Pero ojo, tiene dos diferencias sustanciales: el Presidente dijo que estas cifras no deben servir para la autocomplacencia y fue claro en que estos resultados no pueden ser usados para encubrir las desigualdades que persisten. Esa sería la diferencia. Además, el propio Gobierno se ha puesto sus metas pendientes.
Aun así, el ministro quiso darle más fuerza a las palabras del presidente agregando que "estos son los diez años que cambiaron a Chile. Chile ha crecido como nunca antes en la historia".
"La Concertación ha cambiado positivamente a Chile, hay resultados palpables (…) Este es el sentido más profundo del proyecto concertacionista", agregó. No escabulló el tema de la relación entre la crisis de imagen que han significado para el Gobierno los escándalos de corrupción y lo positivo que en este contexto, significan las cifras del censo. "Lo que permanece es la solidez de los datos. Esto no es una encuesta, ni un focus. Son miles de datos reales (…) Lo demás hay que enfrentarlo. Gobernar es hacer que el país crezca con igualdad y al mismo tiempo ir enfrentando las dificultades", añadió.
Reivindicó que para el Gobierno es legítimo sentir satisfacción y orgullo porque las cifras del censo expresan unas políticas públicas que son opciones políticas. "La electrificación o las redes de agua potable no ocurren sólo gracias a las leyes del mercado", concluyó.
Una mirada crítica
Por su parte, los institutos de estudio de la derecha coincidieron en que, efectivamente, el país ha tenido importantes avances en la última década, pero aclararon que éstos no son sólo atribuibles a las políticas implementadas por los gobiernos de la Concertación, sino que se deben a la conjugación de procesos anteriores.
Así, a pesar de coincidir con el gobierno en torno a que la calidad de vida de los chilenos ha mejorado desde el punto de vista de un mayor acceso a la tecnología y bienes de consumo, en el Instituto Libertad -ligado a Renovación Nacional- estimaron que eso se debe particularmente a la continuidad en la estrategia de desarrollo diseñada en la década de los ’80.
El analista del organismo José Miguel Izquierdo destacó que los logros que se manifiestan en los resultados del Censo 2002 se basan en un sistema de organización liberal opuestos al modelo de planificación central que defienden los socialistas, y que evidentemente da resultados positivos.
Sin embargo, para Izquierdo lo más "destacable" son los cambios culturales que se pueden percibir en la ciudadanía a través de los resultados del Censo 2002, los que se reflejan -plantea- en que, por ejemplo, aumentan quienes prefieren vivir en pareja en vez de contraer matrimonio o en la disminución del número de nacimientos.
La visión del Instituto Libertad y Desarrollo -ligado a la UDI-, en tanto, coincide con la del Instituto Libertad. La analista Rosa Camhi dice que los logros que muestran los resultados del Censo responden a un proceso de crecimiento económico que se venía dando desde la década de los ’90, lo que se traduce invariablemente en una mejor calidad de vida.
No obstante, Camhi precisa que los avances dicen relación también con los avances tecnológicos a los que Chile ha tenido acceso por efecto de una mayor globalización. Así los avances constituyen una combinación de acceso a más tecnología con mayor crecimiento económico, el que dicho sea de paso se ha ido estancando estos últimos años.
Para Rosa Camhi, sin embargo, estos logros no se pueden atribuir sólo a un gobierno, ya que responden a un proceso de políticas que se han venido implementado con anterioridad a las administraciones de la Concertación, por lo que el oficialismo estaría sumando a sus políticas el producto de las que en los ’80 sentaron las bases para el crecimiento económico.
Además
Los chilenos del siglo XXI
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