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Los movimientos ecologistas se alejan de Bachelet Fin del Acuerdo de Chagual

Los movimientos ecologistas se alejan de Bachelet

Los ambientalistas dijeron basta y decidieron quitar el apoyo comprometido al Gobierno cuando firmaron el acuerdo con la entonces candidata presidencial, pues consideran que no se respetó la garantía de no incluir la opción nuclear en la política energética. El cambio de luces entre la industria y los políticos avanza con propulsión atómica hacia este tipo de centrales, dejando sólo como un eco vacío el discurso verde que apuesta por la fuentes no convencionales.


Sorprendido se mostró el secretario general de Gobierno, José Antonio Viera Gallo, cuando los ambientalistas firmantes del Acuerdo de Chagual le comunicaron el lunes 24 de marzo que retiraban su apoyo a la Presidenta Michelle Bachelet.

Pero se veía venir. El puntapié inicial lo dio la formación en marzo de 2007 del grupo de trabajo conocido como la «Comisión Zanelli», cuyo fin era realizar un estudio sobre la factibilidad de incluir la energía nuclear a la matriz energética nacional, lo que no sacó aplausos entre los adherentes al acuerdo.

Mal que mal, el punto número 7 del documento firmado en 2005 con la entonces candidata presidencial amarraba a su eventual Gobierno a «no incluir la opción nuclear en la política energética nacional’.

Y aunque la jugada se interpretó como una ruptura del compromiso, optaron por confiar en las explicaciones de La Moneda que apuntaban a que el estudio no implicaba un abanderamiento del ejecutivo con esa opción energética, sino a una simple evaluación sobre el estado del arte de la tecnología nuclear. Y que bajo ningún punto se tomaría una decisión al respecto.

Pero continuaron las señales pro nucleares: en el presupuesto para 2008, la Comisión Nacional de Energía incluyó en uno de sus ítems el financiamiento para estudios y «funcionamiento del Grupo de Trabajo en Núcleo-Electricidad». Y luego de que la Comisión Zanelli entregara su informe en noviembre del año pasado, se constituyó un órgano que asesora sobre el tema al ministro de Energía, Marcelo Tokman.

Como broche de oro, durante el seminario «Energía Nuclear: una opción para Chile», patrocinado por la Comisión Nacional de Energía, el Secretario de Estado anunció un presupuesto de US$ 2 millones en 2009 para evaluar la incorporación de esta opción en la matriz energética del país.

Esa fue la gota que rebalsó el vaso y que terminó de convencer a las 23 ONG que suscribieron el acuerdo que el tema estaba más que instalado en la agenda concertacionista.

«Desahuciamos el acuerdo, porque hay una violación flagrante como es la asignación de recursos públicos para realizar estudios en torno al tema nuclear», explica la directora de Chile Sustentable, Sara Larraín.

En todo caso, esto no implica que tiren la toalla para lograr la reforma a la institucionalidad ambiental, otro de los puntos de Chagual. Ni que dejen de ser proactivos en las lides ambientales. El quid del asunto es que las confianzas se rompieron, y «sólo responderemos a solicitudes directas de la Mandataria», detalla la ecologista.

Por otra parte, consideran que «el Gobierno prácticamente no ha avanzado en la mayoría de los puntos», que suman 10. Pero reconocen, eso sí, que la cosa va bien encaminada en lo relativo a los proyectos de ley que crean el Ministerio de Medioambiente y la Subsecretaría del área.

Los guiños desde Lagos

Los cambios de luces entre los políticos y la energía nuclear se iniciaron en el gobierno de Ricardo Lagos.

Durante su mandato el actual ministro de Obras Públicas Sergio Bitar (PPD) visitó Francia para ver in situ la industria. Así como el senador y ex mandatario Eduardo Frei (DC), que fue atendido directamente por la compañía nuclear gala, Areva.

El propio Lagos, en su último discurso del 21 de mayo, anunció la creación de una comisión para estudiar este tipo de energía. Y en marzo pasado se mostró abierto a la opción cuando asistió en calidad de invitado especial para el Cambio Climático de la ONU a un seminario internacional sobre el tema.

El lobby se viene fuerte también desde los propios países interesados en «convencer» acerca de las bondades de la industria, como Canadá, Japón, Estados Unidos y Rusia. Y los parlamentarios no le han hecho el quite.

A un mes de que la Comisión Zanelli entregara su informe, en noviembre de 2007, se concretó la visita de los miembros de la Comisión de Minería y Energía del Senado Ricardo Núñez (PS), Baldo Prokurica (RN) y Jaime Orpis (UDI) a una planta nuclear en Rusia para conocer cómo funciona la industria atómica en ese país.

También le han hecho cambio de luces a esta tecnología, algunos grupos económicos. Los Luksic, por ejemplo, que han viajado y encargado estudios para evaluar la factibilidad de embarcarse en este posible negocio, según detalla la revista Qué Pasa en su último número.

Los Matte, que lideran el proyecto hidroeléctrico de Hidroaysén junto a Endesa, también han encargado estudios. Así como la distribuidora eléctrica AES Gener, que no descarta la opción.

 

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