Su intervención en el Fosis, removiendo al hermano del Presidente de la UDI, fue vista como una acción temeraria del miembro más joven del gabinete. Pero el economista ha sido empoderado por el propio Presidente Piñera, con quien tiene contacto permanente. También ha generado un estrecho vínculo con su par de Interior, Rodrigo Hinzpeter.
La primera semana de gobierno todas las miradas de la derecha estaban puestas en el ministro más joven del gabinete de Sebastián Piñera, Felipe Kast Sommerhoff (32). Lejos de ser percibida como una debilidad, su juventud lo colocó como una de las figuras promisorias del equipo del Mandatario. Incluso se especuló que bajo su mando la cartera de Mideplan podría adquirir un protagonismo que no tuvo en administraciones anteriores, entre otras cosas, por la nueva realidad generada a raíz del terremoto del 27-F.
Pese a que se le reconocía falta de training político, se daba por descontado que con el transcurso del tiempo lo iba a adquirir. Para algunos, a casi dos meses del cambio de mando, el joven Kast aún no logra que su habilidad técnica concilie con la política, para otros en cambio, sólo se trata de un estilo distinto de hacer política.
No es ningún secreto que aunque su apellido lo relaciona al mundo de la UDI a través de su tío, el diputado José Antonio Kast, siempre ha sido independiente. Independencia que dejó de manifiesto al tomar la decisión de pedirle la renuncia al director del Fosis, Pablo Coloma Correa, hermano del timonel gremialista, Juan Antonio. Lo que no sólo desató críticas públicas a su gestión desde la Concertación, sino también comentarios soterrados en la casona de Suecia 286. Si bien en la tienda defienden la decisión asumida por Kast, no deja de sorprender que haya tenido la “sangre fría” para hacer el polémico movimiento. Después de todo, dice una fuente del gremialismo, el afectado es ni más ni menos que “el hermano del presidente de un partido de gobierno”.
Aunque el propio ministro ha señalado que fue difícil pedir el cargo a quienes fueron destituidos en el caso del Fosis, también manifiesta extrañeza que se le dé a este hecho una connotación política. Lo que para algunos demuestra la escasa sintonía política del titular de Mideplan, quien habría sido incapaz de prever los efectos de una determinación de ese calibre. Sin embargo, para quienes estuvieron al tanto de este proceso, aseguran que lejos de actuar desconociendo los efectos de su decisión, Kast “sabía exactamente lo que estaba haciendo y las repercusiones políticas” que ello podría suscitar. Que lo conversó directamente con el Mandatario, quien visó la postura de uno de sus ministros “favoritos”.
Después de este episodio, para un sector de la UDI, Kast representa en los hechos y según su manera de actuar “la nueva forma de gobernar”. La misma que anunció Piñera durante su campaña y que Rodrigo Hinzpeter defiende a rajatabla. De hecho, en La Moneda sostienen que la sintonía entre el titular de Interior y el de Mideplan es “total”. Que Kast cuenta con todo el respaldo del jefe de gabinete, con quien se reúne permanentemente, y también del propio Mandatario, con quien ha generado una especial empatía. Y que Hinzpeter ejerce una “gran influencia” sobre el joven ministro. Un inquilino de Palacio que ha participado en algunas reuniones con ambos, atribuye dicha influencia a que Kast “tiene el mismo estilo de trabajo que Hinzpeter”.
[cita] Para un sector de la UDI, Kast representa en los hechos y según su manera de actuar “la nueva forma de gobernar”. La misma que anunció Piñera durante su campaña y que Rodrigo Hinzpeter defiende a rajatabla. [/cita]
Aunque desde algunos sectores se pone en duda su capacidad política, los partidarios de Kast sostienen que si bien puede ser calificado como “tecnócrata”, es “un tipo muy abierto en materia política” y que si se lo mide bajo los parámetros de los políticos tradicionales, “claramente no calza” y que “uno de sus atributos es justamente que no es un político clásico, porque aporta una mirada diferente”.
Por otra parte, una fuente gremialista reconoce que para Kast no ha sido fácil, porque desde un comienzo se le calificó como “la promesa revelación del gabinete”, generando muchas expectativas sobre su desempeño y, para algunos, hasta el momento sólo se ha quedado en promesa, pero advierte que con el tiempo “va a dar que hablar, va a ir de menos a más”. Sobre todo si logra hacer realidad el proyecto del Ministerio Social. Una de las iniciativas emblemáticas del gobierno y en la que el titular de Mideplan puede, dicen sus defensores, mostrar “todo su potencial”.
En medio del proceso de renovación al que aspiran tanto en la Concertación como en la derecha, la figura del joven ministro no deja de llamar la atención. Porque según un analista político pese a su juventud, Kast podría ser una carta posible de levantar como candidato presidencial, desde el mundo gremialista. Ello, porque en la tienda de calle Suecia no hay hasta ahora una figura para competir con quien en la derecha ven como el más probable sucesor de Piñera: Rodrigo Hinzpeter, a quien visualizan como el “delfín” del Mandatario.
Si bien el ministro de Mideplan es reconocido como un tecnócrata, trabajólico y “mateo”, también se le alaba la “cultura organizacional” que ha impuesto en el ministerio. Se dice que ha generado un “liderazgo de trabajo horizontal”, según el cual “empodera a la gente con la que trabaja y delega funciones, entregándole cuotas de responsabilidad” a todos sus subordinados, lo que crea “un buen ambiente de trabajo en equipo”.
Todas estas características y otras que, quienes siguen atentos su evolución política, esperan vaya desplegando a lo largo de su gestión, con la iniciativa del Ministerio Social de por medio, le dan una proyección que pocos de sus pares en el gabinete pueden llegar a alcanzar y le abren la posibilidad de asumir más temprano que tarde un rol político de envergadura que le permitan despegar del resto de los ministros.
