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Mañalich no aprende: a garabato limpio habló el ministro en encuentro municipal

Al parecer el titular del Minsal no recogió la moraleja que dejó el episodio en que la ex intendenta del Bío Bío Jacqueline van Rysselberghe fue grabada durante un acto público, en el que formuló las «desafortunadas» declaraciones que terminaron por costarle el puesto.


«Si hay algo con lo cual los funcionarios municipales de la salud se van a acordar del ministro Mañalich va a ser lo siguiente: este es el hueón que nos cagó». Con estas palabras, y no sin desatar una risotada generalizada, el titular del Minsal describió la sensación con que a su juicio quedaron los trabajadores de la salud municipalizada frente a su decisión de descontarle las horas no trabajadas durante las movilizaciones que llevó a cabo la Confusam el año pasado.

Las declaraciones las formuló en Rancagua el pasado 15 de este mes, al participar en un congreso de Corporaciones Municipales, oportunidad en la que explicó que «lo que estaba en la ley hizo que se cumpliera y para mí, a mucho orgullo ser recordado de esa manera. Es mejor que ser recordado porque hay que darle leche a las vacas», aludiendo a los dichos de su antecesor durante el gobierno de Ricardo Lagos Pedro García.

Pero el tono coloquial del ministro Jaime Mañalich para referirse a una situación que además involucra a un sector vinculado estrechamente con su cartera, da cuenta que no tomó nota del riesgo al que están expuestas las autoridades en sus intervenciones públicas, sobre todo porque a estas alturas el grueso de los teléfonos móviles que portan los ciudadanos están provistos de sistemas de grabación de audio y video.

Es la precaución que, por ejemplo, no tomó la ex intendenta del Bío Bío Jacqueline van Rysselberghe, quien durante una reunión con vecinos de la población Aurora de Chile de Concepción, relató muy  suelta de cuerpo cómo había logrado hacer pasar como damnificados por el terremoto a personas que no lo eran, con el fin que accedieran a los subsidios de reconstrucción dispuestos por el gobierno, en un episodio que a la postre terminó por costarle el puesto.

«Quedamos desconcertados»

Las palabras de Mañalich no le hicieron gracia a los aludidos. De hecho, la presidenta de la Confusam, Carolina Espinoza, dijo en declaraciones a La Tercera que «quedamos desconcertados» y sostuvo que el secretario de Estado, «junto con amenazar con argumentos fuera de la ley no solo a los funcionarios sino que también a los directivos de salud comunal, además dice garabatos  y nos tiene absolutamente sin palabras, porque no se condice con lo que es un ministro de Estado pudiera decir de manera pública».

Y agregó que «quizás en lo personal uno puede entender que un ministro como cualquier ser humano diga garabatos, y ofenda a otra gente, pero que una actividad pública el ministro de Salud tenga ese tipo de comentarios no nos puede sino hacer ver como que hoy día prácticamente un patrón de fundo está a la cabeza del ministerio de Salud y eso viene a explicar que no hay ninguna disposición de avanzar en la solución de los problemas de salud».

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