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La tensión editorial en TVN que inquieta a La Moneda

Felipe Saleh
Por : Felipe Saleh Periodista El Mostrador
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Les gustaría una cobertura más amable hacia el gobierno, pero hacer cambios sería muy delicado y el canal no puede ir contra la industria, que privilegia los “temas ciudadanos”, que casi siempre atacan a los servicios públicos. La llegada de Andrés Chadwick es vista como positiva para mejorar la mala relación de algunos asesores presidenciales con los medios.


La noche del jueves 14 de Julio el auditorio de TVN estaba repleto de invitados al pre estreno de “Los Archivos del Cardenal”, que se emitió el pasado jueves 21.

Entre los asistentes, en su mayoría personas vinculadas a la Concertación y a la causa de los Derechos Humanos, destacó la presencia del entonces ministro de Justicia, Felipe Bulnes.

Bulnes, es uno de los ministros mejor evaluados del gabinete. Para los que querían  a Hinzpeter fuera de Interior, el nieto de Francisco Bulnes Sanfuentes era una de las cartas para reemplazarlo. Y aunque se quedó en Educación, su presencia el día de la exhibición “fue una señal clara de que La Moneda apoya la gestión de Mauro Valdés”, dice un testigo que ha seguido de cerca la inquietud que hay en una parte del oficialismo por la gestión del director ejecutivo de TVN.

La presencia de Bulnes, eclipsó por completo la ausencia de Herman Chadwick, quien dejó su puesto en Copsa, el gremio de los concesionarios de infraestructura vial, para dedicarse tiempo completo a su puesto como Presidente del Consejo Nacional de Televisión (CNTV). El primo del Presidente reconoció que como consejero votó en contra de asignarle fondos a la serie, que se ganó $300 millones en 2009. En su lugar, fue el radical Roberto Pliscoff, vicepresidente del organismo.

Fricción epistolar

“Los Archivos del Cardenal” se exhibió en el auditorio de TVN, cuando todavía estaban frescas  las críticas que había hecho Carlos Larraín. El Senador y presidente de RN se quejó en El Mercurio, antes de verla,  diciendo que la historia victimizaba  a  la izquierda y especialmente porque “lo que no se hizo en tiempos de la Concertación se hace en el gobierno de la Alianza en el canal estatal”.

El miércoles pasado, Larraín en carta a El Mercurio, puntualizó sus dichos, aclarando que su molestia era porque en 20 años la izquierda había dejado todo “atado, y bien atado y estamos soportando el peso de un predominio político que quiere ser cultural”.

Mauro Valdés, conciente del apoyo que tiene desde el propio Piñera,  le contestó  con otra carta en el mismo diario. Usando parte del discurso que leyó el día del pre estreno.  “Al lanzar esta serie quiero decir que la vocación de TVN como TV pública es la transgresión, pero con contenido: es mover las fronteras mentales y enfrentar nuestros miedos y ataduras”.

Un canal objetivo

Precisamente, los “miedos” hacia TVN, desde una parte de quienes trabajan en  el aparato comunicacional del  Gobierno,  tienen que ver con que “al informar muestren las dos caras de la moneda, y no se dediquen a machacar sólo una. En el fondo se espera que sean objetivos, igual que el resto de los canales”, dice un funcionario de palacio.

[cita]En el sector del  Gobierno que mira el canal con inquietud esperarían a que “TVN actuara parecido a cómo lo hizo en la época de Bachelet, cuando la cobertura era más amable, y no que quede la sensación de que nos ´dan´ desde el Matinal hacia adelante”, dice una fuente del área comunicacional, donde advierten que un canal “en contra” ayuda poco en un contexto de encuestas a la baja.[/cita]

El ejemplo más reciente ocurrió el lunes pasado, cuando Informe Especial mostró un reportaje con los serios retrasos en la reconstrucción en la zona de Dichato, en la Octava Región. El programa mostró las dramáticas condiciones de vida de los damnificados y los violentos incidentes  con Carabineros mientras protestaban. Por último, respaldado en la opinión de expertos, se desmentía a la entonces intendenta Jacqueline Van Rysselberghe quién anunciaba la construcción de viviendas “anti tsunami”.

Después del reportaje Pablo Allard, coordinador del programa de reconstrucción, dio una entrevista en Medianoche, que terminó en un acalorado intento por explicar su posición.

“Pablo consideró injusto que no le dejaran explicar por completo lo que iba a decir, el contexto integral del proyecto  de reconstrucción en Dichato”, dicen en La Moneda.

En el sector del  Gobierno que mira el canal con inquietud esperarían a que “TVN actuara parecido a cómo lo hizo en la época de Bachelet, cuando la cobertura era más amable, y no que quede la sensación de que nos ´dan´ desde el Matinal hacia adelante”, dice una fuente del área comunicacional, donde advierten que un canal “en contra” ayuda poco en un contexto de encuestas a la baja.

Pero también saben que “hacer un cambio significativo dentro del canal sería muy delicado”.  Por eso, el escenario más cómodo es que esto no trascienda.

Porque la misma fuente afirma además que TVN  no puede ir contra “la tendencia de la industria de la televisión, en la que TVN está obligada a autofinanciarse”. Y esa tendencia es a privilegiar los “temas ciudadanos” en el noticiero. Los que generalmente contienen una crítica a los servicios públicos.

Cambio en el diseño

Aunque Mauro Valdés tiene el pleno respaldo de los directores de la Concertación -incluso recibe asesoría de la consultora Imaginacción, del ex ministro Enrique Correa-, uno de sus flancos débiles precisamente está en las cifras.

Entre enero y junio de este año, el canal ha marcado 7,4 puntos de sintonía, la cifra más baja en los últimos cinco años. La estación está en cuarto lugar, empatada con Canal 13 después de Chilevisión y Mega.

“Los Archivos del Cardenal”, llega justo como apuesta para otorgarle sintonía y fidelidad al canal.

Políticamente  hay certeza de que las cosas en relación a la prensa van a cambiar con la llegada de Andrés Chadwick a la Secretaría General de Gobierno. Para algunos el problema de TVN, no es otra cosa que “un problema con todos los medios que han tenido hasta ahora, algunos asesores del Presidente”, cuenta un testigo de la molestia en el oficialismo.

“Había un modo de trabajo que era en base a poner presión sobre los medios, mandando ‘amenazas’, no precisamente desde el equipo de Ena Von Baer”, afirma la misma fuente, concordando en que el nuevo diseño político en materia de comunicaciones irá en otra dirección.

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