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Cómo Longueira desafió a Piñera en el diseño del proyecto de cuotas pesqueras

Miguel Paz
Por : Miguel Paz Subdirector de El Mostrador
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Pese a que el Presidente instruyó a Juan Andrés Fontaine para que presentara al Congreso un proyecto de ley que abriera el concentrado mercado de la industria pesquera a nuevos actores, su sucesor en Economía hizo exactamente lo contrario. Con el argumento de que la iniciativa legal no contaría con los votos necesarios, Longueira logró que una mesa de trabajo de la pesca acordara en tiempo récord mantener las cosas como están. Ambos sostuvieron un tenso encuentro la semana pasada donde abordaron el tema, una de las obsesiones de Piñera desde que en 1991 impulsó la Ley de Pesca.


A mediados de la semana pasada Pablo Longueira tuvo un duro encuentro privado con Sebastián Piñera por el proyecto de ley de licitación del 50% de cuotas pesqueras, en el cual el ministro de Economía le planteó que sería muy difícil que el proyecto fuera aprobado en el Congreso, aseguran asesores del Presidente.

El argumento irritó a Piñera ya que el rubro pesquero es una de sus obsesiones, a tal punto que durante sus vacaciones en Italia, en mayo pasado, el Mandatario llevó consigo la propuesta de proyecto de ley de pesca elaborada por Juan Andrés Fontaine, para estudiarla, y a su regresó instruyó al entonces ministro de Economía seguir adelante con la idea.

La espina en el costado de Piñera con el tema viene de comienzos de los 90, cuando el entonces empresario y senador propuso incluir en la Ley General de Pesca y Acuicultura la posibilidad de licitar las cuotas de pesca. De hecho, el actual Presidente es autor del artículo 27 de dicha ley, que autoriza a la Subsecretaría del ramo a licitar el 50% del total de cuotas de peces de todo tipo (merluza, jurel, etc.). Algo que nunca se ha hecho, debido principalmente a los argumentos de las grandes pesqueras de que no hay suficientes recursos para llevar a cabo una licitación.

Este argumento no fue impedimento para que una vez electo, Piñera pusiera como una de las prioridades de Economía presentar al Congreso un proyecto de ley que terminara con la concentración del millonario negocio en manos de siete familias, incluido el Grupo Angelini.

Incluso, a sabiendas de los estrechos nexos políticos -y en algunos casos financieros- de sectores de la UDI con los grandes pesqueros, Piñera aprovechó su participación en el consejo ampliado del gremialismo en Cauquenes para poner la Ley de Pesca en el tapete, según relató uno de los cuatro diputados UDI que integran la comisión de pesca de la Cámara de Diputados, quienes hasta antes del arribo de Longueira a Economía, habían solicitado que el tema fuera analizado por el gabinete.

Lobby y consenso express

Sin embargo, cuando Longueira asumió como ministro echó por tierra las directrices dadas por Piñera a Fontaine y creó una mesa de trabajo compuesta por 30 miembros –incluida la delegada presidencial Beatriz Corbo, que es hija de un director de una de las grandes pesqueras– para que industriales y pescadores artesanales llegarán a un consenso antes del envío del proyecto al Parlamento, de tal forma que éste no incluyera la licitación de hasta el 50% de las cuotas anuales de pesca.

La mesa de trabajo se constituyó el 9 de agosto y en menos de dos meses concluyó que había que dejar las cosas como están y pedirá al Congreso que el proyecto se apruebe sin licitación por 20 años (ver documento).

[cita]Incluso, a sabiendas de los estrechos nexos políticos -y en algunos casos financieros- de sectores de la UDI con los grandes pesqueros, Piñera aprovechó su participación en el consejo ampliado del gremialismo en Cauquenes para poner la Ley de Pesca en el tapete, según relató uno de los cuatro diputados UDI que integran la comisión de pesca de la Cámara de Diputados, quienes hasta antes del arribo de Longueira a Economía, habían solicitado que el tema fuera analizado por el gabinete.[/cita]

El pasado lunes 26 y tras una reunión que se prolongó por más de siete horas, se cerró el acuerdo con la única oposición de Alfredo Irarrázaval, gerente de la asociación gremial de Pequeñas y Medianas Empresas Pesqueras (Pymepes), quien está alineado con la empresa de capitales noruegos Lota Protein en una ofensiva comunicacional para que nuevos competidores puedan licitar cuotas de pesca. Irarrázaval además criticó el proceso asegurando que «Longueira se convirtió en el ministro de las grandes empresas» y aseguró que el acuerdo estaba amarrado de antes gracias al lobby de las grandes pesqueras, a través de la empresa de comunicaciones de Cristina Bitar.

Uno de los factores clave para el acuerdo, según un asesor de los grandes pesqueros, fue que Longueira consiguió que estos aceptaran darle mayores cuotas de participación a los pescadores artesanales, pese a la reticencia original de Roberto Angelini. Así se desactivaría la posible entrada de nuevos actores ya que una licitación podría significar que los artesanales corran el riesgo de quedar fuera de un negocio que vende unos US$1.800 millones anualmente.

De esta forma, también, se mantendría el mapa de poder compuesto históricamente por los mismos: los Sarquis, cuya pesquera Itata se fusionó con El Golfo, del grupo Yaconi Santa Cruz; Jorge Fernández y Francisco Cifuentes, dueños de Camanchaca, que se fusionó con Bío Bío de la familia Stengel; y Roberto Izquierdo Menéndez, propietario de Alimar. Entre todos concentran más del 80% de las cuotas de jurel.

Echar abajo el acuerdo

Longueira calificó el acuerdo de “histórico”, pese a que expertos en competencia como Eduardo Engel aseguran que el actual modelo no se justifica. Para el doctor en Economía y académico de la Universidad de Yale, lo conveniente sería que “las cuotas de pesca sean asignadas mediante licitaciones competitivas, de modo que las rentas financien programas sociales” y se pueda promover mayor productividad e innovación.

En el Segundo Piso hay asesores de Piñera que aún no logran comprender que Longueira desoyera los deseos del Mandatario, aunque no descartan que el ex presidente de la UDI lo pueda haber convencido con buenas dosis de pragmatismo. La otra tesis es que el Presidente apostará sus fichas a echar abajo el acuerdo en la discusión legislativa del proyecto, con el argumento de que ambas cosas no son “vinculantes”.

En la biografía no autorizada de Piñera, sus autoras Bernardita del Solar y Loreto Daza describen el tozudo carácter del Presidente y cuentan que cuando se le mete una idea en la cabeza, es difícil que cambie de opinión.

Algo así estaría pasando con su objetivo de que exista competencia en la industria pesquera; el último episodio de su historial de desencuentros y disputas con Longueira, quien en 2009 abandonó la campaña presidencial de Piñera asegurando que le faltaba “credibilidad” y compromiso con la pobreza pero igual terminó convertido en su ministro y defendido por parlamentarios gremialistas que nada más ayer advirtieron a sus pares de RN que “a Longueira no se le toca”, a raíz de su disputa con el ministro de Hacienda.

Acuerdo de la Mesa de Trabajo Pesquera

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