Si bien en La Moneda hay confianza en que la carrera en terreno aún no comienza y que siempre es muy difícil desbancar a un alcalde en ejercicio, los números en alza de la candidata independiente han creado un clima de triunfo que puede ser decisivo en la contienda más emblemática de la Municipal 2012.
En el gobierno hay opiniones distintas sobre la suerte que correrá Labbé la noche de las elecciones municipales, pero sí hay certeza que ya son algo del pasado aquellas votaciones del 61 % y 64 % con que fue reelegido en los dos últimos comicios del 2004 y 2008. También coinciden todas las voces en Palacio en que se ha instalado un clima adverso hacia el alcalde y que su liderazgo efectivamente ha sufrido una caída, al punto que se comentan sondeos desde los partidos que hablan de una baja de hasta 20 puntos.
Si antes para Labbé era carrera ganada, comentan en el gobierno, ahora tendrá obligadamente que correr “y tendrá que hacerlo hasta el final, hasta el último día”. Desde la Alianza —añaden— se observa cierto nerviosismo en el mítico edil, quien está en el municipio desde 1996.
En La Moneda reconocen que ante la posibilidad que se dé ese escenario, será inevitable que la derrota de uno de los alcaldes históricos del sector sea un “golpe” y “fuerte”, que además, permitirá establecer la victoria de la candidata independiente como un verdadero “símbolo” del éxito de los movimientos ciudadanos. En todo caso, precisan que Providencia no está entre los objetivos políticos de La Moneda, que tiene los ojos puestos en derrotar a “las ex ministras de Bachelet”, lo que se traduce en retener para el oficialismo las alcaldías de Puente Alto y Santiago, donde se postulan Soledad Barría (PS) y Carolina Tohá (PPD), respectivamente.
Son varias y distintas encuestas las que apuntan a que Josefa “Pepa” Errázuriz ha logrado hacer transpirar al coronel (r). A finales de julio, algunos sondeos de medios de comunicación la instalaron por sobre el edil en las preferencias, y este miércoles, la muestra de MORI arrojó un “empate virtual” entre ambos, dejando a Labbé con un 47 % y a su contrincante con el 45 %.
La directora de MORI, Marta Lagos, destacó ayer que “perfectamente Labbé puede perder la elección”, porque “pasó a ser un político más con protagonismo nacional, lo que lo hizo perder la popularidad conseguida como apolítico. Caso contrario es el que enfrenta Josefa Errázuriz, quien justamente es percibida por el electorado como apolítica”.
[cita]En La Moneda reconocen que ante la posibilidad que se dé ese escenario, será inevitable que la derrota de uno de los alcaldes históricos del sector sea un “golpe” y “fuerte”, que además, permitirá establecer la victoria de la candidata independiente como un verdadero “símbolo” del éxito de los movimientos ciudadanos. En todo caso, precisan que Providencia no está entre los objetivos políticos de La Moneda, que tiene los ojos puestos en derrotar a “las ex ministras de Bachelet”, lo que se traduce en retener para el oficialismo las alcaldías de Puente Alto y Santiago, donde se postulan Soledad Barría (PS) y Carolina Tohá (PPD), respectivamente.[/cita]
Que la brecha entre Labbé y Errázuriz se haya acortado no es un dato menor, basta con recordar el viejo refrán muy utilizado en las lides políticas de que “caballo alcanzado es caballo ganado”. Hay que considerar que la mejor “performance” de un contrincante del coronel (r) fue el 2004, cuando la candidata del PR, Tamara Sepúlveda, sacó el 32 %. Ni antes ni después alguna de las cartas que postularon a la alcaldía logró siquiera hacer mella en las opciones de reelección del edil.
En el gobierno consideran que la encuesta MORI es coincidente con los antecedentes que manejan, en el sentido que el alcalde está cinco o siete puntos arriba. Otros sondeos, como los que han dado a conocer algunos medios de comunicación, critican, “francamente van contra el sentido común” y reflejan que “están mal hechas”.
Una distancia actual de entre cinco a siete puntos a favor del edil no es irremontable, sobre todo si recién mañana viernes comienza el despliegue real —y legal— de la campaña municipal, entrando al tramo más importante: los últimos 30 días.
El carácter de Labbé puede jugarle en contra, como sucedió en julio, cuando se salió totalmente de libreto y ninguneó a su contrincante en una entrevista. “No sé quién es Josefina Errázuriz», ironizó ese 19 de julio y agregó que “esto es como en una empresa, si quieren cambiar a un gerente que está haciendo las cosas bien por una dueña de casa, es cosa de ellos”, declaración con la que se infligió un autogol, porque hizo pública y conocida a Errázuriz.
En el gobierno confían en que, a pesar del clima desfavorable que enfrenta el coronel (r), finalmente retenga la alcaldía. “Puede que baje y mucho, pero no perderá”, sostienen, apostando a que Labbé tiene “voto oculto” importante que las encuestas no reflejan, porque a la gente no le gusta decir que votará por él. A su favor juega, agregan en Palacio, que es regla en política lo difícil que es desbancar a un edil en ejercicio y que aún falta el efecto que tenga su despliegue en terreno estos 30 días de campaña.
Pero Errázuriz también tiene cartas a su favor: la transversalidad política, su sello independiente y su trayectoria de dirigente vecinal, que la alejan de ser una aparecida de último minuto para los electores.
En su entorno reconocen que es difícil ganar, que el escenario es complejo y coinciden con las fortalezas que juegan a favor de Labbé, pero como contrapeso, ella —precisan— “ha mostrado un gran talento para incorporar a todo el espectro político”, la apoyan desde el PC hasta gente de la centroderecha.
Efectivamente hay gente del mundo político y de los partidos que la apoya, incluso cuenta con un comité político que los aglutina y sesiona una vez a la semana. Sin embargo, nadie desconoce que Errázuriz ha sido lo suficientemente inteligente para defender su mayor capital: su independencia.
“Sí es cierto, uno está ahí, pero casi como un vecino más. Ella dirige su propia campaña, ella misma la conduce y lo ha hecho con mucho talento, con mucha independencia”, destaca el ex ministro PS, Ricardo Solari.
