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Carlos Peña barre el piso con trauma  izquierdista por paro de camioneros y su asociación  a la UP y el Golpe de Estado Para el columnista «es el resultado de un recuerdo traumático»

Carlos Peña barre el piso con trauma izquierdista por paro de camioneros y su asociación a la UP y el Golpe de Estado

«La Nueva Mayoría deben entender que continuar a Allende hoy día no significa empecinarse en concebir la realidad social como entonces se la concebía. Y es que así como la gente crece, los países también. Donde había una sociedad excluyente, hoy existe una que ha incluido como nunca antes a las grandes mayorías. Donde existía una clase pequeñoburguesa amenazada, hoy existe una amplia clase media aspiracional. Donde existía la memoria olvidada de lo indígena, hoy existe una conciencia multicultural creciente. Donde había una sociedad de minorías, existe hoy una de masas. Y donde la injusticia era tan flagrante que parecía justificar la violencia, hoy nada la justifica», escribió el rector de la UDP.


Para el abogado Carlos Peña el errático accionar del Gobierno y el bloque gobernante ante el conflicto con los camioneros, que viajaron en caravana desde Temuco para pasar a las afueras de La Moneda y poder reunirse con el gobierno, para el rector de la UDP «es el resultado de un recuerdo traumático».

«Los camioneros despertaron el fantasma: la idea imaginaria que el gobierno tiene de sí mismo y todo lo que a ella está asociado», indicó Peña, en una columna en El Mercurio.

«El Gobierno (la Presidenta en especial, pero también los dirigentes de la Nueva Mayoría) se concibe como heredero de Allende, el continuador de una obra inconclusa, parte de una posta que se habría interrumpido por la dictadura e incluso por los gobiernos de la Concertación. Esa autoconciencia (perfectamente legítima, desde luego) tiene adherida la idea (obviamente errónea) de que si hay continuidad en los anhelos del 70 y los de ahora, entonces los enemigos fácticos y las circunstancias son también los mismos. Si los camioneros condensaron toda la oposición en el 73, ¿por qué ahora habría de ser distinto?».

La frase de los presidentes de partido de la Nueva Mayoría «nos parece altamente incoherente e inconsecuente que una asociación gremial que exige cumplimiento de las leyes en materia de seguridad, realice acciones que atentan contra el orden público y contra el Estado de Derecho». «Si no fuera un recuerdo traumático, esa declaración sonaría simplemente absurda y tonta. Como resultado de un trauma sigue siendo absurda, pero al menos es significativa», dice Peña.

«El diagnóstico según el cual la chilena es una sociedad excluyente y fracturada, acosada por una desigualdad lacerante que solo puede ser corregida mediante reformas radicales, es también fruto de ese fantasma, de esa fantasía identitaria de la Nueva Mayoría que así como le llevó a reaccionar ante una protesta de camioneros como si fuera un acto golpista, la lleva a extender al Chile de 2014 un diagnóstico que venía bien en el Chile de los setenta», agrega en su columna.

«Para sacudírselo de una vez (elaborarlo, diría Freud) el Gobierno y la Nueva Mayoría deben entender que continuar a Allende hoy día no significa empecinarse en concebir la realidad social como entonces se la concebía. Y es que así como la gente crece, los países también. Donde había una sociedad excluyente, hoy existe una que ha incluido como nunca antes a las grandes mayorías. Donde existía una clase pequeñoburguesa amenazada, hoy existe una amplia clase media aspiracional. Donde existía la memoria olvidada de lo indígena, hoy existe una conciencia multicultural creciente. Donde había una sociedad de minorías, existe hoy una de masas. Y donde la injusticia era tan flagrante que parecía justificar la violencia, hoy nada la justifica», finalizó.

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