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La Moneda asume estar  bajo “fuego amigo” y Nueva Mayoría busca neutralizar operaciones internas contra Bachelet Mandataria instala nueva modalidad de diálogo directo con los partidos

La Moneda asume estar bajo “fuego amigo” y Nueva Mayoría busca neutralizar operaciones internas contra Bachelet

Marcela Jiménez
Por : Marcela Jiménez Periodista de El Mostrador
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Soterradamente en el oficialismo se habló por semanas de una redistribución del poder interno en La Moneda para evitar que la administración bacheletista fracase, lo que para muchos en el Gobierno y la coalición tenía mucho olor a una operación para desestabilizar la imagen de la Mandataria.


Durante semanas, meses la verdad, los jerarcas del oficialismo pidieron a La Moneda una instancia de conversación política franca y a puertas cerradas con la Presidenta Michelle Bachelet, la que finalmente se dio esta mañana, en Palacio, por espacio de más de dos horas.

La cita es una señal del Gobierno para intentar romper la pasividad que internamente desde la Nueva Mayoría se le critica a la actual administración. Es una reacción directa al complejo escenario político tras el magro 22% de apoyo a la Mandataria y a la operación que, detectaron, se ha gestado desde las propias filas de la coalición oficialista vinculadas al llamado “partido del orden” ante el vacío de poder que ha imperado en la sede de Gobierno. Y donde algunos leen las últimas declaraciones del ministro Eyzaguirre, y de otros personeros de la antigua Concertación, como parte de ese movimiento de piezas.

Soterradamente en el oficialismo se habló por semanas de una redistribución del poder interno en La Moneda para evitar que la administración bacheletista fracase, lo que para muchos en el Gobierno y la coalición tenía mucho olor a una operación para desestabilizar la imagen de la Mandataria, ya que iba ligado a la divulgación de rumores sobre la salud de la jefa de Estado. Estos intentos gatillaron la furia de Palacio cuando se hicieron públicos, pero no fue sino hasta la reunión de esta mañana que la Presidenta, en conjunto con los timoneles de los siete partidos de la Nueva Mayoría, se hicieron cargo del tema.

[cita] Para Navarro, hasta ahora el tema había sido asumido “con liviandad en sectores de la Nueva Mayoría para entender lo que está en juego de fondo”. Reconoció que “no hay fórmula que permita poner mordaza a los militantes, no hay fórmula que permita a los parlamentarios dejar de ser díscolos, este es un proceso de análisis político” y, por lo mismo, era necesario “reiterar todo nuestro apoyo a la Presidenta ante un plan, en nuestra opinión, urdido para desatar una ola de rumores sobre su salud. Ella goza de extraordinaria salud.”[/cita]

“Hay que reconocer que el peor daño es el del fuego amigo, como se conoce, por lo tanto yo espero que aquellos que tienen observaciones críticas –nosotros hemos dicho lealtad que no es incondicionalidad–, lo hagan en el marco que debe hacerse, pero cuando hay expresiones que transgreden aquello, obviamente nos duelen, que las críticas se hagan donde deben hacerse”, afirmó la presidenta del PS, Isabel Allende, al concluir la cita con Bachelet.

La senadora precisó que la Nueva Mayoría rechaza “la campaña desestabilizadora” que se ha intentado desplegar, que en esta cita reafirmaron su apoyo a la Presidenta, a su “agenda transformadora” y a su equipo de gobierno.

Uno de los pocos que hace semanas advierte de los intentos de golpe blanco al interior del propio oficialismo es el presidente del MAS, Alejandro Navarro. En su calidad de vocero del conglomerado, reconoció hoy que el tema de la operación contra la Mandataria fue conversado en la reunión de esta mañana: “Por cierto que tocamos el tema, todos los partidos tienen en su interior diversos cuadros políticos que repiten lo que la oposición dice, se lo creen y, luego de eso, lo difunden (…) hemos hecho un acuerdo de tener la información adecuada para que nuestros militantes y todos aquellos que se dicen bacheletistas, no se dediquen a repetir rumores falsos, malintencionados, sediciosos, cuando se busca dañar la figura presidencial y se le pone fecha a la renuncia de la Presidenta”.

Para Navarro, hasta ahora el tema había sido asumido “con liviandad en sectores de la Nueva Mayoría para entender lo que está en juego de fondo”. Reconoció que “no hay fórmula que permita poner mordaza a los militantes, no hay fórmula que permita a los parlamentarios dejar de ser díscolos, este es un proceso de análisis político” y, por lo mismo, era necesario “reiterar todo nuestro apoyo a la Presidenta ante un plan, en nuestra opinión, urdido para desatar una ola de rumores sobre su salud. Ella goza de extraordinaria salud.”

Navarro fue un poco más allá incluso y aseveró que la Presidenta está “vivita y coleando”, que goza de muy buena salud, a diferencia de “sus ministros que han tenido problemas y han ido a parar a la cama (…) Burgos, Eyzaguirre y Valdés tuvieron problemas con el invierno, tuvieron recaídas y se enfermaron, si la única que no se enferma en Palacio es la Presidenta de la República”.

En esa línea, el timonel del PPD, Jaime Quintana, acotó que es tarea y “responsabilidad de los partidos, de las bancadas, no podemos seguir haciéndonos eco de campañas sucias, del terror, de mostrar un país que no es, que solo está en ciertas encuestas semanales”.

Nuevo intento

Este no fue el único tema de la reunión ni el único objetivo que tenía su convocatoria en Palacio. La idea –para satisfacción reconocida en privado por los timoneles de la coalición– era dar una señal concreta de terminar con la pasividad política que se cuestionó a la Mandataria y a su Gobierno, tratar de marcar un punto de inflexión político más real y efectivo que el difuso resultado que tuvo el cónclave oficialista del Estadio El Llano el lunes 3 de agosto, que solo dejó en evidencia pública las diferencias internas en el comité político y con la propia Presidenta.

“Las reuniones políticas son precisamente para evaluar lo que existe en el ambiente político, las encuestas son preocupantes, pero hemos ordenado una agenda política para enfrentar aquello, la gestión política ha ido mejorando”, explicó Navarro.

En este nuevo intento por repotenciar el liderazgo presidencial, La Moneda se allanó a una fórmula que hasta ahora no había aplicado y que desde la Nueva Mayoría se reclamó como una carencia desde la campaña, el diálogo permanente y directo de Bachelet con los timoneles de la coalición. “La Presidenta se ha comprometido a que vamos a tener una habitualidad en este tipo de reuniones de trabajo, tal como lo hemos tenido hoy día, nos ha dicho que sí, que esto es bueno, que es un momento complejo de la política, donde abunda el rumor, hay crisis que no lo son pero parecen y es bueno tener una relación directa”, agregó el vocero del conglomerado.

Más allá de las declaraciones de buena crianza, en el Gobierno y la Nueva Mayoría esperan que esto se traduzca en hechos concretos, según reconoció el senador Quintana, como la aprobación en el Senado del candidato a Contralor General, Enrique Rajevic, la agenda laboral, la despenalización de las tres causales de aborto terapéutico. “Todos los temas en discusión debieran ser parte de la oportunidad de la Nueva Mayoría para demostrar cohesión y unidad de propósito, hay una crisis de confianza severa y la mejor forma de corregir ello es pasando a la acción”, agregó el dirigente PPD.

Eso implica ordenar el trabajo y evitar futuros errores no forzados que han caracterizado la gestión gubernamental los últimos meses, como se ha evidenciado con la reforma educacional. Por lo mismo, los dirigentes de la Nueva Mayoría le propusieron a Bachelet que postergue el anuncio del proceso constituyente comprometido inicialmente por la Mandataria para este mes de septiembre.

Los partidos hicieron la observación de que aún faltan elementos no menores, como propuestas de algunas colectividades, un informe del PNUD, el análisis en conjunto del comité político y, dado lo recargado de la agenda de septiembre, se planteó que las primeras semanas de octubre sería un momento más propicio para evitar errores en el proceso.

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