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Colusión del confort cambia el escenario político y debilita agenda empresarial frente a La Moneda Ofensiva contra las reformas queda en entredicho

Colusión del confort cambia el escenario político y debilita agenda empresarial frente a La Moneda

Iván Weissman S
Por : Iván Weissman S Editor El Mostrador Semanal
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El  escándalo sacude al poder del gremio justo en momentos en que tenían al Gobierno a la defensiva, prometiendo escucharlos en medio de la desaceleración económica, con Rodrigo Valdés buscando fórmulas para moderar las reformas y tendiendo puentes mientras ellos presionaban a full usando todos los medios a su alcance. Ya el viernes el Ejecutivo salió a distribuir entre el oficialismo una minuta sobre cómo sacar partido al escándalo. Carlos Correa, ex Secom, dice que se abre una oportunidad política para un Gobierno que estaba débil, mientras los columnistas del fin de semana se dieron un festín con la colusión.


En uno de sus momentos más débiles y en medio de un contexto de alta conflictividad con el sector privado por el programa de reformas, Michelle Bachelet recibe un salvavidas de parte de uno de los empresarios más ricos y poderosos de Chile.

A fines de octubre, la Presidenta tenía una aprobación de menos de un tercio de la población (28%), de acuerdo a la encuesta Cadem, y una mayoría se oponía a sus reformas más emblemáticas, a las cuales el sector privado responsabiliza por la fuerte desaceleración económica que enfrenta el país.

En medio de ese escenario es que explota el caso de colusión de los papeles, que tiene como villano a Eliodoro Matte, líder del conglomerado que lidera el último ranking de grupos económicos elaborado por la Universidad del Desarrollo, publicado hace pocos días. Los Matte son dueños del Banco Bice, de la eléctrica Colbún y de la papelera CMPC. Tienen otros negocios, pero esos son los principales.

La colusión del confort cambia el escenario político y debilita la agenda empresarial frente a La Moneda justo cuando la administración de Bachelet estaba más vulnerable.

El  escándalo sacude al poder del gremio precisamente en momentos en que tenían al Gobierno a la defensiva,  prometiendo escucharlos en medio de la desaceleración económica, con el ministro Rodrigo Valdés buscando fórmulas para moderar las reformas y tendiendo puentes mientras ellos presionaban a full usando todos los medios a su alcance.

“El caso explota justo cuando el empresariado tenía a La Moneda contra las cuerdas y ahora la ventaja pasa a Bachelet y deja a los empresarios a la defensiva”, afirma Correa.

Una fuente gubernamental señala que en Palacio ven una clara oportunidad para contragolpear y esperan que ello se traduzca en que el sector privado ceda en su oposición “visceral” a la reforma laboral. Al mismo tiempo, revela que en el equipo político de La Moneda y en Hacienda ya se han debatido estrategias.

La misma fuente apunta a otro ángulo a explotar por el Gobierno, cual es que el caso servirá para aunar fuerzas y apelar a los sectores más moderados que en el último año han abandonado a la Presidenta y sus reformas.

Eso ya se reflejó el viernes, cuando el Ejecutivo salió a distribuir entre oficialismo una minuta sobre el caso, la que envió a diferentes ministerios y a parlamentarios de la Nueva Mayoría que integran las comisiones de Hacienda y Economía.

El documento fue elaborado por los ministerios de Economía y Segpres y hace hincapié en que los productos afectados dentro de esta colusión son de primera necesidad, “de alto consumo en los hogares chilenos”, al tiempo que destaca que el papel higiénico “es el producto más relevante para la ponderación del IPC en lo que respecta al grupo denominado ‘cuidado personal’”.

La misma Presidenta Bachelet ha tomado un rol activo y abordó el tema con dureza en varias intervenciones públicas.  “Hoy más que nunca, siempre, pero también a partir de lo que hemos conocido en estos últimos días, debemos cuidar la confianza y la transparencia en la política y en el funcionamiento de los mercados. La colusión no es algo aceptable en nuestro país”.

Por su parte, Eugenio Tironi, Carlo Peña, Andrés Benítez y Max Colodro fueron durísimos en sus comentarios sobre el tema, y Carlos Correa, ex Secom, sostiene que se abre una oportunidad política para un Gobierno que estaba débil.

Sobre el particular, el gobierno también ha sido activo a través de las redes sociales, destacando que la administración en marzo presentó un proyecto de ley que busca castigar con cárcel la colusión, insistiendo además en que es una forma de abuso que perjudica a las personas y la imagen del país.

Esa imagen es la que tuvo que defender los pasados días jueves y viernes el propio ministro de Hacienda ante inversionistas de Wall Street en Nueva York.

En su último día allá –a donde viajó junto con una delegación empresarial para explicar las perspectivas de nuestra economía–, Valdés expresó que Chile “ha trabajado fuerte por muchos años para ganarse el estatus de ser un país confiable y atractivo para hacer negocios. Por eso, es muy lamentable y condenamos enérgicamente el cartel que fue descubierto, porque impacta en esa confianza y muestra que el mercado no está funcionando como debiera”.

[cita]Un asesor político con vínculos con el Ejecutivo, la Nueva Mayoría y el sector financiero, dice que esta crisis hay que aprovecharla y “si el Gobierno juega sus cartas bien, el resultado puede ser una acercamiento con el sector privado bajo sus condiciones, pero en que ambas partes salen ganando. Valdés y Burgos tienen ahora una ventaja y la CPC y la Sofofa lo saben”.[/cita]

Además puso énfasis en el proyecto de ley que impulsa el Ejecutivo, que incluye aumento de multas, pena de cárcel para la colusión y perfeccionamiento del mecanismo de delación compensada. “Es importante fortalecer las instituciones para desincentivar a quienes puedan estar pensando en saltarse reglas. Chile requiere de confianza en el Estado y en las instituciones, pero también confianza respecto a que entre los participantes del mercado no hay algunos haciendo trampa, como lo ha develado este caso”, manifestó.

Condena generalizada 

El caso ya se convirtió en emblemático y la imagen del grupo que le dijo “la Papelera No” a Salvador Allende en los 70 está damnificada y, junto a ellos, la de todos los empresarios, porque el escándalo confirma los peores prejuicios y estereotipos de la ciudadanía acerca del empresariado.

Eliodoro Matte  salió a pedir perdón el domingo a través de una entrevista en El Mercurio. Dijo que el  caso le ha provocado el «dolor más grande» de su vida empresarial y califica como una «traición» lo impulsado por un grupo de ejecutivos de larga trayectoria en la compañía, asegurando que él también fue engañado. El presidente de la CMPC –más conocida como la Papelera– señaló que «es el momento de dar la cara, de no eludir responsabilidades, de pedir perdón con humildad y hacer todo lo posible para que cosas como estas no se repitan».

Su rol como presidente del Centro de Estudios Públicos (CEP) está en juego. El consenso es que la imagen del CEP queda golpeada por un caso gravísimo que afecta en forma directa a su presidente y principal benefactor.

Eugenio Tironi –que este año ha pasado a asesorar al Gobierno– fue claro el viernes en un artículo publicado en El Mercurio. «El empresariado y los gremios quedan en muy mal pie”. Y agregó que “quedan también en una situación muy difícil ante la opinión pública, porque se lee como una incongruencia entre lo que estos grupos predican y lo que hacen», puntualizó el sociólogo.

Como este medio reveló el viernes, casi todos los 20 principales grupos económicos del país están manchados por actuaciones reñidas con la ley o la ética. El caso explota justo en momentos en que el sector privado está buscando la fórmula para volver a legitimarse ante la sociedad.

Para Axel Christensen, director para la región de BlackRock, ni la reforma tributaria ni la laboral hacen tanto daño al modelo “como casos tipo ConfortGate”.

Andrés Benítez, en declaraciones a El Mostrador, fue igual de duro con la reputación de los afectados: “Aparecía como una familia que había hecho un gran aporte al país, y lo ha hecho. La Papelera era un ícono del gobierno de Allende. Están los colegios (de la Sociedad de Instrucción Primaria, que preside Patricia Matte). El CEP. Lo lamentable es que detrás de todo esto un grupo de ejecutivos había organizado el mayor cartel en la historia. No era tan perfecto todo”, sostuvo Benítez. Y agregó: “Aunque se presuma la inocencia de Eliodoro Matte lamentablemente todo se va a contagiar y él tendrá que decidir, si piensa que (la colusión) va a contagiar al CEP tendrá que dejar la presidencia por el bien de la institución, aunque sea totalmente inocente. El problema es que su imagen está dañada”.

Igual de crítico fue Max Colodro en La Tercera, al asegurar que el caso ha sido un golpe “para la imagen del grupo económico directamente involucrado, para la clase empresarial en su conjunto y para aquellos que defienden los principios de la economía de mercado”, pero más grave, en su opinión, es que lo que atraviesa el Grupo Matte no es precisamente un hecho aislado. “Lo que el país viene observando desde hace bastante tiempo es una extensión de sus tramas hacia ámbitos cada vez más vastos de la vida social. En rigor, colusiones no es solo lo que ha habido entre las farmacias, productoras avícolas y ahora en la industria del papel. También hemos sido testigos de colusiones escandalosas entre la UDI y el grupo Penta, un amplio segmento de la izquierda chilena y el ex yerno de Pinochet, empresas pesqueras y parlamentarios que votan las leyes que las afectan directamente, candidatos a fiscal nacional que visitan a domicilio a los senadores de cuyo voto depende su cargo, acompañados incluso de abogados defensores de algunos de los imputados en causas políticamente relevantes”.

Un asesor político con vínculos con el Ejecutivo, la Nueva Mayoría y el sector financiero, dice que esta crisis hay que aprovecharla y “si el Gobierno juega sus cartas bien, el resultado puede ser una acercamiento con el sector privado bajo sus condiciones, pero en que ambas partes salen ganando. Valdés y Burgos tienen ahora una ventaja y la CPC y la Sofofa lo saben”.

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