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Estudio revela que araucarias están muriendo de hambre por cambio climático El fenómeno es llamado Carbon Starvation (régimen de hambre)

Estudio revela que araucarias están muriendo de hambre por cambio climático

«El material esencial para la sobrevivencia de las araucarias son los carbohidratos, y las plantas los fabrican a través de la fotosíntesis. Bajo una sequía prolongada no pueden hacer fotosíntesis y se gastan las reservas de carbohidratos. Es como si nosotros nos comiéramos nuestro ‘rollito’, bajo un régimen de hambre te adelgazas y lo gastas, hasta que llega un momento donde no te queda ‘rollito’ al cual recurrir, y mueres», explica quien ha liderado esta investigación.


Desde hace casi un año, Conaf dio la alarma sobre el visible deterioro que estaban sufriendo las araucarias en el sur de Chile. Los síntomas de esta extraña “enfermedad” son la perdida de color verde de las hojas en las ramas inferiores, las que pasan a un color café y se secan. Luego, se sigue secando hacia las ramas superiores, causando en muchos casos la muerte del árbol. Varias cifras se han mencionado respecto al alcance de los daños en el territorio, las que van de 50% a 80% en los sectores más afectados, hasta sitios donde todos los individuos se encuentran sanos.

En un reciente estudio que buscaba establecer las causas que han generado el deterioro de las araucarias en el sur del país, científicos de la Universidad Austral de Chile han encontrado pruebas de que las araucarias del Parque Nacional Conguillío se encuentran en un importante estado de déficit energético, el que sería responsable de generar en ellas el deterioro de sus funciones. Los investigadores, que llevan varios años estudiando los efectos del cambio climático sobre las especies del bosque nativo del sur de Chile, analizaron las reservas de carbohidratos en los tejidos de araucaria que presentaban importantes daños en su follaje y los compararon con los carbohidratos de individuos sanos. El análisis arrojó, que los árboles enfermos presentan niveles de carbohidratos muy por debajo de lo que muestran los arboles saludables, indicando que carecen de las reservas energéticas necesarias para vivir. Cabe mencionar, que las plantas son organismos autótrofos, es decir fabrican su propio alimento (carbohidratos) mediante el proceso de fotosíntesis. Por lo tanto, la ausencia o bajos niveles de carbohidratos en los tejidos es equivalente a mantenerse bajo un régimen de hambre.

“Bajo condiciones de sequía, muchas plantas cierran sus estomas (poros en las hojas) para evitar deshidratarse. Sin embargo, las plantas no pueden hacer fotosíntesis con los estomas cerrados, es decir no pueden fabricar su alimento. Por ello recurren a sus reservas, para poder mantenerse vivas  durante la sequía. Si la sequía dura varios años, como ha ocurrido en el centro sur de Chile, los árboles se encuentran en un punto crítico, en que aún no pueden hacer fotosíntesis y, al mismo tiempo, se han gastado todas sus reservas. De esta forma comienza el deterioro de los tejidos del árbol, se secan hojas y ramas, y el árbol puede incluso llegar a morir de no cambiar las condiciones ambientales. Esto es lo que creemos está pasando en Conguillío a la luz de las evidencias” explica el Dr. Mylthon Jiménez, investigador del Instituto de ciencias Ambientales y Evolutivas de la UACh, quien ha liderado esta investigación.

En términos simples, Jiménez esclarece que «el material esencial para la sobrevivencia de las araucarias son los carbohidratos, y las plantas los fabrican a través de la fotosíntesis. Bajo una sequía prolongada no pueden hacer fotosíntesis y se gastan las reservas de carbohidratos. Es como si nosotros nos comiéramos nuestro rollito, bajo un régimen de hambre te adelgazas y los gastas, hasta que llega un momento donde no te queda rollito al cual recurrir, y mueres», sostuvo.

Durante la última década, ha aumentado considerablemente el reporte de mortalidad masiva de árboles en todo el mundo, a consecuencia de la sequía producida por el cambio climático. En nuestro país no se había hecho evidente este fenómeno hasta ahora. Si bien el “régimen de hambre” puede llegar causar la muerte de cientos de hectáreas de bosques, el Dr. Jiménez advierte que hoy no tenemos evidencia que esto pueda ocurrir, sin embargo existe preocupación e incertidumbre respecto a lo que ocurrirá con araucaria y otras especies, ya que todos los modelos climáticos indican que los periodos de sequía serán cada vez más frecuentes e intensos en el país.

“Nos enfrentamos a nuevos escenarios climáticos que alteran procesos ecológicos básicos sumamente relevantes para la estabilidad de los ecosistemas. Estos están teniendo efectos aún no dimensionados sobre nuestros bosques nativos y los servicios que estos nos proveen. Es necesario incorporar rápidamente estos nuevos fenómenos y procesos a la lista de amenazas para la biodiversidad del país y los sistemas productivos, con el fin de establecer estrategias de mitigación y adaptación que incorporen la realidad local del territorio”, indica el investigador.

El estudio contó con el apoyo de la Dra. Frida Piper del Centro de Investigación en Ecosistemas Patagónicos, la Administración y los Guarda Parques del Parque Nacional Conguillio, y es parte de un programa multidisciplinario de Investigación en Biodiversidad y Cambio Climático de la Universidad Austral de Chile.

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