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Francisco Leturia y la redención de Piñera: «Dávalos, Jovino y Penta compensan todos sus pecados» Dice que para pegarle al ex Presidente hay que revelar asuntos «de otra naturaleza»

Francisco Leturia y la redención de Piñera: «Dávalos, Jovino y Penta compensan todos sus pecados»

El abogado considera que, si el ex Mandatario tiene una virtud, «es que tiene sus defectos a la vista» y destaca que «nadie se engaña con respecto a lo que es o no es». Además, subraya que las acusaciones en su contra no modifican el perfil del candidato, puesto que, según su análisis, «no hay nada nuevo y él nunca ha construido su imagen sobre la base de una persona que no esté vinculada a procesos judiciales».


«La campaña ya fue, solo le quedan un par de lomos de toro». Así define el panorama presidencial el abogado y ex asesor de Sebastián Piñera, Francisco Leturia, quien asegura que, por mucho que se concentre la tensión en los negocios del ex Presidente, «él nunca ha construido su imagen sobre la base de una persona que no esté vinculada a procesos judiciales».

En Piñera -argumenta- estas acusaciones son predecibles, pero no así en los demás políticos.

-¿El hecho de ser un candidato imputado, debilita comunicacionalmente a Piñera?

Estar imputado, básicamente, no significa nada, no es nada importante, sobre todo cuando hay una querella. Estar imputado te da derecho a que se presuma la inocencia y a defenderte, entonces no hay nada anómalo en tener esta condición: no es lo mismo que estar procesado, acusado, etc. Definitivamente no es tan espectacular o rimbombante como a veces en la prensa pareciera que fuera.

Además de eso, hay un fenómeno mundial que es la judicialización de la política: sale mucho más barato y eficiente llevar a alguien al banquillo de los acusados que gastar 10 millones de dólares en propaganda. Si tú logras que alguien salga en la situación de Luksic, yendo a tribunales, con una funa mediática, eso comunicacionalmente es fuertísimo: pasó en EE.UU con la Trump University o con la investigación de los correos de Clinton. En estos tiempos, usar la justicia penal como un mecanismo de campaña es algo que está, desgraciadamente, súper de moda y ojalá que los fiscales no pisen el palito.

-¿Usted sostiene que la gente duda que la querella contra el ex Presidente tenga fundamentos?

-La sospecha que tiene la gente es que esto tiene que ver más con una operación publicitaria, y esto Piñera lo remarca, porque no creo que lo haga intuitivamente. Recordemos que él debe, necesariamente, coincidir con la sensación que tiene la mayoría del país.

-¿Cómo ve el aspecto comunicacional de la campaña presidencial?

La parte comunicacional es bien curiosa e interesante, porque yo te diría que la campaña ya fue: quedan un par de lomos de toro, pero Piñera probablemente será Presidente; y esto, principalmente, porque hubo cuatro años de gobierno que hicieron resaltar su gobierno anterior y, si lo piensas, el jefe de campaña de Piñera fue Michelle Bachelet o Peñailillo. Además, cuando tienes un gobierno con un 20% de popularidad, la gente empieza a recordar cuando las cosas funcionaban bien.

-Usted le quita el peso a la situación judicial de Piñera.

-Es que el perfil de Piñera no cambia, no hay nada nuevo y él nunca ha construido su imagen sobre una base de una persona que no esté vinculada a procesos judiciales;  nada se derrumba con estas acusaciones, al revés, lo que se ha derrumbado durante los últimos tres años es la imagen de los demás políticos. A Piñera le han pegado tanto durante veinte años que la gente no vota por él por entusiasmo o ilusión; la gente no se engaña por Piñera, saben cómo es y votan por él porque, considerando lo que ha pasado, creen que es el adecuado para echar a andar un país.

-¿Piñera es de teflón cuando le tocan sus negocios?

-Lo que pasa, insisto, es que estas acusaciones son demasiado predecibles en el caso de Piñera, pero no eran predecibles en el caso de los demás políticos. Hace diez años, por ejemplo, se le cuestionaban los negocios, pero hoy, Dávalos, Jovino y Penta compensan todos los pecados de Piñera. Lo hacen aparecer como uno más.  Para sorprendernos, en su caso, tendrían que sacar una bomba publicitaria que fuera de otra naturaleza.

Si el candidato fuera el cura Berríos, estas cosas le pegarían mucho más, pero Piñera si tiene una virtud es que tiene sus defectos a la vista, y nadie se engaña con respecto a lo que es  o no es.

-¿Cómo define esta elección presidencial?

-Va a ser de súper bajo estándar, es una elección de fin de ciclo. La gente no pide más que alguien que ordene las cosas, y ese es el mejor escenario para Piñera, porque él es pragmático, calcula y mide todo.  Yo creo que la gente no va a pescar mucho la campaña, ya no están poniendo mucha atención. Una vez más: la campaña, en lo esencial, ya fue; y el criterio de toma de decisión será muy simple y no será muy modificable.

A Piñera le ha convenido mucho toda esta mayor transparencia o salida del clóset que han tenido los políticos, porque antes él era el único y ahora son todos. El que sorprende ahora es ME-O, sorprenden los socialistas, los DC, y esto a Piñera, incluso, lo puede favorecer, porque le permite victimizarse, decir “mire esta gente está desesperada, hacen las peores maniobras para mantener el poder” y como a la gente le gusta las teorías conspirativas, le van a creer. El mayor impacto negativo fue cuando salió la noticia de Exalmar, pero jurídicamente es un delito cometido en Perú, a la Fiscalía ni siquiera le corresponde llevarlo adelante.

-¿Por qué cree que el discurso de Piñera se centró, esta vez, en la derecha y no más al centro?

-Las encuestas muestran que si Piñera se mantiene arriba, con respecto al tono, es lógico que lo primero que tiene que hacer es consolidar su núcleo duro, que son los partidos. Tiene que terminar de sacar del mapa a los candidatos chicos, a los moscardones, que lo molestan, concitar a todos los militantes entorno a él y después salir a buscar otra gente, lo mismo que hizo Trump.

-Usted, al contrario de quienes creen que estas elecciones están muy abiertas, sostiene que lo  que viene será fome y predecible.

-La elección pasada era más interesante, porque había más mística. Además, no veo ni tiempo ni personas con la capacidad de generar movimiento, de sorprender, no veo personas en las que la ciudadanía pueda confiar. Cuando tienes cuatro años a 20% de popularidad, la gente va a preferir las chaquetitas rojas que cualquier otro experimento. Hablar de Goic, de cualquier otro, es voluntarismo político; la gente no está ni ahí con los políticos, es un tema poco interesante, ya le pusieron la nota, se formaron su opinión, así que Piñera va a salir, sobre todo, por estos cuatro años de gobierno y por descarte frente a ninguna alternativa mejor.

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