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“Ha sido una decepción toda esta demora, porque esta causa debió haberse visto hace muchos meses”, dijo el abogado de los denunciantes, Juan Pablo Hermosilla, tomando en cuenta que el rechazo en primera instancia fue en marzo de 2017. James Hamilton, una de las víctimas del otrora poderoso párroco de El Bosque, aseguró que esta causa presenta la oportunidad para que “el Poder Judicial demuestre su independencia de la Iglesia Católica”.
«Mañana después de año y medio podremos apelar”. Así se preparaba ayer James Hamilton, una de las víctimas de Fernando Karadima, para los alegatos de esta jornada en la Corte de Apelaciones de la demanda civil que llevan adelante contra el Arzobispado de Santiago.
Sin embargo, lo ocurrido este jueves en el Palacio de Tribunales fue todo un balde de agua fría para las víctimas del ex párroco de El Bosque. La diligencia fue finalmente suspendida, lo que significará seguir esperando unas semanas.
La demanda presentada por Hamilton, Juan Carlos Cruz y José Andrés Murillo fue rechazada en primera instancia en marzo de 2017 por el juez Juan Muñoz Pardo, pero su resolución seguirá en compás de espera. «Fue una decepción toda esta demora, esta causa debió haberse visto hace muchos meses, aún no entendemos por qué se demora tanto (…) Estamos preparados para enfrentar este tema desde hace mucho tiempo y esperamos que el Estado chileno pueda resolverlo y zanjarlo de una vez por todas”, dijo el abogado de los denunciantes, Juan Pablo Hermosilla.
Ante la suspensión, José Andrés Murillo planteó que «lo que nosotros buscamos es que este juicio, ojalá, sea histórico, porque va a mostrar qué es lo que opina el Estado (…) Hay un cambio de fondo en la cultura, en la sociedad y eso probablemente va a ir empujando a la iglesia».
Por su parte, Hamilton señaló que “acabamos de ver cómo se luchó por la independencia del Poder Judicial. Yo creo que ese mismo Poder Judicial es el que hoy día nos tiene que demostrar también su independencia de la iglesia, no solo del resto de los poderes del Estado”.
Y agregó que “lo que se va a ver acá es un juicio en que la historia nos dirá si el Estado de Chile, sus jueces, estuvieron a favor del abuso, la corrupción, y subyugado al poder de la iglesia o ha sido un poder que hoy es autónomo y hace la pega que le corresponde que es juzgar. Yo tengo la confianza que así va a ser».
Con la demanda, las víctimas solicitan una indemnización de $450 millones además de disculpas públicas por la responsabilidad de la iglesia en el encubrimiento de los abusos de Karadima.
