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250 mil pesos por programa reciben los panelistas del ahora polémico Estado Nacional de TVN

250 mil pesos por programa reciben los panelistas del ahora polémico Estado Nacional de TVN

La salida de madre del ex ministro de Piñera, Jaime Mañalich, en el último programa de Estado Nacional, es para algunos sólo una muestra de cómo el espacio se ha convertido en un ring para que los políticos del establishment tengan un espacio para debatir en las mismas cuotas de poder que lo hacen en otras instancias. “Muchos de los panelistas sienten que tienen un cupo por derecho, y por tanto parecen más interesados en decir lo que quieran, que en intercambiar opiniones y conversar”, comenta un analista.


–Tú eres nueva acá, a mí me invitaron para dar mi opinión y estoy dando mi opinión –fue la frase despectiva que lanzó el ex ministro de Sebastián Piñera, Jaime Mañalich, a Andrea Arístegui, la nueva conductora del programa “Estado Nacional” de TVN.

Poco antes la periodista le había pedido al ex titular de Salud, pruebas sobre lo que el médico describió como una «conspiración» para enterrar el caso Caval. Esto, porque el fiscal que estaba a cargo del caso, Luis Toledo, fue incluido en la quina de postulantes a Fiscal Nacional, de entre los cuales debe escoger la Presidenta Michelle Bachelet para enviarlo al Senado.

Mañalich se sintió presionado y dijo que su juicio se basaba en el «sentido común», por lo que Arístegui le dijo que eso podía ser «cualquier cosa». El emplazamiento enfureció al ex ministro.

Fuera de cámaras, la molestia del ex ministro de Sebastián Piñera, Jaime Mañalich, fue más allá y acusó a la periodista de ser “operadora de izquierda”. No sólo eso, a su círculo más cercano le expresó -cuando le preguntaron por el episodio- que su verdadera molestia era porque sentía que la agudeza de Aristegui correspondía a un apretón en su contra porque la semana anterior había sido muy duro con Francisco Vidal.

Porque Estado Nacional, a diferencia de otros programas de conversación periodística, como Tolerancia Cero, se ha levantado como una especie de muestreo de los partidos políticos del establishment y de la clase política, en cámara. Por esto es que, según señalan diversos panelistas que han pasado por el programa, siempre se ha entendido que van dos representantes de la Nueva Mayoría y dos de la Alianza.

El peso de los partidos

“Es simplemente la vieja estructura de los partidos con la que se da el escenario político en Chile y así se ha entendido también en el programa”, comenta un antiguo panelista, que también señala que es por esta razón que se buscó un quinto panelista que permitiera poner otras voces también sobre la mesa; también para tratar temas al ritmo del programa que ha ido cambiando: “Hace seis años lo que dominaba la escena eran los analistas. Eso cambió hacia el año 2013 e incluso pudimos ver a un parlamentario panelista, como Jorge Burgos, o una futura ministra, como Ena von Baer”, comenta otro panelista, quien también confirma que a cada uno de quienes se sientan a la mesa, ahora junto a Andrea Aristegui, cada domingo, reciben aproximadamente $250.000 pesos por programa.

Es esta trinchera televisada del establishment, la que según algunos analistas, es tan fuerte que traspasa la pantalla. “El affair Mañalich reveló un cierto diseño que subyace al interior del programa y que se traduce en cómo se sienten muchos de los panelistas: sienten que tienen un cupo por derecho, y por tanto parecen más interesados en decir lo que quieran, que en intercambiar opiniones y conversar. La audiencia se da cuenta de eso: el programa se trata más de cumplir con cuotas de exposición que de provocar interés en el público”, comenta un analista de medios.

Otro experto en televisión comenta que es probable “que más allá del horario, esto sea una de las razones del escasísimo rating y de la poca influencia que genera. TVN cumple así con los partidos, pero desperdicia una opción importante de hacer un programa que impacte e influya de verdad”.

Consultado por este tema, el editor del programa, Patricio Ojeda, no quiso hacer comentarios.

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