Opinión
Las organizaciones se desenvuelven en un escenario de globalización, liberalización económica, ascenso tecnológico y expectativas aumentadas, en medio de frecuentes, profundos, variados, veloces y numerosos cambios culturales, sociales, políticos, económicos y tecnológicos, generando formidables oportunidades y amenazas en todos los ámbitos.
El potencial transformador de la cuarta revolución industrial permite incorporar nuevas tecnologías para incrementar eficiencia, competir con nuevos productos y expandirse a nuevos mercados de consumidores globales, con altos estándares de velocidad, calidad, servicios 24 x 7 y costos reducidos, incorporando tendencias globales como la revolución digital, inteligencia artificial, big data, automatización, gig economy, sustituyendo puestos de trabajo por máquinas y algoritmos, impactando en el volumen, la organización y distribución del empleo.
El trabajo hoy es diferente, más digitalizado, virtual, con asistentes cognitivos o robots, y a futuro tendrá mucho que ver con el tratamiento de datos. Gran cantidad de trabajos actuales desaparecerán por la revolución digital y serán reemplazados por otros vinculados a la tecnología.
Ello puede generar mejores trabajos, buenos empleos y calidad de vida. La probabilidad de contratar nuevo personal con nuevas habilidades es superior que la probabilidad de despedir personal rezagado en adoptar las nuevas habilidades: pensamiento crítico, innovación, aprendizaje activo, creatividad, iniciativa, persuasión, atención al detalle, resistencia, flexibilidad, solución de problemas, inteligencia emocional, liderazgo, influencia social, orientación al servicio.
Pero también existe el riesgo de ampliar las brechas de capacidades e inequidad. Hoy ya existen dificultades de conocimientos, capacidades y actitudes requeridas, para cubrir puestos de trabajo, brecha que se incrementaría en el corto plazo. Porque esas nuevas pericias, por ser más sofisticadas, más caro y difícil será integrarlas en una economía competitiva impulsada por la innovación, ya que los costos de tal integración pueden superar el valor de dicha sofisticación.
Estos hechos motivan a la Facultad de Administración y Negocios de la Universidad Autónoma de Chile a convocar al Segundo Congreso Actitud de Gestión Organizacional, “El futuro del trabajo. ¿Estamos preparados?” donde se busca proporcionar una instancia de reflexión, aportando con ideas y tópicos de interés, en un ambiente académico, y por tanto pertinente para generar continuidad, seguimiento y eventualmente investigación valiosa para organizaciones, instituciones y para la propia institución en su quehacer académico.
Trabajo existe y existirá siempre, pero el empleo tradicional, tal como lo conocemos, está en declinación. El empleo es solo una forma de empaquetar el trabajo. La nueva sociedad del conocimiento generará más trabajo, pero menos empleo, modificando las relaciones laborales, los criterios de reclutamiento, selección, promoción y retención de talentos, la legislación, los sindicatos y el mercado laboral.
Estos tiempos de cambios, para los líderes organizacionales representan una oportunidad para innovar. Es el mayor argumento de competitividad del Siglo XXI.
