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Navidad: una celebración más ecológica Sustentabilidad

Navidad: una celebración más ecológica

Árboles cortados, montañas de basura y consumo desmedido: una vez más, estas fiestas serán una carga para el medioambiente. Sin embargo, también hay formas de festejar más ecológicas. Aquí se las mostramos.


El árbol de Navidad es, para muchos, un símbolo de las fiestas. Y en muchos países es común tener árboles cortados para decorar las casas. los que además son tratados con pesticidas, que no solo son perjudiciales para el suelo y el agua, sino que también dejan su huella tóxica en los hogares. La alternativa son los árboles ecológicos, con los sellos Bio, Naturland y FSC.

También hay quienes prefieren los arbolitos de Navidad de plástico, que se usan mucho en América Latina. Pero los expertos advierten que, para que un árbol de plástico realmente sea beneficioso para el medioambiente, debe tener un uso de 19 años como mínimo.

Las desventajas de la parafina

Estas velas, con su brillo navideño, no parecen malas para la salud. Sin embargo, casi todas las velas se fabrican con parafina, un producto derivado del petróleo. Tampoco las velas de estearina son muy aconsejables, ya que este es un subproducto del aceite de palma, para cuya obtención se talan los bosques. Una alternativa beneficiosa para el medioambiente son las velas de cera de abeja.

El CO2 de las compras y lo perjudicial del papel de regalo

En ninguna época del año se compran tantos libros y juguetes como en Navidad. Lo que alegra a los comerciantes, es negativo para el ecosistema. Según el Ministerio Alemán de Medio Ambiente, la producción y el transporte de bienes de consumo hace que aumenten las emisiones de CO2 en Alemania, mayores incluso que en los automóviles, la alimentación y el consumo de energía. Muy malo para el clima.

Pero ¿cuáles son las alternativas al consumo desmedido que espera debajo del árbol de Navidad? Cada vez más ciudades venden artículos sin envoltorio plástico. También es bueno comprar artículos usados y usar la creatividad para armar pequeños juguetes de madera o papel.

El envoltorio de los regalos solo vive unos pocos minutos debajo del arbolito de Navidad. Muy pronto se rompe y se tira. Pero las consecuencias de la tala de bosques y el aumento de los desechos duran una eternidad. Además, el papel de regalo envenena el ecosistema con los productos químicos que contiene, usados para el tratamiento de las fibras del papel. Es muy difícil y costoso reciclarlo.

Los japoneses saben cómo reemplazar el papel para envolver: utilizan los «Furoshiki», pañuelos cuadrados de seda o algodón. La técnica con la que envuelven los obsequios requiere algo de creatividad. Como alternativa, se puede usar también papel de diario o papel para reciclar. Eso ahorra madera, agua y energía.

Humo y ruido enferman a humanos y animales

¿Un año nuevo sin fuegos artificiales? Para muchos, algo impensable. Además de los ruidos, enfermantes para muchos humanos y animales, el humo de los fuegos artificiales y cohetes causa cada año cerca de 4.500 toneladas de partículas en suspensión, lo que corresponde a un 15,5 % de las partículas emitidas anualmente por el tráfico automotor. Y las sustancias químicas envenenan las aguas.

En ciudades como París, Atenas y Londres hace tiempo se prohibió el uso privado de fuegos de artificio. La Asociación Alemana de Ayuda al Medioambiente exige que se prohíban también en ciudades alemanas. Una alternativa a los fuegos artificiales son los espectáculos de luces, como este de la foto, en un aniversario del Puerto de Hamburgo, aunque sean más caros que los petardos y las bengalas.

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