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Desafíos 2021 en la niñez: nueva institucionalidad, deserción escolar, participación ciudadana y aumento de la pobreza Agenda País

Desafíos 2021 en la niñez: nueva institucionalidad, deserción escolar, participación ciudadana y aumento de la pobreza

En un nuevo programa de Agenda País, representantes de Fundación San Carlos de Maipo, América Solidaria, Fundación Colunga y World Vision conversaron los actuales desafíos que enfrenta la niñez no solo en un contexto de pandemia, sino de importantes cambios que se están viviendo en nuestro país.


La pandemia ha afectado seriamente diversos aspectos de nuestra sociedad y parte de la población más afectada son los niños, niñas y adolescentes (NNA). La educación ha acentuado diversas problemas como las diferencias de accesibilidad y posibilidades, pero también la salud mental se está viendo afectada.

Chile además está en un proceso constituyente y de reflexión del país que queremos, donde NNA también tienen algo que decir.

Por eso Rafael Rodríguez, jefe del área de Investigación y Desarrollo de Fundación San Carlos de Maipo; Magdalena Valdés, directora ejecutiva de América Solidaria; Arturo Celedón, director ejecutivo de Fundación Colunga, y Harry Grayde, director ejecutivo de World Vision conversaron de diversos temas que afectan a la niñez en nuestro país.

Rafael Rodríguez comenzó explicando que la institucionalidad en los últimos años ha avanzado con la creación de la Defensoría de la Niñez, la Subsecretaría de la Niñez y últimamente el nuevo servicio Mejor Niñez, «que incluye un aumento significativo tanto de los recursos como del control y estándar de la calidad exigida tanto para los organismos colaboradores como para las municipalidades».

Sin embargo, el representante de Fundación San Carlos de Maipo asegura que todavía quedan pendiente los nuevos reglamentos que van a definir “el éxito o fracaso de esta nueva institucionalidad”.

También está pendiente la aprobación de la Ley de Garantías de la Niñez, “que mandata el intersector social para entregar todos los recursos necesarios que permita una buena atención y cuidado de los niños, y que esta se haga con el mismo mayor estándar que recibiría cualquier otro el NNA del país”.

“Sin una buena ley de garantías, el servicio Mejor Niñez se puede convertir en un nuevo Sename”, recalca Rodríguez.

En ese sentido, aunque se está creando una nueva institucionalidad según las indicaciones de expertos y la experiencia internacional, “de los nuevos reglamentos dependerá que el servicio opere bien o no”.

Deserción escolar

Para Magdalena Valdés la exclusión escolar “se acentuó y profundizó en los mismos lugares de siempre”.

“El 2020 desertaron alrededor de 187 mil niños que quedaron fuera y excluidos del sistema escolar y ya se estima que este año van a ser alrededor de 81 mil”, afirma la directora ejecutiva de America Solidaria. Destaca además que «se sabe por cifras históricas que un 3-4% no regresa».

Valdés sostiene que hay territorios específicos y condiciones tanto en los recintos como con los profesionales donde se repite esta situación cada año, independiente de la pandemia, donde además influyen las condiciones socioeconómicas de los padres.

“Vemos que de esos niños que están excluidos, el 70% vive en algún tipo de pobreza o multidimensional o de ingreso. Obviamente hay una correlación super fuerte a que tu condición socioeconómica lleve a que no estés en el sistema escolar”, plantea, lo que acentúa aún más la brecha en educación.

“Sabemos que Aysén, Araucanía, Atacama, Los Ríos, Los Lagos fueron los más afectados nuevamente en esta pandemia en términos de acceso a la educación”, agrega.

Además, sostiene que “cuando volvamos a (cierta normalidad), la gran razón por la que potencialmente la gente siga desertando es que vamos a llegar a ver cuán rezagados estamos, y un niño que se vea rezagado con sus compañeros, es decir, que sepa que no aprendió lo mismo que los otros, tiene una mayor probabilidad de desertar”. Y ese proceso termina en exclusión.

Participación infantil y adolescente

Estamos viviendo un momento de cambio país muy importante con el proceso constituyente. “El ejercicio de derechos tiene que ver con poder ejercer una participación activa y protagónica en los distintos espacios de la sociedad”, plantea Arturo Celedón, director ejecutivo de Fundación Colunga.

“Todavía estamos discutiendo si las niñas o niños son de las familias o son sujetos de derechos”, agrega sobre la cabida que se les da a los NNA en la sociedad.

Para Celedón, “la participación es un tema que hay que definir y los niños y niñas pueden tener un rol en eso. No estamos diciendo que ellos escriban la Constitución pero sí hay una gradualidad”.

En ese sentido, la idea es reconocer a los niños como sujetos dándoles una participación progresiva y también porque los compromete con lo que van a vivir.

“Al mundo adulto nos cuesta mucho escucharlos e incorporarlos y al final ese es un mandato que asumimos, la convención internacional de los derechos de la infancia obliga a que en todos los temas que afectan la vida de niños y niñas su forma de ver el problema y sus intereses sean tomados en cuenta”, explica.

Pobreza, niñez y pandemia

Por su parte Harry Grayde, director ejecutivo de World Vision, se refirió a la pobreza a la que se han enfrentado los NNA en la pandemia. Si bien en el mundo, las Naciones Unidas dijo que iba a existir un problema serio de hambruna con cerca de 270 millones de personas afectadas -actualmente la cifra llega a 184 millones de personas en 58 países-, «es un fracaso político» porque «la comida está, es un problema de desigualdad y iniquidad y van a morir niñas y niños por hambre».

El problema ha ido acentuado por la pandemia, pero tiene que ver además con guerras, cambio climático, flujos migratorios y otros conflictos.

La Cepal establece además que como resultado de la crisis sanitaria «van a haber 22 millones de nuevas personas pobres en nuestra región. Eso significa llegar a un poco 33% de pobreza y 12% de pobreza extrema, lo que significa que estamos retrocediendo 12 años en pobreza y 20 años en pobreza extrema».

En el caso de Chile, «la pobreza en cuanto a medición se incrementó muy poquito», principalmente por las transferencias económicas del Estado. «Pero sabemos también que 2,3 millones de personas de clase media se encuentran hoy en estado de vulnerabilidad».

«La clase trabajadora es muy vulnerable a ciertas oscilaciones o crisis que puedan ocurrir. Entonces, si bien la pobreza en Chile medida no se incrementó fuertemente, hay una clase media que hoy se encuentra en vulnerabilidad», asegura Grayde.

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