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Estrés durante el embarazo o en la niñez origina cuadros depresivos en jóvenes y adultos Salud

Estrés durante el embarazo o en la niñez origina cuadros depresivos en jóvenes y adultos

Estudios epidemiológicos han revelado que las personas cuyas madres estuvieron sometidas a cuadros de estrés durante la gestación, aumentan en un 60% las posibilidades de manifestar depresión.


La relación entre el estrés y la aparición de enfermedades mentales como la depresión tienen una directa relación. Así lo han demostrado estudios recientes en los que participó  Juan Carlos Sáez, director del Centro Interdisciplinario de Neurociencias de la Universidad de Valparaíso, CINV.

El académico y su equipo de investigación han demostrado experimentalmente, que la correlación entre las personas cuyas madres fueron sometidas a condiciones de estrés durante el embarazo tienen alrededor de un 60% más de posibilidades de desarrollar depresión a partir de la adolescencia y en los años posteriores.

Esos cerebros son más susceptibles y -en un estado adulto o a partir de la adolescencia- comienzan a manifestar enfermedades como depresiones o esquizofrenias.

 “En Chile hay entre un 30 y 40% de la población que tiene depresión, que es una anomalía del sistema nervioso central. Las causas son desconocidas y las terapias en muy pocos casos son efectivas. Entonces, lo que estamos tratando de entender es cómo el estrés que se sufre en las edades perinatales, es decir, en la vida del útero y antes de los diez años en los humanos, manifiesta un estado inflamatorio en el cerebro. Esta condición evita que dicho órgano se desarrolle en forma normal, produciendo una alteración en la organización de las células en sus distintas capas del cerebro formando una conectividad errada”, señaló el especialista en señalización celular.

Sáez agregó que “estamos hablando de variados tipos de estrés, el físico, químico, -por ejemplo, alimentación conducente a obesidad, consuno de drogas de adicción- e intelectual. Todo llevan a lo mismo: a la inflamación cerebral en el feto y eso hace que este órgano se forme mal”.

La alteración que se produce varía dependiendo de la intensidad y duración de la condición estresante, y el periodo del desarrollo donde ocurre el estrés.

En los países subdesarrollados o en vías de desarrollo la depresión es mucho más importante porque en ellos es más frecuente que los bebés y las madres no sean protegidos. Si uno no resguarda su cerebro del entorno agresor vamos a tener un porcentaje importante de personas que tienen alteraciones cerebrales muy amplias.

El experto fue enfático en señalar que “todos los cerebros son brillantes, buenísimos, a no ser que los alteremos en algún momento en su desarrollo o en los primeros años. Por lo tanto, es nuestro deber como sociedad, velar por el bienestar de la madre durante el embarazo y del niño en sus primeros años de vida”.

Inflamación: la base de la depresión y epilepsia

Para Juan Carlos Sáez es necesario considerar, además del estrés, a la inflamación como un factor importante en la aparición de enfermedades mentales. En este caso aparecen unas estructuras conocidas como hemicanales, cuyo rol también fue descubierto en gran medida por el investigador y su grupo de trabajo.

Los hemicanales son una suerte de pequeños túneles que actúan como canal de comunicación entre el medio interno y externo de las células, en este caso de las neuronas. Pero que al abrirse por un tiempo prolongado o bien, al presentarse de forma numerosa en el organismo, serían nocivos para las células del cerebro

La gran visión es que los hemicanales al activarse aumentan la inflamación y causan problemas en distintos tipos de enfermedades y una de las que se está estudiando es la epilepsia y otra la depresión”.

Estudios en epilepsia

El doctor explicó que la epilepsia tiene un tratamiento hasta ahora sintomático, en otras palabras, reducen los síntomas, pero no neutralizan la causa. Además, en muchos casos las terapias actuales inducen efectos secundarios no deseados, que inhabilitan a que los pacientes mantengan una vida normal.

“Alrededor del 1% de la población mundial padece epilepsia, es la enfermedad neurológica más frecuente, sin embargo, no tiene tratamiento curativo. La terapia que se utiliza es paliativa y hay alrededor de un 30% de epilepsia que no responde a ningún medicamento. La razón fundamental es que todos los medicamentos que se usan actualmente están dirigidos hacia las neuronas y no hacia las células gliales donde se instala gran parte de la neuroinflamación”, subrayó Sáez.

El académico de la Universidad de Valparaíso y su equipo demostró en modelos experimentales de la enfermedad, que la epilepsia genera neuroinflamación y la neuroinflamación genera epilepsia y al bloquear dicha respuesta inflamatoria los síntomas no se manifestarían y no se evidencian efectos secundarios no deseados.

“La mayoría de las epilepsias, más del 90% son condiciones adquiridas, no son genéticas. Nosotros identificamos blancos moleculares interesantes y hemos diseñado compuestos que podrían estudiar los clínicos y así avanzar en mejorar el tratamiento de esta enfermedad mental”.

La epilepsia vista desde la OMS

La Organización Mundial de la Salud, OMS, la define como “una enfermedad que afecta al cerebro y se caracteriza por una actividad eléctrica anormal, la cual provoca convulsiones o comportamientos y sensaciones inusuales, llegando -en algunos casos- a la pérdida de conciencia. Tiene consecuencias neurológicas, cognitivas, psicológicas y sociales y afecta a 50 millones de personas. Se espera que el número de pacientes siga aumentando debido al aumento de la esperanza de vida”.

El organismo internacional indica que tres cuartas partes de las personas con epilepsia que viven en países de ingresos bajos no reciben el tratamiento que necesitan. Sin embargo, hasta un 70% de ellas podrían dejar de tener crisis con un uso apropiado de medicamentos para controlar las convulsiones.

Deterioro de la salud mental en Chile

Con el avance de la pandemia la preocupación por la salud mental ha ido en aumento. Principalmente cómo las enfermedades asociadas a ella pueden deteriorar la calidad de vida de las personas y su impacto en la productividad y competitividad del país.

Un informe elaborado por la consultora internacional Ipsos, ubicó a Chile como el segundo país en el mundo que más ha empeorado la calidad de la salud mental desde el inicio de la pandemia sanitaria.

Además, el “Tercer Termómetro de la Salud Mental en Chile”, desarrollado por la Universidad Católica y la Asociación Chilena de Seguridad, ACHS, determinó que un 46,7% de las personas mayores de 18 años presenta algún grado de depresión, siendo las mujeres el grupo con mayor prevalencia de síntomas (54,7%), 17 puntos más que los hombres.

También, un 45,9% de los habitantes de Chile entre 21 y 68 años señalan que su estado de ánimo actual “es peor o mucho peor en comparación con la situación anterior a la pandemia”. Un 32,8% de los encuestados exhibieron síntomas asociados a una probable presencia o sospecha de este tipo de problemas.

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