La pandemia ha perjudicado en diferentes ámbitos a la sociedad, sin embargo, según la encuesta Casen 2020 esto se intensifica más en grupos vulnerables.
Un aumento de los niños, niñas y adolescentes que viven en situación de pobreza, mostraron los resultados de la encuesta Casen 2020. La medición reveló que los niños, niñas y adolescentes que viven en situación de pobreza pasaron de 13,9% (577.000) a 15,6% (703.045) entre 2017 y 2020, lo que significa un incremento de 1.7 puntos porcentuales.
Según los datos hay 703.045 niños, niñas y adolescentes en situación de pobreza por ingresos, lo que significa un incremento en alrededor de 126.000en relación a la medición anterior. En el caso de la pobreza extrema, hubo en un aumento de 2 puntos porcentuales, con más de más de 260.000 niños, niñas y adolescentes viviendo en esta situación.
Este aumento de la pobreza por ingresos se da en un contexto de mantención de una estructura de desigualdad, donde grupos específicos de niños, niñas y adolescentes enfrentan mayores niveles de pobreza: pertenecientes a pueblos indígenas 17,3%, habitantes de zonas rurales 18,1%, migrantes 26,0%, y grupos de menor edad (0 a 3 años) 17,1%.
Los datos de la encuesta Casen 2020, son coincidentes con los del Informe “Impactos de la pandemia en el bienestar de los hogares de niños, niñas y adolescentes en Chile”, elaborado por UNICEF, PNUD y OIT, que advierte un retroceso en el bienestar infantil producto de la pandemia.
En el marco del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, la especialista en Políticas Sociales de UNICEF, Paula Pacheco, explicó que “la pobreza y la vulnerabilidad no son solo una privación de recursos materiales, sino también sociales, culturales y emocionales, afectando de forma significativa el bienestar integral de los niños, niñas y adolescentes. Impide que puedan ejercer sus derechos, alcanzar su potencial y participar de forma plena y en igualdad de la sociedad”.
Asimismo, la encuesta Casen 2020 reveló que, producto de la pandemia, la desigualdad de ingresos presentó un aumento extremo. El decil más rico de la población obtuvo ingresos del trabajo 416 veces mayores que el decil más pobre (39 veces en 2017), siendo los grupos de los deciles más pobres los más afectados en la pérdida de ingresos laborales y un importante foco en mujeres.
El promedio de los ingresos por trabajo per cápita disminuyeron en 9 de 10 deciles en 2020 respecto al levantamiento de 2017 y el promedio de ingresos del trabajo per cápita del primer decil (grupo de menores ingresos) llegó a $7.024 en 2020, habiéndose reducido en $71.147 con respecto a 2017.
En ese contexto, la experta sostuvo que “esta realidad obliga a mirar con urgencia la situación que enfrenta la infancia más vulnerable, reforzando la necesidad de avanzar en la consolidación de un Piso de Protección Social sensible a la Niñez que permita garantizar el adecuado ejercicio de los derechos y una vida libre de pobreza para todos los niños, niñas y adolescentes que viven en Chile”.