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Dolor crónico, la urgencia que representa una enfermedad invisible que afecta a uno de cada tres chilenos  Salud

Dolor crónico, la urgencia que representa una enfermedad invisible que afecta a uno de cada tres chilenos 

La invisibilidad, desconocimiento y la falta de acceso (no es patología GES) han atentado contra la posibilidad de que las personas puedan acceder a eficaces y oportunos tratamientos disponibles para paliar y controlar este mal, recurriendo en muchos casos a prácticas riesgosas como la automedicación. Este 18 de enero, un prestigioso panel de expertos nacionales e internacionales expondrán en el seminario de Pro Salud Chile sobre la real dimensión de este problema, la estrategia que se ha llevado a cabo en la red nacional de salud pública en el país, el impacto del Covid-19 en esta materia y la experiencia internacional en el manejo y tratamiento de esta patología.


La Organización Mundial de la Salud (OMS) es categórica en considerar el dolor crónico no oncológico (DCNO) como una enfermedad, la cual está teniendo cada vez más prevalencia en el mundo y en Chile.

Su costo para el sistema de salud que alcanza los 550 mil millones sólo en las seis patologías musculoesqueléticas que provocan la mayor presencia de dolor crónico en las personas, entre ellas el lumbago y la osteoartrosis.

Las inquietantes estadísticas respecto de la prevalencia del dolor crónico en nuestro país (definido como el dolor que dura de tres a seis meses o que persiste más allá del tiempo esperado para la cicatrización de los tejidos o la resolución de la enfermedad subyacente), mantienen en estado de alerta al mundo público y privado en materia de salud.

Se trata de una enfermedad invisible en la que predomina el desconocimiento respecto de los tratamientos integrales de largo plazo, llevando al paciente, en muchos casos, a una peligrosa rutina de automedicación, en una desesperada búsqueda por disminuir el dolor de manera inmediata. Esta situación además está significando un millonario costo económico para el sistema de salud del país.

De acuerdo a la publicación, “Propuesta de política pública para el manejo del dolor crónico musculoesquelético (DCME) en Chile”, elaborado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica, el 32% de la población.

Es decir, uno de cada tres chilenos sufre de dolor crónico no oncológico asociado a seis patologías identificadas por la Asociación Chilena del Dolor (ACHED) como las de principal prevalencia en el país: lumbago, osteoartrosis de rodilla, dolor de hombro, osteoartritis de cadera, fibromialgia y dolor miofascial.

Costos del dolor crónico

La ACHED, junto a investigadores de la Universidad de Chile, en su estudio 2016 sobre prevalencia de DCNO reveló los preocupantes costos para el Estado que representa cada una de estas principales causas de esta enfermedad: lumbago de $174 mil millones; osteoartrosis de rodilla, $148 mil millones; hombro doloroso, $121 mil millones; osteoartritis de cadera, $46 mil millones; fibromalgia, $31 mil millones, y dolor miofascial, $25 mil millones.

El costo para el Estado bordea así los 550 mil millones de pesos, que equivale, principalmente, a lo que el sistema público y privado de salud debe incurrir anualmente para el manejo de todas las consecuencias relativas al dolor musculoesquelético y, fundamentalmente, al trabajo terapéutico del dolor crónico. Dicho costo, además, se ve representado por la ausencia e incapacidad laboral y al mayor riesgo de retiro anticipado que producen las dolencias crónicas.

En países como Dinamarca son cerca de un millón de días de falta de productividad por ausentismo laboral debido al dolor crónico. En Chile, de acuerdo al informe de Licencias Médicas entregado por Fonasa y la Superintendencia de Salud (SIS), las enfermedades osteomusculares concentran el 21% de las licencias médicas tramitadas en el país durante 2016, superando a las enfermedades respiratorias (15%); traumatismos (8%) y enfermedades infecciosas (6%), entre otras.

La llegada del Covid-19 también ha impulsado la prevalencia del dolor crónico en pacientes que, si bien lograron superar la enfermedad y salir de la UCI, han presentado dolores neuropáticos, de articulaciones o vinculados a molestias en articulaciones, además de secuelas cognitivas y psicológicas, debido al prolongado tiempo que debieron pasar sin movimiento en dicha unidad.

Según datos del Departamento de Rehabilitación del Minsal, en agosto de 2021 un 7,5% de los infectados tendría alguna alteración luego de superar la etapa  aguda de la enfermedad, que haría necesarios los servicios de rehabilitación. Para ese entonces, la cifra ascendía a casi 85 mil pacientes.

La Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) de la OMS identifica al “dolor crónico” como una enfermedad, permitiendo de esta manera a cada país hacerse cargo de la investigación, educación, diagnóstico oportuno y acceso a tratamientos en esta materia, siempre con el objetivo de facilitar, mantener o devolver el mayor grado de capacidad funcional al paciente para que éste vuelva a ser autovalente, procurando que desaparezca el dolor o al menos disminuya al nivel más mínimo.

Es por esto que cada día se hace más urgente la necesidad de abordar esta problemática con estrategias integrales que incluyan la educación y difusión, para alcanzar un diagnóstico y detección temprana del DCNO. Esto, de la mano con la ampliación de unidades dedicadas al tratamiento del dolor en los distintos recintos hospitalarios del país con especialistas como fisiatras, psicólogos y químicos farmacéuticos, para atender la gran cantidad de pacientes que sufren de dolor crónico por diversas patologías y que arrastran molestias que datan de años y con tratamientos deficientes.

Precisamente la experiencia nacional en unidades que tratan el dolor, ha permitido entregar no solo alivio físico a los pacientes, sino también psicológico, al sentir que se les ha escuchado y se les ha creído respecto del dolor que sienten.

A modo de ejemplo, el Servicio de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital de Curicó atiende a 225 pacientes, donde cerca del 45% de ellos está en control por patologías asociadas a dolor crónico.

Seminario

Con la idea de visibilizar esta situación y ubicarla en un sitio de relevancia entre las necesidades urgentes en materia de salud, es que Pro Salud Chile llevará a cabo este 18 de enero un seminario virtual llamado: “Dolor Crónico, un gran problema de salud en Chile, aún invisible”.

En el seminario intervendrá la jefa de la División de Planificación Sanitaria (Diplas) del Ministerio de Salud, Johanna Acevedo, que expondrá sobre el dolor crónico en la Estrategia Nacional de Salud 2021-2030. En tanto, sobre la dimensión e impacto del dolor crónico en Chile se referirán el jefe de ETESA-UC de la Facultad de Medicina Universidad Católica, Manuel Espinoza, y María Mercedes Jeria, jefa del Departamento de Estudios y Desarrollo de la Superintendencia de Salud.

Sobre el dolor y la espera en tiempos de Covid expondrá la Dra. Carolina Rivera, presidenta de la Sociedad Chilena de Medicina Física y de Rehabilitación (SOCHIMFYR), mientras que la experiencia internacional será presentada por el Dr. César Margarit, jefe de la Unidad del Dolor del Hospital General de Alicante, España.

Posteriormente a las exposiciones, se desarrollará una mesa de conversación de los panelistas, a la que se sumará Cecilia Rodríguez, directora ejecutiva de la Fundación “Me Muevo” y Proessa UDD y que será moderada por Jean-Jacques Duhart, Vicepresidente Ejecutivo Pro Salud Chile.

Para presenciar el webinar del dolor, hay que inscribirse aquí.

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