Los profesionales Waldo Cerpa y Daniela Rebolledo ahondaron en los efectos cerebrales y musculares del consumo de alcohol por atracón, relacionado con la ingesta excesiva durante cada fin de semana.
El consumo de alcohol por atracón se define, en las mujeres, como beber cuatro o más vasos en una sola ocasión en un transcurso de dos o tres horas; y, en los , como beber cinco o más vasos en una sola instancia.
Este patrón de consumo está relacionado a la ingesta de fin de semana, siendo un tipo de consumo problemático que se manifiesta, mayoritariamente, en los adolescentes.
En el auditorio del Centro Asistencial Docente y de Investigación de la Universidad de Magallanes (CADI UMAG) se llevó a cabo el conversatorio “Efectos del consumo problemático de alcohol en nuestra juventud: alteraciones biológicas e impacto en nuestra región”.
«Cuando se consume alcohol los fines de semana, la gente tiene esta visión de que cuando lo deja de consumir y se le pasa la ‘caña’, se acabó el problema”, expresó Waldo Cerpa, investigador y subdirector del Centro de Excelencia en Biomedicina de Magallanes (Cebima).
«Sin embargo, hemos visto, desde la perspectiva de investigación en el laboratorio, que en todos estos procesos de ingesta de alcohol que se generan de manera repetitiva durante un espacio de tiempo, uno puede detener el consumo, pero el daño puede permanecer”, explicó el especialista al presentar el “Estudio sobre alteraciones cerebrales en modelos de laboratorio de consumo de alcohol en forma de atracón”.
En la ocasión, Cerpa dialogó sobre alteraciones biológicas y el impacto que se genera en los jóvenes, y por qué estas se ven más afectadas en esta población que en los adultos, entre otros temas.
De esta forma, el experto sostuvo que “todos los elementos que tienen que ver con elevados niveles de estrés oxidativo y procesos inflamatorios elevados se mantienen, y pueden tener repercusiones vinculadas a una serie de patologías, como por ejemplo, el cáncer o enfermedades neurodegenerativas que se asocian a lo anterior; debido a una conducta que es propia de la juventud”.
Su colega del Cebima Daniela Rebolledo presentó la exposición “Alcohol por atracón en poblaciones jóvenes y/o deportistas: implicancias en la salud muscular”. En ese sentido, se refirió a los principales efectos por el consumo repetitivo de alcohol por atracón en relación a las alteraciones a nivel muscular.
«El consumo de alcohol en grandes cantidades está relacionado con un mayor daño muscular. Esto tiene que ver con una mayor probabilidad de que haya desgarros o fracturas en el contexto del daño mientras se ejecuta el ejercicio, pero también con el daño que es propio de una actividad física. Esto puede desencadenar en ciertos marcadores como distrofias musculares o enfermedades neuromusculares», indicó.
Por otro lado, Lorena Guala, directora de Senda Magallanes, presentó la “Contextualización de alcohol y otras drogas”, instancia en la que mostró que, a nivel país, la población tiene un consumo de alcohol intenso que está focalizado en un día o dos días de la semana, además de que las drogas más consumidas a nivel nacional son el alcohol, el tabaco y la marihuana, entre otros, factores que se vinculan a los adolescentes.
Por eso se refirió a la oferta programática de la repartición pública en este ámbito: “Trabajamos en distintas áreas. Una de ellas es la prevención en el área laboral y educacional. En esta última, nos insertamos en los establecimientos educacionales con distintos programas que van desde la prevención universal, que es igual para todos sin considerar factores de riesgo y consumo inicial».
«Además, tenemos una prevención selectiva indicada y trabajamos directamente con docentes, directivos y administrativos para crear una cultura dentro de los establecimientos junto a un trabajo con los padres”, comentó.
Según datos entregados por este servicio, un 7% de la población nacional bebe alcohol durante todos los días de la semana; no obstante, un 45% de las personas se embriaga al menos un día a la semana.