La pulpa dental es una fuente rica en células madre mesenquimales que sirven para regenerar todo tipo de tejidos. Actualmente es posible aprovechar la la etapa de dentición de los hijos (que se desarrolla entre los 6 y los 12 años) para conservar este valioso material biológico, o bien aprovechar la oportunidad que tienen aquellas personas que aún tienen sus muelas del juicio.
La extracción de células madre y su posterior utilización para el tratamiento de nuevas enfermedades, es una opción que poco a poco es tomada por más familias en Chile, y que abre cada día más puertas al tratamiento de diversas patologías y también a la posibilidad de extraerlas de diferentes tejidos de nuestro cuerpo.
Hasta hace poco, la única posibilidad de extraerlas era a través del cordón umbilical, lo que limitaba su obtención al momento del parto.
Pero la ciencia ha avanzado y han surgido otras alternativas, como es el caso de la pulpa dental, que hoy aporta una gran cantidad de células que pueden preservarse y luego ser utilizadas en un gran número de tratamientos médicos. La más útil es la que se obtiene de personas jóvenes, y especialmente de los dientes de leche de niños y niñas.
La pulpa dental es una fuente rica en células madre mesenquimales que sirven para regenerar todo tipo de tejidos. Actualmente es posible aprovechar la la etapa de dentición de los hijos (que se desarrolla entre los 6 y los 12 años) para conservar este valioso material biológico, o bien aprovechar la oportunidad que tienen aquellas personas que aún tienen sus muelas del juicio.
“El diente es una estructura muy resistente, pero a la vez es muy dinámico, a diferencia de lo que podríamos pensar. Posee varias estructuras especializadas que nos permiten mantener nuestro diente sano, a pesar de la excesiva carga de trabajo a la cual lo sometemos. Una de estas estructuras, la pulpa dental, que contiene una población de células madres del tipo mesenquimático (MSC) que responden ante un daño y mantienen al diente fuerte”, señala Ilse Muller, directora del laboratorio de criopreservación BiosCell.
La pulpa dental, como fuente de células madre presenta una gran ventaja, ya que en general no se requiere una intervención dolorosa para su obtención, además, que al provenir de personas jóvenes o niños, tienen un gran potencial de crecimiento.
Por su parte, el médico del laboratorio VidaCel, Alejandro Guiloff, indicó que “hoy las aplicaciones con células madre mesenquimales pueden curar enfermedades que hasta hace poco no tenían tratamiento. La conservación de las células madre puede ser en cualquier etapa de la vida. Pero si uno pudiese elegir cuál es el mejor momento para guardarlas, sin duda es el momento del nacimiento, porque la calidad de las células madre es mejor y la cantidad es mayor. Por eso, mientras más joven, mejor”.
Por su parte, Ilse Muller entregó una serie de recomendaciones para las futuras madres que se encuentran ad portas de la caída de un diente de su hijo o hija y opten por conservar esas células para el futuro. os en el futuro.
“Si nota que a su hijo o familiar pronto se le caerá un diente, o que lo someterán a alguna intervención en que le extraigan piezas dentales sanas, acuda a BiosCell para que le entreguemos un ‘Kit de Pulpa Dental’, el cual debe tener a mano cuando el diente se caiga. Pero, si por alguna eventualidad, el diente se cae y no nos ha contactado, tome el diente y póngalo en un envase cerrado que contenga leche blanca (sin sabor), refrigérelo (no lo congele) y llámenos para ir a retirarlo”.
Agregó que para mantener la viabilidad y calidad de las células madre de pulpa dental, lo ideal es comenzar el proceso de extracción hasta 48 horas luego de la caída del diente. Una vez que el diente llega al laboratorio, la muestra se somete a protocolos de aislamiento y expansión celular, para multiplicar las células y poder congelarlas en el número de ellas requerido.