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Auckland: tres días en una ciudad de lujo Turismo y Viajes

Auckland: tres días en una ciudad de lujo

Ese es el tiempo que la socióloga Constanza Pavez recomienda en este artículo para descubrir los principales atractivos de esta ciudad de Nueva Zelanda, que debe gran parte de su desarrollo a la inmigración y que, sin duda, ocupa un lugar entre las urbes con la mejor calidad de vida del mundo.


Actualmente muchos jóvenes chilenos están viajando a Nueva Zelanda, gracias a un acuerdo bilateral que permite a quiénes tengan entre 18 y 35 años, optar por una visa de trabajo denominada Working Holiday Visa. Gracias a este maravilloso acuerdo, tuve la oportunidad de vivir en Auckland por seis meses.

Si bien Auckland no es la capital política de Nueva Zelanda, ostenta el título de ser la ciudad más importante y de mayor población de esta lejana isla oceánica. De entrada, cautiva por la belleza de sus paisajes, sus maravillosos y enormes parques, su concepto urbano y su multiculturalidad. Habitada por ciudadanos procedentes de diferentes latitudes, es sinónimo de una urbe rica en contrastes y amigable con los inmigrantes.

Así, cuando se camina por sus calles es habitual cruzarse con algún japonés montado en una patineta, una mujer india vistiendo su sari, un grupo de abuelitos chinos practicando alguna forma de meditación colectiva o una pareja de jóvenes latinos en busca de trabajo. Auckland se ha desarrollado gracias a la inmigración y como ciudad, respeta el valor y la riqueza de esta característica. Cabe mencionar también que año tras año se encuentra entre las ciudades con mejor calidad de vida a nivel mundial.

En este mismo sentido, capítulo aparte merece el cuidado y respeto que le otorgan a sus pueblos originarios, específicamente a los maoríes,  etnia polinésica que habitaba la Isla antes de la llegada de los ingleses, famosos por sus tatuajes faciales y el haka.

En efecto, Nueva Zelanda cuenta con una robusta Ley Indígena que les asegura el derecho sobre sus tierras, beneficios específicos en cuanto a seguridad social, salud, educación y vivienda, además de una integración bicultural resguardada y gestionada por el Ministerio de Asuntos Maoríes.

Por estos motivos vale la pena descubrir Auckland y adentrarse a la cultura neozelandesa. A modo de ayuda, sugiero un recorrido de tres días que aborda los principales atractivos de la ciudad.

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Día 1

Un recorrido por Auckland debe comenzar necesariamente en el centro o CBD (Central Business District) específicamente en Britomart, un antiguo y glorioso edificio que alberga la estación de trenes y que además es un punto neurálgico de la ciudad. Desde Britomart enfile calle arriba por Queen Street, la principal arteria del centro y verá como inmediatamente lo embargará un inconfundible aroma a café y galletas.

Si se le abre el apetito, le recomiendo acercarse a cualquier “Hollywood Bakery” cadena de cafeterías abierta las 24 horas del día, que ostenta deliciosos capuchinos y chai latte (mi debilidad), muffins y croissant, entre otras dulces maravillas a precios razonables. Continuando por Queen St. emergen tiendas de exclusivas marcas como Louis Vuitton, Hugo Boss, Gucci, y por supuesto de los All Blacks (denominación para la selección nacional de rugby, una de las mejores del mundo).

[cita tipo=»destaque»]Nueva Zelanda cuenta con una robusta Ley Indígena que les asegura el derecho sobre sus tierras, beneficios específicos en cuanto a seguridad social, salud, educación y vivienda, además de una integración bicultural resguardada y gestionada por el Ministerio de Asuntos Maoríes.[/cita]

Avanzando por esta calle, emerge el monumental Albert Park; un tradicional y elegante parque que descansa sobre una pequeña colina. Su belleza radica en sus ancestrales robles, su clásico y encantador odeón y en una excelente vista de la ciudad.

Si las casualidades lo llevan ahí a la hora de almuerzo o tiene hambre, recomiendo dirigirse a alguno de los innumerables puestecitos de Kebab. Si usted nunca ha tenido el placer de comer un kebab  (también responde al nombre de shawarma) le contamos que es una exquisita preparación, consistente en finas láminas de carne de cordero, pollo o vacuno, cocinada en un asador vertical, envueltas por un pan pita. Dentro de éste, además de estos jugosos trozos de carne, habitualmente se incluye tomate, cebolla, lechuga finamente picada y tres salsas a elección. Con su kebab en mano, instálese en alguna lomita del parque a mirar la gente pasar.

Queen Street finaliza en Karangahape Road (K-road) un barrio que se caracteriza por albergar a los antiguos hippies y nuevos hipster, por sus tiendas de ropa vintage, restaurantes asiáticos y cementerios al aire libre, ya que en Auckland los cementerios forman parte del paisaje de las calles.

Una bonita manera de finalizar el día es visitando la “Sky Tower”,  el edificio más alto de Auckland, lo que permite obtener una vista panorámica de la ciudad. Si usted es un amante de la adrenalina, desde la cima de esta torre se realizan saltos en Bungee, inusual panorama dentro de una ciudad, pero una gran oportunidades para quienes disfrutan de las experiencias extremas. Este edificio cuenta también con un restaurante en las alturas, escenario ideal para una cita romántica.

Si su presupuesto es ajustado y ya es hora de la cena, recomiendo acudir a The Occidental, restaurante belga cuya especialidad son los choritos al vapor con salsa a elección, como espinaca-queso azul, limón-leche de coco, acompañados con papas fritas y alioli.

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Día 2

Auckland cuenta con muchos y hermosos lugares que vale la pena conocer, pero sin duda alguna, el “Domain”, es lo mejor de la ciudad. Este parque está ubicado en el cráter de un extinto volcán y en su interior se emplazan varios y hermosos lugares, como los “jardines de invierno” complejo que cuenta con dos invernaderos de diferentes tipos de plantas, un patio con esculturas inspiradas en la Grecia Clásica y un jardín de helechos. Además existe un estanque de patos, a los que es usual verlos revoloteando por el parque.

El punto más alto del Domain es el “Auckland War Memorial Museum”, museo de estilo neoclásico construido a mediados del 1800, que alberga en su interior diversas colecciones de historia natural y militar. En estas instalaciones también, por alrededor de 45 dólares, es posible ser espectador del Kapa Haka, una maravillosa demostración de diferentes manifestaciones artístico culturales del pueblo Maori, que culmina con el Haka, ancestral danza tribal y guerrera, utilizada para intimidar al enemigo. Para conocer el Domain Park en su totalidad, recomiendo dedicarle un día completo.

Para la cena de este segundo día, a 20 minutos caminando, hay un lugar que no puedo dejar de recomendar a los carnívoros: “Angus Steak House” palacio de la carne de angus en sus distintas versiones. Créame cuando le digo que es más que un restaurante: con su respectivo plato, usted se acerca a una vitrina en dónde encontrará diferentes cortes de carne cruda: filete, lomo, entrecot, etc. Posteriormente debe dirigirse hacia el sector “parrilla”, dónde indicará el punto de cocción en el que prefiere la carne. Luego escoge los acompañamientos que guste, en un extenso buffet. Pasados unos minutos llegará su carne a la mesa.

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Día 3

Este día sugiero comenzarlo desayunando en TANK, una cadena de comida saludable emplazada en varios barrios de Auckland. Una vez allí deléitese con “Veg Out”: sándwich vegetariano de hummus, betarragas, lechuga, zanahoria y queso feta y acompáñelo con alguno de los jugos naturales o batidos de la carta.

Ya desayunado, encamínese hacia el “Harbour”, lugar desde donde parten los ferrys hacia las distintas islas ubicadas frente a la bahía de Auckland. Camine por la costanera, más conocida como Viaducto, recórrala y adéntrese en un mundo de yates, barcos de paseo y pomposos departamentos.

Finalizando esta caminata se encuentra un puente levadizo, si tiene suerte y un yate va saliendo o entrando podrá, verlo desplegarse en toda su magnitud. Cruzando este puente, emerge uno de los mayores atractivos de la zona, “Wynyard Quarter”, lugar en el que antiguamente se encontraba un depósito petrolero y que ha sido recuperado y reconvertido en un atractivo turístico que cuenta con áreas para practicar deportes, edificios comerciales, restaurantes y bares instalados dentro de antiguos container.

En este punto, Auckland nos da una lección en cuanto a transformación y recuperación de espacios privados que hoy se abren al público, considerando también una perspectiva arquitectónica moderna y amigable con el entorno,  a la que todos los habitantes de la ciudad tienen acceso.

Completando el paseo por esta suerte de costanera, encontramos el “Fish Market”, un mercado en dónde es posible encontrar una gran diversidad de productos del mar, frutas y verduras orgánicas, comida preparada, pastelería y abarrotes. Visitar este lugar es una experiencia en sí misma. Recomiendo comprar alguno de los cocteles de mariscos o bien una paella, ofertados en las vitrinas del mismo mercado.

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Luego de este paseo y con la finalidad de tener una tarde perfecta, súbase a un bus y diríjase a Mission Bay, un residencial barrio en el que la mayoría de sus casas miran hacia el mar.

En Mission Bay además encontrará bonitos parque a la orilla del mar, con parrillas eléctricas públicas de libre uso. Por otro lado es en esta zona donde se encuentra el acuario de la ciudad, habitado por una infinidad de peces, tiburones y pingüinos. Finalice su tarde disfrutando del atardecer en alguna de las terrazas de las heladerías artesanales que por ahí encontrará.

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