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El este de Alemania: un dolor de cabeza para Berlín por el incremento de la xenofobia Sociedad

El este de Alemania: un dolor de cabeza para Berlín por el incremento de la xenofobia

«A los innumerables ataques perpetrados contra refugiados y contra los albergues en los que residen se suman disturbios violentos como los ocurridos en las localidades de Heidenau o Freital, que constituyen un símbolo de que la xenofobia se ha consolidado», advierte un documento dado a conocer el miércoles último.


El gobierno de Angela Merkel considera que el incremento de la xenofobia registrado en el este de Alemania puede hacer peligrar la paz social y el proceso de recuperación económica, según se desprende del «Informe Anual sobre el Estado de la Unidad Alemana», que fue presentado el miércoles último en Berlín.

«El extremismo de derechas en todas sus formas se presenta como una grave amenaza para el desarrollo social y económico de los estados federados de la antigua Alemania del Este», declaró la delegada del Gobierno en el este, Iris Gleicke.

La funcionaria señaló que en áreas como el turismo se registraban notables caídas de demanda debido a que en el exterior los medios se hacían eco de determinadas conductas de carácter xenófobo en Alemania y éstas desanimaban a los viajeros a visitar determinadas zonas de la otrora República Democrática Alemana (RDA).

En opinión de Gleicke, la mayoría de los ciudadanos del este no son ni racistas ni extremistas de derechas. «Me gustaría, eso sí, que esta mayoría alzase más su voz y tomase una posición más clara», señaló.

De forma previa a que el estudio fuese presentado públicamente en la capital alemana, el diario económico «Handelsblatt» había avanzado algunos de los pasajes en los que se ponía de manifiesto la preocupación del Ejecutivo de Merkel por los numerosos ataques perpetrados contra ciudadanos de origen extranjero.

«A los innumerables ataques perpetrados contra refugiados y contra los albergues en los que residen se suman disturbios violentos como los ocurridos en las localidades de Heidenau o Freital, que constituyen un símbolo de que la xenofobia se ha consolidado», señalaba el documento.

El este de Alemania, una zona del país que antes de la caída del Muro de Berlín estaba gobernada por los comunistas y en el que las tasas de desempleo son superiores a las que se registran en el resto del estado, continúa en la actualidad siendo un tanto escéptico a la acogida de ciudadanos provenientes de otros países.

De hecho, en los territorios de la antigua República Democrática Alemana desconocidos han prendido fuego a numerosos albergues destinados a acoger a peticionarios de asilo y han surgido movimientos antiinmigración y de carácter xenófobo.

Es el caso del colectivo «Patriotas Europeos Contra la Islamización de Occidente» (Pegida), un movimiento aintiislámico fundado en Dresde (este del país) que durante meses ha organizado manifestaciones semanales en varias ciudades del país para protestar contra la inmigración.

Pegida recobró fuerza en septiembre del año pasado coincidiendo con la masiva llegada de refugiados a Alemania, momento en que sus convocatorias lograron sacar a la calle a más de 15.000 simpatizantes.

No obstante, de forma paralela, miles de ciudadanos alemanes organizaron contramanifestaciones en todo el país para demostrar que Alemania es una sociedad abierta y solidadaria con los peticionarios de asilo y personas de origen extranjero.

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