Publicidad
La sonda Rosetta tendrá cinematográfico final con aterrizaje en el cometa Churi

La sonda Rosetta tendrá cinematográfico final con aterrizaje en el cometa Churi

Despegó el 2 de marzo de 2004 desde el centro espacial de Kourou a bordo de un cohete tipo Ariane 6. En estos 12 años ha recorrido miles de millones de kilómetros y estuvo «dormida» durante 31 meses para ahorrar energía de cara a la fase decisiva del proyecto.


La sonda «Rosetta» de la Agencia Espacial Europea (ESA) seguirá investigando hasta último momento. Hace dos años consiguió un logro histórico, el primer aterrizaje de un módulo («Philae») en un cometa y el próximo viernes será la propia sonda la que se pose sobre la superficie del 67P/Churyumov-Gerasimenko («Churi»), poniendo fin así a una misión lanzada en 2004.

También este aterrizaje será una primera vez para la ESA. «Nunca hemos estado tan cerca de ‘Churi’ con ‘Rosseta'», explica el jefe de operaciones de las misiones de la ESA, Paolo Ferri, desde el centro de control de Darmstadt (Alemania). «Intentaremos conseguir mediciones e imágenes hasta el último segundo».

«Nunca antes hemos podido medir tan de cerca el gas y el polvo de un cometa con ‘Rosetta'», apunta el experto en exploración robótica Nicolas Altobelli desde Madrid, donde se coordinan las operaciones científicas.

El aterrizaje está previsto para las 10:40 GMT a unos 720 millones de kilómetros de la Tierra, el punto en el que se encuentra ahora el cometa. «Cuando la sonda toque la superficie de ‘Churi’, se apagará», explica Ferri. «No volveremos a saber de ella».

«Rosetta» aterrizará a muy poca velocidad, de unos 90 centímetros por segundo. «Intentaremos que sea lo más suave posible», explica Ferri. El lugar escogido para ello está en la cabeza del cometa, en un punto situado junto a una depresión de unos 130 metros de ancho. «Rosetta» no estará muy lejos de «Philae», seguramente a entre uno y dos kilómetros, según Altobelli.

Los secretos de «Churi» tienen una gran importancia científica. Los cometas contienen posiblemente restos inalterados de unos 4.600 millones de años de antigüedad, la época en la que se formó el Sistema Solar. Con los 20 instrumentos que llevan a bordo en conjunto, «Rosetta» y el módulo «Philae» han investigado la composición y comportamiento de «Churi».

Con un costo de unos 1.300 millones de euros, «Rosetta» es una de las misiones más ambiciosas de la ESA. La sonda despegó el 2 de marzo de 2004 desde el centro espacial de Kourou a bordo de un cohete tipo Ariane 6. En estos 12 años ha recorrido miles de millones de kilómetros y estuvo «dormida» durante 31 meses para ahorrar energía de cara a la fase decisiva del proyecto.

La sonda se encontró con el cometa el 6 de agosto de 2014. Tres meses después, el 12 de noviembre, llegaba un momento histórico: el laboratorio «Philae» se separó de «Rosetta» y aterrizó sobre la superficie del cometa. «Hoy es un día histórico», afirmó el entonces director general de la ESA, Jean-Jacques Dordain.

Sin embargo, «Philae» no se ancló como estaba previsto y tocó varias veces sobre la superficie, haciendo que se perdiese la señal momentáneamente. A pesar de ser un aterrizaje un tanto «accidentado», gracias a ello «tenemos medidas de dos puntos de la superficie y eso es muy interesante científicamente (…) El polvo y el gas producido por ese toque entró dentro de la sonda y pudimos medirlo», señala el irlandés Laurence O’Rourke, coordinador de Operaciones Científicas de «Rosetta» desde Madrid.

Al quedar ubicado en una zona de sombra, «Philae» no pudo recargar sus baterías y entró en modo reposo después de enviar los primeros datos tras cerca de 60 horas de funcionamiento. El 20 de julio de 2015 envió información por última vez y en febrero de este año se dio por concluida su misión. Como regalo de despedida, la sonda «Rosetta» logró fotografiarlo a principios de septiembre.

¿Qué recuerdos de la misión guardan quienes participaron en ella? «El resultado más espectacular para mí es uno que llegó poco después del aterrizaje», apunta Ferri. «Fue (el descubrimiento de) que el agua del cometa no es como la de la Tierra». «Las imágenes que ‘Rosetta’ estuvo enviando de «Churi» ya desde 2014 fueron una novedad para mí», afirma por su parte Altobelli.

«Uno de los objetivos era estudiar un cometa en su viaje alrededor del Sol y ver cómo cambiaba. Y es impresionante lo que hemos visto, los procesos, las explosiones, la cantidad de polvo y de gas, todo eso lo hemos apreciado muy de cerca», cuenta O’Rourke.

El cometa «Churi» viajará a partir de ahora más allá de la órbita de Júpiter y la ESA descartó volver a poner «en pausa» a la sonda para después reiniciarla. «Ese sueño duraría casi cuatro años», cuenta Ferri, y «Rosetta» no podría trabajar durante mucho más tiempo, ya que sólo tiene combustible como para unos seis meses más. «El riesgo no merece la pena», señala.

«Acabaremos la misión con algo tan impresionante como es aterrizar con el satélite», cuenta O’Rourke. Despedirse de la sonda «es algo triste pero como «Rosetta» ha hecho tantas cosas, es algo que hay que celebrar. Ha hecho muchísimo más de lo que nos esperábamos».

Publicidad

Tendencias