“La problemática rural es que hay una alta producción a pequeña escala. Muchos no saben cómo vender ni a quién”, explica Jorge Muñoz, ingeniero en computación y fundador de la empresa Quillagua.
Pequeños agricultores y productores domésticos de hogares rurales están llevando sus frutas frescas a grandes compañías a través de un programa de alimentación saludable durante la jornada laboral.
Esto lo logran gracias a un emprendimiento que impulsa la agricultura colaborativa para facilitar la comercialización de productos agrícolas a quienes se dificulta llegar a canales de distribución además de disminuir el desperdicio de frutos del campo.
“La problemática rural es que hay una alta producción a pequeña escala. Muchos no saben cómo vender ni a quién”, explica Jorge Muñoz, ingeniero en computación y quien luego de abandonar el sector tecnológico, fundó la empresa Quillagua, que es uno de los cinco emprendimientos seleccionados para recibir durante un año la asesoría y un espacio de trabajo gratuito por parte de la consultora INcowork.
Lo que hacen es recolectar los frutos de agricultores y casas rurales del sector El Vínculo de Paine y coloca estos productos en grandes compañías tecnológicas y de belleza, como Synopsys, Red Hat, Oracle y Sally Beauty, en un programa de alimentación saludable.
“Vamos a las empresas en horario de trabajo y ambientamos un lugar de la oficina con yute, mimbre y greda, además de fruta, jugos naturales, hierbas medicinales y snacks saludables. Buscamos no solo llevar productos sino generar experiencias, donde las personas se conecten con lo natural a través de decoración, sabor y aromas. Las empresas son cada vez más conscientes que el bienestar impacta en su productividad”, explica Muñoz.
La iniciativa nació en 2013, convocando a pequeños agricultores y productores domésticos con árboles frutales en sus patios, y efectuando repartos a domicilio. “Hemos catastrado más de 10 árboles frutales por casa, lo que equivale a 500 kilos de fruta por temporada, que muchas veces se desperdicia por falta de destino. Gracias a esta colaboración, los agricultores presentan una oferta conjunta a las empresas. Esperamos sumar más productores para disminuir el desperdicio de frutas de muy buena calidad y con historia”.
El año pasado Quillagua comercializó 350 kilos de fruta semanalmente, y para 2017 proyecta colocar 1.500 kilos a l a semanaen el mercado empresarial. Asimismo, esta iniciativa procura que los productores fijen sus precios, fomentando el comercio rural justo.
“Nos llamó la atención como emprendimiento agrícola colaborativo. Sin embargo, estaba creciendo y diversificándose rápidamente, por lo que en conjunto con Quillagua decidimos suspender temporalmente el área de reparto a domicilio para focalizar los esfuerzos y generar nuevos servicios en el programa de alimentación saludable para empresas”, explica Bárbara Vargas de INcowork.
Con la asesoría la empresa está abocada ahora a crear un servicio de coffee break saludable, desarrollar productos bajo la misma marca como snacks y mermeladas y definir un centro de distribución en la Región Metropolitana, próximo a las empresas que provee.