Un diálogo «honesto y franco» sobre las relaciones políticas y económicas entre Chile y la Unión Europea sostuvo la comisión de Relaciones Exteriores del Senado junto a los embajadores de los países miembros del bloque.
En la oportunidad, los parlamentarios Eugenio Tuma (PPD), Hernán Larraín (UDI), Juan Pablo Letelier (PS) y Carlos Kuschel (RN), coincidieron en que Chile y la Unión Europa comparten «visiones valóricas comunes» y, en esa línea, analizaron «lo que está ocurriendo en el mundo con la profundización de nuestras relaciones y cómo damos respuesta a los nuevos movimientos ciudadanos que se están desarrollando».
El senador Tuma explicó que este encuentro se inscribe dentro de la decisión de la Comisión de «realizar sesiones temáticas por territorios, ya que la globalización es un tema que nos importa mucho y queremos conocer la realidad mundial y fortalecer la integración con los países que tenemos vínculos profundos».
En tanto, el embajador de la UE en Chile, Jaime Pérez Vidal recalcó que «coincidimos en que nunca más la política va a ser tal como la entendíamos, cuando los ciudadanos se conformaban con ir a votar cada cierto tiempo, sino que hay que buscar formas ingeniosas y creativas para asegurar su participación».
A su turno, el senador Hernán Larraín coincidió con su par y expresó que junto con observar con atención los movimientos sociales también consultaron por la situación económica del bloque, en especial, la crisis en Grecia.
Al mismo tiempo, señaló que «nosotros hemos podido plantearle algunas cosas muy precisas, como la necesidad de seguir avanzando en el acuerdo entre Chile y la UE para potenciar este clima de integración que se ha producido y sobre la necesidad de tener más antecedentes sobre el modelo de integración europeo», de modo de poder replicarlo en América Latina.
Por su parte, Pérez Vidal dio cuenta de los logros potencialidades y desafíos comunes en materia de diálogo político, relaciones comerciales y cooperación. Asimismo admitió que existe la posibilidad de modernizar el acuerdo que lleva 8 años de vigencia, en el marco de la cláusula evolutiva del mismo tratado.
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