Mariló tiene 45 años, es orfebre y trabaja en administración contable. Llegó al continente hace poco más de dos años desde Rapa Nui con sus hijos. Desde que llegó a Santiago participa activamente en la lucha por la dignidad del ser humano, apoyando la lucha de los estudiantes y, por sobre todo, los derechos y la dignad de la mujer.