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Alza repentina para la energía solar con incentivos y crédito nacional en Argentina


Argentina se prepara para aumentar en 35 veces su capacidad energética solar, mientras el gobierno planifica los primeros incentivos que dará para proyectos individuales. Junto con Venezuela, este país tiene la menor capacidad de energía renovable de América Latina.

Los desarrolladores internacionales planifican la construcción de centrales para las regiones occidentales de Argentina, que reciben cerca del doble de radiación solar que la del mercado más grande de energía estelar, que es Alemania. El año pasado, se presentaron 11 proyectos para 20 megavatios cada uno, dijo Marcelo Álvarez, titular de la Cámara Argentina de Energía Renovable (CADER).

“En Argentina hay mucho interés en la energía solar y muy buen potencial”, dijo Héctor Nordio, titular de proyectos de energía limpia en Energía Argentina SA, empresa estatal de energía del país (ENARSA).

El trabajo contribuirá a que la presidente Cristina Fernández de Kirchner concrete su ambición de conseguir que, para 2016, el 8% de la energía de Argentina provenga de fuentes renovables. La nación que envió al default los títulos de deuda en 2001 y expropió YPF SA el año pasado, pugna por captar el capital extranjero y depende de estas medidas locales para costear la inversión en energía solar.

Argentina tiene planes de levantar plantas de energía limpia con capacidad de 3000 megavatios, de las cuales cerca del 10% podría provenir del sol, según CADER. Ya están en operaciones cerca de 625 megavatios, principalmente de proyectos hidroenergéticos chicos. La energía solar representa tan solo 6,2 megavatios de toda esa capacidad.

Escasez de fondos

“La financiación es un reto enorme en Argentina, ya que hay muy pocas líneas de crédito disponibles”, dijo Eduardo Tabbush, analista de Bloomberg New Energy Finance en Londres. “Los proyectos chicos y medianos necesitan del mercado local de bonos y a los fideicomisos locales”.

La reglamentación aprobada en 2011 le permite a los desarrolladores negociar tarifas exclusivas directamente con el gobierno y el operador de la red, Cammesa, sin tener que recurrir a la oferta de distribuidores de energía limpia que lista ENARSA. Según Nordio, los funcionarios ahora trabajan en contratos a largo plazo para generar energía a partir de las centrales, los que se negocian caso por caso y así se atrae la atención de empresas que van de España a China.

Hasta ahora el país llamó a una sola licitación, que en 2010 otorgó contratos a largo plazo por 895 megavatios. Esta capacidad incluía los 20 megavatios que se le dieron a Genneia SA para que construyera los primeros parques solares de Argentina, lo que significa energía suficiente para abastecer a 30.000 hogares. ENARSA financia a cinco empresas para que puedan comenzar a trabajar en los proyectos antes de que el gobierno refrende las tarifas que mantendrán la industria.

Sky Solar

Los cambios introducidos en la política atrajeron empresas como Sky Solar Holdings Co., de China, que se asoció con ENARSA para construir un complejo solar de 20 megavatios en la provincia de San Juan, por un valor cercano a los US$70 millones. La española Solaria Energía y Medio Ambiente SA y la desarrolladora local Aldar SA también tienen contratos semejantes.

Cuatro de las 11 propuestas de proyectos de energía solar que se evalúan en la actualidad ya tienen autorización administrativa, cuentan con fondos y están en espera de que se les fijen las tarifas antes de comenzar a trabajar, según Álvarez, de CADER. Entre estas se encuentran las empresas Sky Solar y Solaria, como también el proyecto estadounidense para Catamarca y Mendoza, si bien este último es de un desarrollador local. Dijo también que la mayoría se dividiría en parques solares de 5 megavatios con tarifas de entre US$200 y US$400 de megavatios-hora.

Tras la licitación estatal, Genneia construyó un parque solar de 5 megavatios por US$26 millones, que abrió en abril del año pasado y que fue el más grande de América Latina hasta que finalizaron proyectos más importantes en Perú. La otra central solar grande de Argentina, que es un proyecto de 1,2 megavatios con un valor de US$10 millones, fue obra de Comsa SA, de España, que lo terminó el año anterior para el gobierno de San Juan.

Medidas adicionales

Los desarrolladores del país dependen sobre todo de tarifas por encima del valor del mercado, ya que la energía fotovoltaica está lejos de ser competencia para la de la red eléctrica, que se beneficia gracias a algunos de los precios más bajos que hay en toda la región, pues recibe subsidios del Estado.

Parece improbable que cesen pronto los problemas con la financiación y el elevado costo de la deuda, herencia en parte del default argentino de 2001, según muestra el informe del Banco Interamericano de Desarrollo, citando la nacionalización de YPF del año pasado como prueba del riesgo de inversión.

Con pocos inversores extranjeros, los bancos de desarrollo regionales ofrecen tan sólo una de las escasas opciones que hay para financiar proyectos, según Santiago Lagos, titular de la desarrolladora local de centrales solares Genneia.

“El aspecto que más desafío presenta es el riesgo país”, dijo Lagos por teléfono. “A los bancos privados, ya sean locales o extranjeros, no les interesa financiar proyectos de energía renovable acá, por lo que están en conversaciones con modelos multilaterales, como Corp. Andina de Fomento”.

Costos de endeudamiento

Los costos promedio de endeudamiento para las empresas argentinas son de aproximadamente un 11%, más del doble que la media de 4,84% para los mercados emergentes, según JPMorgan Chase Co.

Genneia financió su primer parque solar con un préstamo de US$18,8 millones que obtuvo de la entidad estatal Banco de Inversión y Comercio Exterior SA y ahora busca conseguir fondos para el resto de sus proyectos que entrarían, todos ellos, en una tarifa de US$550 por hora.

Aun con limitaciones en la financiación, la energía solar de Argentina atrae a desarrolladores europeos que padecen la reducción de subsidios que se vive en su patria, como también a los fabricantes de paneles solares que quieren generar condiciones de contratación más tentadoras en medio de la saturación de la oferta mundial.

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