El gobierno argentino demora el debate parlamentario sobre la creación de billetes de más alta denominación que, según un ex presidente del banco central, son necesarios para reconocer el costo de la creciente inflación.
Desde que la propuesta fue incluida en la agenda de la comisión de finanzas de la cámara baja el mes pasado, las reuniones semanales programadas hasta hoy fueron suspendidas por “problemas de agenda”, según el presidente, Carlos Heller. El legislador opositor y ex presidente del banco central, Alfonso Prat-Gay, presentó un proyecto de ley para emitir billetes de 200 pesos y 500 pesos, diciendo que la inflación debilitó el poder adquisitivo del billete de 100 pesos (US$19) a 11 por ciento del valor que tenía cuando fue creado en 1992. Los bonos ligados al índice de precios oficial bajaron 4,6 por ciento este año, la mayor caída de los mercados emergentes después de Sudáfrica, según Barclays Plc.
Aunque el gobierno insiste en que la inflación llega al 10,5 por ciento, o menos de la mitad del ritmo anual de 24 por ciento calculado por los economistas privados, la presidente Cristina Fernández de Kirchner la semana pasada elevó los subsidios a las familias pobres un 70 por ciento antes de las elecciones legislativas de octubre. Estos aumentos del gasto indican que el gobierno no tiene intenciones de tomar medidas efectivas para contener los precios, dijo Jorge Piedrahita, máximo responsable ejecutivo de Torino Capital LLC, casa de bolsa con sede en Nueva York que se especializa en deuda de los mercados emergentes.
La creación de billetes de más alta denominación sería “un reconocimiento de la inflación”, señaló Piedrahita en una entrevista telefónica. “La inflación es resultado de un mayor gasto público, que no se frenará porque estamos en un año electoral. Los bonos ligados a la inflación seguirán cayendo”.
Déficit creciente
El gobierno de la segunda mayor economía de América del Sur aumentó el gasto público 34 por ciento interanual en febrero, mientras que los ingresos se elevaron 33 por ciento. El año pasado, el déficit del gobierno representaba el 2,4 por ciento del producto interno bruto, el más grande desde la brecha de 3,3 por ciento del PIB de 2001.
Las imprentas que tiene la Argentina no han podido satisfacer la demanda de billetes de 100 pesos. A fines de 2010, el banco central importó billetes de Brasil y a comienzos del año siguiente encargó otros 3.000 millones de pesos en billetes de 100 pesos a la casa de la moneda brasileña.
Alrededor del 90 por ciento del dinero en circulación está en billetes de 100 pesos, dijo Prat-Gay en su propuesta al Congreso. En los Estados Unidos, el billete del US$100 representa el 76 por ciento del dinero en circulación, según la Reserva Federal estadounidense.
“No hay justificación para demorar la impresión de billetes de más alta denominación”, afirmaba Prat-Gay en su propuesta. Su utilización generaría un gran ahorro ya que habría poca diferencia en el costo de imprimir billetes de 200 pesos y 500 pesos y el de imprimir los de 100 pesos, mientras que haría falta imprimir menos cantidad de billetes, agregó.
“El partido gobernante rechaza las propuestas porque no quiere reconocer el problema de la inflación”, dijo Juan Tunessi, legislador opositor que colabora en la publicación de los cálculos mensuales privados. “Con el nivel de inflación que hemos sufrido en los últimos años, ya deberíamos tener un billete de 500 pesos”.