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Nos infiltramos en funa ñuñoína contra violencia de género en construcción: “Tengo miedo a salir a la calle”, dice afectada Destacado

Nos infiltramos en funa ñuñoína contra violencia de género en construcción: “Tengo miedo a salir a la calle”, dice afectada

Alejandra Valle
Por : Alejandra Valle Periodista, porteña. Conductora de televisión, editora de revistas, con un largo currículum en diversas plataformas de información. Directora en www.elmostrador.cl/braga @siliconvalle
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La tarde de ayer se reunieron la municipalidad, los vecinos y la empresa, que repudió enfáticamente los hechos. Nosotros estuvimos más temprano en calle Pucará para captar in situ los reclamos y conversamos con Camila, la mujer que recibió el maltrato físico de varios trabajadores.


Eran las 9 de la mañana cuando un grupo de vecinos de Ñuñoa comenzó a reunirse a las afueras de Pucará 4886. La idea era poner en un alto en la violencia, maltrato y falta a los compromisos adquiridos por parte de los trabajadores de una obra perteneciente a inmobiliaria Stitchkin y Constructora Santolaya.

Había vecinos, cámaras y políticos como la diputada Maya Fernández (PS) y los concejales Alejandra Placencia (PC) y Camilo Brodsky (Frente Amplio). Un micrófono y rayados alusivos a la violencia de género, como “Déjame caminar en paz” o “Basta de acoso callejero ¡YA!”. En ese contexto tomaron la palabra distintos vecinos, cada uno de ellos sólo se identificaba por su nombre de pila debido a las acciones judiciales que pretenden llevar a cabo. Las historias eran tristes y preocupantes. Una mujer que perdió a su esposo trasplantado por culpa de un hongo que creció en la tierra de la construcción que está justo adosada al otrora tranquilo condominio (ya contaremos de este caso en extenso en otra nota); Enrique, el vecino que se dedica hace años a crear conciencia sobre el explosivo crecimiento inmobiliario en Ñuñoa; y, por supuesto, Juan Carlos, el esposo de Camila.

El relato de Juan Carlos se remitió al pasado jueves 2 de marzo, cuando las cosas se salieron de control. Camila fue ese día a hablar con el encargado de la obra, quien no la quiso atender. Antes su negativa, ella tocó la campana, lo que generó un incidente que terminó con la mujer en suelo, una esguince en su mano, moretones en sus brazos y contusiones varias, además haber tenido que recibir los gritos de “loca” y “enferma”. Todo esto habría sucedido, según el relato de las vecinas del barrio Pucará publicado en las redes sociales, mientras a su esposo lo retenían para que no pudiera ayudarla. En la carta, las mujeres añaden que “horas más tarde, una joven vecina que iba pasando por Pucará fue acosada verbalmente por un trabajador del edificio para luego ser agredida por el mismo, provocándole un hematoma en el brazo”. La guinda de la torta.

Volviendo a Pucará 4886, cuando el acto ya termina, aparece en la puerta del condominio una mujer muy delgada con una bolsa en su mano. Otra vecina que da fe de todo lo ocurrido, la va a saludar y ella accede a conversar con El Mostrador Braga.

– ¿Cómo estás Camila?
– Estoy triste, afectada por lo que pasó, tengo mucho miedo de salir a la calle, tengo que salir casi escoltada de mi casa porque tengo miedo de encontrarme con mi agresor o agresores porque no sólo fue uno, hubo más que no han sido identificados todavía. No hay nada que explique esa reacción con tal nivel de violencia. El daño que me han hecho es tremendo. Me han dejado marcada por toda mi vida y esto no lo voy a dejar pasar.

– ¿Qué pasó? ¿Cómo llegaron a esto?
– Esto se salió de control porque el encargado de la obra no supo contenerlo a tiempo. Nos prometió cosas que nunca cumplió. Lo tenemos grabado diciendo que no haría nada por ayudarnos. Su falta de voluntad y compromiso con los vecinos hizo que llegáramos a este punto y por eso ese día no quiso dar la cara. Cuando yo fui a hablar con él no quiso salir, toqué la campana y por eso pasó lo que pasó. Pero esto ya tocó un límite. En Ñuñoa hay muchos casos de falta de fiscalización a las obras y qué va a pasar después, ¿va a haber una muerte? ¿Qué?

– El acoso callejero lo ridiculizan hablando de la ley del piropo…
– Un piropo es algo lindo, agradable. Pero cuando te insultan, te agreden como mujer, te descalifican, eso es un insulto para mí.

– ¿Hubo insultos de índole sexual también?
– Sí. Muchas vecinas han sufrido acoso. Menores de edad incluso a las que les dicen palabras obscenas. Y eso no es piropo, es acoso callejero.

– ¿Te parece que las soluciones deberían venir del Congreso o desde los mismos trabajadores como sucedió en Perú?
– Deberían sacar la ley de acoso sexual callejero. Es difícil poner la responsabilidad en el trabajador, ya que algunos no fueron educados para respetar a la mujer. Es difícil pedir que venga de ellos. No todos, obviamente, hay algunos que son respetuosos o dicen piropos que son lindos.
La empresa: “Rechazamos cualquier tipo de volencia”

La constructora Santolaya conversó con nosotras y fueron enfáticos en lamentar lo acontecido y señalar que ya se iniciaron las investigaciones internas para tomar las medidas correspondientes.
Además, el lunes la Constructora sostuvo una reunión con autoridades de la Municipalidad de Ñuñoa, en la tarde llamó personalmente al marido de la mujer afectada y ayer en la tarde se efectuó una reunión entre uno de los socios de la Constructora, la familia involucrada y la Municipalidad. “Todo lo anterior con el objetivo de poner a disposición de ellos las medidas y acciones necesarias para sanar lo sucedido y lograr mantener una buena relación con los vecinos, con mutuo acuerdo de ellos y las autoridades comunales”, recomienda.

Lo más interesante es el párrafo en que manifiestan que “como empresa estamos en contra y rechazamos cualquier tipo de violencia (verbal, física o de cualquier índole) entre, contra y desde nuestros trabajadores, y más aún cualquiera que tenga relación con violencia de género” y para finalizar prometen velar por una mantener una buena relación con los vecinos.

¿Qué dicen los políticos?

Maya Fernández llegó a Pucará 4886 y allí nos contó por qué se hizo parte de esta manifestación, aunque eso significara aparecer más tarde en el Congreso. “Lo más importante de la movilización de hoy es denunciar y condenar enérgicamente los abusos de los que fue víctima una vecina, no queremos violencia de ningún tipo en nuestros barrios. Hace años como vecinos hemos luchado por un plan regulador con planificación urbana donde los vecinos opinen sobre los proyectos y sobre todo que las constructoras respeten la vida de barrio que tanto queremos preservar”.


Mientras que Paula Mendoza, concejala de las PS que no estuvo en Pucará, también quiso apoyar: “»Este tipo de abuso es repudiable. Esta violencia física ejercida hacia una de nuestras vecinas por el trabajador de una inmobiliaria y aplaudida por sus compañeros está fuera de rango. No permitiremos que estos actos se vean como un hecho fortuito pues acá hay un permanente hostigamiento que va en aumento y hoy nos impacta con los golpes y vejámenes observados. Como autoridad de la comuna exigiré que la Municipalidad actúe en defensa de esta vecina y no pierda el norte sobre su rol fiscalizador: este dejó de ser un asunto entre privados, hoy nos atañe a todos por lo que le señalé al Alcalde que es indispensable tomar».

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