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Directora de campaña para la despenalización social del aborto: «Mucha gente se siente con una superioridad moral para juzgar» Campaña de alto impacto: #Nolajuzgues

Directora de campaña para la despenalización social del aborto: «Mucha gente se siente con una superioridad moral para juzgar»

Ingrid Garces
Por : Ingrid Garces Periodista, penquista, ex Sub gerente de contenidos de La Red, experta en marketing digital. Directora en www.elmostrador.cl/braga En Instagram @ingridgarces En Twitter @ingrid_garces
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La Mesa de Acción por el Aborto en Chile elaboró una campaña para terminar con el prejuicio y el juicio moral para aquellas mujeres que se han realizado o se van a realizar un aborto. Los videos protagonizados por reconocidas actrices, entre ellas Francisca Lewin, Paulina García, Paulina Moreno, Catalina Martin y Paula Zúñiga, son una mezcla entre ficción y testimonios reales y fueron realizados por Constanza Figari.


En medio de la implementación de la ley que despenaliza el aborto en tres causales, la organización Mesa Acción por el Aborto en Chile lanzó una campaña para «la despenalización social» de la interrupción del embarazo llamada #NoLaJuzgues. 

Se trata de videos que protagonizaron reconocidas actrices, entre ellas Francisca Lewin, Paulina García, Paulina Moreno, Catalina Martin y Paula Zúñiga, quienes a través de una mezcla entre ficción y testimonios reales, dan a conocer el juicio social, la persecución y los estigmas que deben acarrear las mujeres que han abortado.

Braga habló con la directora, Constanza Figari, encargada de plasmar el sentir de las mujeres que han estado conectadas con el aborto en distintas situaciones. Esta mujer audiovisual dirigió también el filme 7 Semanas, que está inspirado en hechos reales. El largometraje cuenta la historia de Camila, una joven universitaria de 20 años, estudiante de danza, que queda embarazada. Luego de que todo su entorno se ilusiona con la llegada de un bebé, Camila se da cuenta que no desea ser mamá y decide abortar.

Figari está muy comprometida con la temática, como mujer y como audiovisual, por lo mismo quisimos conocer su visión.

-¿Qué significa para ti como directora y mujer realizar esta campaña?

– Se me dio la oportunidad maravillosa de ser una voz en una lucha a la que adhiero profundamente, y poder utilizar el espacio audiovisual para representar y plantear estas temáticas es un privilegio para mí como directora.

– ¿Fue difícil para las actrices colocarse en el lugar de mujeres que han sufrido el estigma social de quienes que han abortado?

– Me parece complejo hablar por ellas, pero siento que no. Fuera de la responsabilidad enorme de esta campaña y lo que estamos representando, las tres protagonistas son mujeres increíblemente sensibles y empáticas, y gracias a esas herramientas pudieron ponerse en la piel de sus personajes, desde el primer momento, con mucho compromiso y valentía. Además, estos personajes nos entregan testimonios que no nos son ajenos. Pienso que todas, o casi todas, tenemos alguna amiga, pariente, o conocida que ha pasado por una situación similar, y hemos podido observar cómo se vive este proceso en nuestro contexto social, por lo tanto, ese estigma nos resulta familiar.

– Cuéntanos del trabajo audiovisual que realizaste para generar conciencia. ¿Te conectaste con las historias?

– Sí, me conecté con las historias y sentí la necesidad de cambiar un poco el rumbo que habían tenido otras campañas, puesto que el mayor problema que existe hoy entorno a la «discusión» del aborto es la incapacidad de conexión que tiene un sector de la sociedad hacia las mujeres que abortan, ya sea por convicciones morales/religiosas o porque quizás hemos fallado a la hora de entregar el mensaje a esas personas. Y desde nuestra primera reunión con la Mesa de Acción, nos pusimos como objetivo congregar a la mayor cantidad de gente posible; adherentes a la causa y contrarios, con una campaña que apuntara más allá de la legalidad del aborto, un trabajo que llame a mirarnos como sociedad y a comprender que nuestras palabras pueden traer consecuencias dañinas, en este caso, a las mujeres que han tomado esta decisión.

– ¿Qué nos falta como sociedad para dejar de penalizar a las mujeres cuando toman la decisión de abortar?

– Creo que nos falta sensibilidad. Está muy bien opinar distinto, es parte de nuestra esencia humana el ser diferentes, pero tenemos que ser conscientes de que estamos hiriendo a otros con nuestras palabras, y que eso es una transgresión a su libertad. Ahora que el aborto está sobre la palestra, mucha gente se siente con una superioridad moral enorme para juzgar. Los comentarios en las discusiones tanto en RRSS como en el Congreso, en mayor o menor medida, traen consigo una violencia que sólo deja ver la falta de respeto y empatía que tienen estas personas para con otros. En este caso, con mujeres, y ahora incluso con el personal médico que ha manifestado su apoyo a la ley de las 3 causales. ¿Qué tanto cuesta tratar con un poco más de respeto a mujeres que han tomado una decisión difícil y personal, independiente de lo que usted opine de eso?

– ¿Hacer películas es distinto a realizar videos para una campaña que tiene que generar conciencia?

– En el cine existe la posibilidad de explorar las temáticas que te inquietan y tú puedes darle un espacio a ese mensaje con el objetivo de generar consciencia, o al menos remover algo en el espectador. Depende de tu búsqueda como realizador, lo que quieres hacer y qué quieres comunicar. En una campaña el objetivo y el espíritu siempre apuntará a la consciencia colectiva.

– Realizaste la película 7 Semanas, que trata sobre una mujer que decide realizarse un aborto. ¿Qué te ha conectado a esta temática?

– Soy mujer. Y he sentido un despertar de mi género. Ser mujer en esta sociedad requiere de un compromiso mayor. Estamos viviendo un momento de efervescencia donde la estructura a la que estábamos sometidas a muchas no nos parece justa. Reconocer nuestros derechos reproductivos y sexuales me parece algo mínimo. Porque soy mujer, porque me siento desvalorada por la ley y porque veo a otras mujeres sufrir las consecuencias de la ilegalidad y de una sociedad que ha estigmatizado a la mujer en todas las áreas posibles. El aborto es sólo una de ellas. Escuchar a una amiga pasar por esto fue suficiente para tomar la bandera. Y desde que tomé la bandera, el camino que elegí y el «ser mujer» han ido teniendo cada vez más sentido.

– ¿Por qué crees que en la mayoría de clínicas y hospitales se estén sumando profesionales de la salud al protocolo de objeción de consciencia?

– No creo que podamos hablar de mayoría aún, pero sí existe una cifra alarmante de instituciones de salud que están adhiriendo al protocolo de objeción de consciencia. Puedo entender que un médico tenga una contradicción moral profunda con esta situación y me parece complejo, pero no puedo creer que se esté poniendo por sobre la ley una creencia individual antes que el bienestar de mujeres cuya libertad se ha visto trasgredida (en el caso de la violación), siendo prioridad los «valores» de una institución o un médico en particular antes que la vida, la decisión y la necesidad de estas mujeres.

Este es el video final de la campaña #Nomejuzgues, que tuvo tres piezas audiovisuales anteriores:

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