Publicidad
Sobre la corresponsabilidad parental, siempre es la misma historia Yo opino

Sobre la corresponsabilidad parental, siempre es la misma historia

Magdalena Ortega
Por : Magdalena Ortega Directora de Formación y Servicio Público, Idea País.
Ver Más

Sabemos que cuando se secundariza el rol de los padres, no sólo pierden las mujeres, perdemos todos. Es hacia la corresponsabilidad parental donde debemos avanzar, primero para fortalecer a nuestras familias y, además, para acortar la brecha de desigualdad entre hombres y mujeres que hoy existe.


Hace algunas semanas atrás, mientras celebrábamos el día del padre entre festejos y abrazos, se dio a conocer una cifra reveladora: sólo un 0.3% de los padres durante el año pasado hicieron uso del post-natal parental. Un número alarmante, pero que sorprendió a pocos.

En tanto, este domingo supimos que durante los últimos siete años se duplicó la cantidad de mujeres que han optado por un plan de Isapre con maternidad reducida.

Según el Presidente de la Asociación de Isapres, este hecho demuestra la “gran libertad” para elegir que tienen los cotizantes –curiosa manera de entender la libertad–. Lo cierto es que este dato se explica en su mayoría porque hoy las mujeres en edad fértil deben pagar hasta dos veces más de lo que un hombre de la misma edad paga para acceder a un plan similar.

[cita tipo=»destaque»] En este contexto, celebramos que esta semana se haya aprobado en la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados, una indicación que busca otorgar a cada uno de los padres el derecho a decidir quién hará uso del beneficio de sala cuna. Es hacia la corresponsabilidad parental donde debemos avanzar. [/cita]

Ambas noticias, aunque separadas por semanas, no son independientes entre sí, sino que se conforman como capítulos de una misma historia: en Chile no existe la corresponsabilidad parental.

Pensemos, por ejemplo, en la ley que obliga la existencia de -o en su defecto a pagar por- salas cunas sólo en la medida que la empresa cuente con 20 o más mujeres empleadas, y no cierta cantidad de padres.

Evidentemente esto se traduce en un encarecimiento de la contratación femenina, desincentivando y perjudicando la participación laboral, la equidad salarial y su desarrollo profesional. Al mismo tiempo, se  pone el acento de la responsabilidad de la crianza, solamente en la madre. Sabemos que cuando se secundariza el rol de los padres, no sólo pierden las mujeres, perdemos todos.

Consideremos, además, que estas situaciones solo se acrecientan y se hacen más palpables cuando las mujeres están en situación de vulnerabilidad. Lamentablemente ellas, un embarazo socava las posibilidades de estudiar o trabajar.

Un estudio reciente sobre las motivaciones detrás de no trabajar ni estudiar en los jóvenes, liderado por el doctor Juan Luis Correa, revela que el 66% de la población que no estudia ni trabaja son mujeres, y que la mayoría está en esa situación porque no tiene con quién dejar a los niños. Señala también que, dentro de los factores determinantes para estar en esta categoría, el hecho de ser mujer aumenta tres veces las posibilidades y un embarazo, seis veces más.

En este contexto, celebramos que esta semana se haya aprobado en la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados, una indicación que busca otorgar a cada uno de los padres el derecho a decidir quién hará uso del beneficio de sala cuna. Es hacia la corresponsabilidad parental donde debemos avanzar, primero para fortalecer a nuestras familias y, además, para acortar la brecha de desigualdad entre hombres y mujeres que hoy existe.

Es un avance, pero hay que ir mucho más allá. Urge un cambio de fondo, que no se quede solamente en lo legislativo. Se deben promover también cambios culturales e institucionales profundos: desde nuestra educación en adelante.

No seamos ciegos ante el hecho de que por medio de estas situaciones terminamos promoviendo lo contrario: desincentivar a los padres a tener hijos, por un lado, y promover una visión donde es impensable que un padre se tome algunas de las 12 semanas que otorga el post natal parental para cuidar a su hijo recién nacido, por el otro. La reflexión es larga, pero más vale empezar, para que no sigamos contando siempre la misma historia.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias