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Male Gaze vs. Female Gaze: ¿qué es la mirada femenina que hace que las mujeres prefieran a Loki antes que a Thor? BRAGA

Male Gaze vs. Female Gaze: ¿qué es la mirada femenina que hace que las mujeres prefieran a Loki antes que a Thor?

Natalia Espinoza C
Por : Natalia Espinoza C Periodista - Contacto: braga@elmostrador.cl / (sólo wsp) Fono sección: +569 99182473
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Las miradas femenina y masculina en la construcción de personajes en la industria audiovisual tienen grandes diferencias que no se salvaron ante el ojo crítico de tiktokers que decidieron visibilizar la hipersexualización de las mujeres con la hilarante tendencia “soy una mujer haciendo cualquier cosa, pero escrita por un hombre”. Para analizar este fenómeno, conversaron con El Mostrador Braga la comunicadora audiovisual Sofía Vera y la Gestora de Nosotras Audiovisuales, Camila Rodó.


Desde que se estrenó la nueva serie de Marvel, Loki, la discusión sobre el concepto anglo female/male gaze –en español “mirada femenina/masculina”– en la industria audiovisual, volvió a tomar mucha fuerza.

La discusión en redes sociales es simple, los hombres se cuestionan por qué a las mujeres les atrae más un personaje como Loki, quien para ellos tiene una imagen más “normal”, en vez de su hermano Thor, quien representa una masculinidad clásica, viril, de un hombre alto, fornido, rubio y con muchas escenas donde muestra su cuerpo. Mientras que a Loki se le muestran su sonrisa, sus manos, sus gestos faciales, las variaciones “coquetas” de su tono de voz, no una polera que estalla porque no puede contener los músculos.

¿De qué hablamos cuando nos referimos al gaze o “la mirada” femenina/masculina?

Para la comunicadora audiovisual Sofía Vera, en conversación con El Mostrador Braga, el male gaze se refiere a la representación de la mujer en el mundo como un objeto sexual, desde la perspectiva de un hombre blanco heterosexual.

Mientras que el female gaze es la mirada de una directora, una guionista o de una productora hacia la mujer real desde su interior, es una representación que también puede estar sexualizada, pero es más emocional e íntima, los personajes son más realistas.

Como una forma de visibilizar esta situación desde la comedia o la sátira, diversas tiktokers alrededor del mundo comenzaron la tendencia “una mujer haciendo algo, escrito por un hombre” y la versión “escrita por una mujer” del mismo hecho.

Por ejemplo, “una mujer cocina su cena para ella sola”.

Male gaze:

Female gaze:

Otro ejemplo, “soy una chica que se mudó al lado malo de la ciudad y estoy estresada por eso”.

En estas secuencias, la mirada masculina hipersexualiza cualquier acción realizada por una mujer, hasta algo tan cotidiano como preparar una cena o estar angustiada. Estas mujeres incluso en su estado “desarreglado” están maquilladas y con el cutis perfecto, sin ojeras ni detalles que la vuelvan más humana.

La importancia de saber y diferenciar estas miradas en la industria no radica solamente en cómo se construyen los personajes femeninos y las disidencias, sino en qué tipos de historias estamos contando y quiénes lo están haciendo. Según la Gestora de Nosotras Audiovisuales, Camila Rodó, esto cobra relevancia porque las personas estamos hechas de historias: el mundo, nuestra identidad, nuestros mitos, memoria, “entendemos el mundo a través de las ellas, por eso es importante cuestionarse quién está contando y cómo”, explica. Por ello, el hecho de poner a una mujer, a un gay, trans o lesbiana como protagonista en una obra, no garantiza que no se estén reproduciendo estereotipos sexistas o patriarcales.

En este sentido, considera que se ha instaurado una mirada que pareciera ser la norma, la visión “blanca, masculina y heterosexual, parece ser la oficial y atraviesa tanto nuestras narrativas como el cine, lo audiovisual, la televisión y los nuevos medios. El resto de quienes estamos un poco fuera de esa lógica y de la narrativa patriarcal, somos como una anomalía”, comenta la experta.

Para Rodó, cuestionar y oponerse a esta “tradición” no tiene el afán de cancelar, censurar o prohibir que se siga haciendo este tipo de historias o personajes, todo lo contrario, la idea es abrir el debate y la conversación sobre los discursos y, sobre todo, acerca de las realidades que se están representando en nuestros medios audiovisuales.

Estereotipos

En el male gaze, la sexualización de la mujer está enfocada en verla como un objeto de deseo, al servicio del hombre, lo mismo ocurre, según Rodó, con la representación de las diversidades sexogenéricas.

En este ámbito, la audiovisual Vera ejemplifica con escenas sexuales, “los dos pueden mostrar una escena como sexual, pero la mirada del hombre siempre va a estar en el cuerpo de la mujer y el acto sexual como tal, como en 50 sombras de Grey”.

En cambio la mirada femenina muestra el acto sexual con sus diversos elementos, más allá de la corporeidad de las personas o el coito.

Además, el male gaze tiende a elegir un cuerpo de mujer como el estereotipo de lo “ideal”, por lo que no tienen acné, entre otros «defectos». Para Vera, «es imposible ver a una mujer con pelos porque eso no es lo que ellos quieren explotar”, explica.

Este problema no va solo en los personajes sino también en el trabajo audiovisual que se está realizando, la falta de mujeres como directoras, guionistas, creativas, sonidistas, camarógrafas, etc.

“Hay cosas que se les ponen a las mujeres para cuidar su vulva cuando están en escenas de relaciones sexuales. A las mujeres no se les ponía, pero al hombre sí lo cuidaban. En los tiros de cámara, sobre todo las películas antiguas chilenas, se explotaba mucho el cuerpo femenino desnudo, pero no el del hombre. Además se explotaba de una manera muy fea, yo diría que grotesca”, profundiza Vera.

Otro estereotipo es el de los personajes de la comunidad LGBTIQ, quienes, según la comunicadora, sobre todo los gays y trans, suelen ser  personajes ridículos, el payaso del grupo; y las mujeres lesbianas, estar irrealmente masculinizadas.

“Imagínate un niño que está sintiendo dudas sobre su sexualidad y vea eso en la tele, los videos o que ni siquiera se hable de que es un estereotipo. Es fuerte crecer con esa poca representatividad”, puntualiza.

En este sentido, Camila Rodó invita a las mujeres a conocer y consumir más producciones realizadas por mujeres, como las que se posicionan en Nosotras Audiovisuales desde 2016.

Finalmente, las expertas coinciden en que se han ido dando avances, pero que aún falta, sobre todo en detalles que pueden ser insignificantes para algunos, pero que son una muestra de nuestra sociedad, como lo es que no te puedas, en la mayoría de las casas de estudio chilenas, titular como “comunicadora audiovisual” sino como “comunicador”.

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