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#NoesNo: proyecto que penaliza la retirada no consentida del condón es aprobado por diputadas/os BRAGA Créditos: Foto de Nataliya Vaitkevich en Pexels

#NoesNo: proyecto que penaliza la retirada no consentida del condón es aprobado por diputadas/os

La iniciativa avanza su tramitación y vuelve a la Comisión de la Mujer para su discusión en particular. En la instancia, el diputado del partido Republicano, Cristóbal Urruticoechea, aseguró que si bien no se puede permitir que a una mujer se le viole o engañe, “puede haber mentira tanto del hombre como de la mujer e incuba el ideal del feminismo, con eso ya pierde todo sentido el proyecto”. Por otro lado, Maite Orsini (RD) enfatizó sobre el consentimiento y la violencia de género, “no es no, y cuando decimos sí, es bajo ciertas condiciones, precisamente, como el uso del condón”.


Esta mañana fue aprobado con 82 votos a favor, 3 en contra y 39 abstenciones el proyecto de ley que busca penalizar el retiro no consentido del condón durante una relación sexual, el proyecto avanza su tramitación y vuelve a la Comisión de la Mujer para su discusión en particular.

En la instancia, hubo un breve debate en torno a la necesidad de esta penalización, en este contexto, desde el Partido Republicano, el diputado Cristóbal Urruticoechea intervino asegurando que si bien no se puede permitir que a una mujer se le viole o engañe, en este proyecto habría según su visión dos problemas, uno sería la “carga probatoria” y que “se puede dar para los dos lados, puede haber mentira tanto del hombre como de la mujer e incuba la ideal del feminismo, con eso ya pierde todo sentido”.

Por otro lado, Maite Orsisi (RD) explicó que stealthing es un nombre que “tuvimos que ponerle a una situación que miles de mujeres han sufrido y no sabían cómo nombrar, y mucho menos cómo denunciar. Retirarse el condón en medio de una relación sexual es quitarse la protección contra enfermedades y embarazo, es sacarlo de manera sigilosa, escondida, porque la relación consensuada lo fue en otros términos”.

Además, agregó enfáticamente que este es un problema de violencia de género en torno al consentimiento de inicio a fin, que se debe dar en una relación sexual para que no haya ni violación ni abuso. “No es no, y cuando decimos sí, es en bajo ciertas condiciones, precisamente, como el uso del condón”, puntualizó.

Al contrario, la diputada Ximena Ossandón (RN) cuestionó el proyecto mencionando que siempre se le critica a su sector que se mete en la cama de las personas y que si esto “no es meterse en la cama, entonces qué es”. Además, comparó el retiro sin consentimiento del condón con el que una mujer no se tome la pastilla anticonceptiva y quede embarazada como una situación símil.

En la misma línea, cuestionó que esta práctica se enmarque en los términos de situaciones de “violencia de género”, opina que a su parecer, el proyecto es más bien “simbólico” en contra de la violencia hacia la mujer, pero que en tribunales será “muy difícil probar si una persona se retiró el condón a propósito o no”.

En tanto, Erika Olivera (IND) fue tajante en defender la iniciativa y el rol que ha liderado en materia de género la Comisión de Mujer a la hora de avanzar en posicionar este tipo de temas que antes “este congreso ni siquiera hubiera tratado o advertido”.

Respecto al proyecto, opina que la remoción del preservativo sin consentimiento es un manifiesto de menosprecio hacia los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, “constituye una vulneración de aquella confianza y complicidad que cualquier persona pone en una relación de carácter íntimo, precisamente en una sociedad moderna donde estas relaciones deben basarse en el respeto y el afecto”.

La remoción no solo puede traer como consecuencia un embarazo no deseado, sino que también una enfermedad de transmisión sexual, en un contexto en donde como país hemos tenido un proliferamiento de este tipo de enfermedades de forma sostenida.

Este proyecto de ley no sería tan urgente de aprobar, a juicio de Olivera, “si en nuestro país se impartiese una educación sexual desde temprana edad con contenidos acordes a la edad y poniendo como prioridad la prevención de enfermedades, la responsabilidad afectiva y familiar, la equidad de género, los derechos reproductivos y la prevención del embarazo no deseado. Si esto existiera sería una práctica reprochable socialmente, no algo avalado por algunos hombres”, finaliza.

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