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Informar sobre femicidios: el asesinato de mujeres no tiene “detalles sabrosos” BRAGA

Informar sobre femicidios: el asesinato de mujeres no tiene “detalles sabrosos”

Natalia Espinoza C
Por : Natalia Espinoza C Periodista - Contacto: braga@elmostrador.cl / (sólo wsp) Fono sección: +569 99182473
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Narumi Kurosaki es el nombre de una joven japonesa asesinada por el chileno Nicolás Zepeda. Estas semanas su foto, detalles de su vida, especulaciones sobre su personalidad han acompañado las transmisiones que se han viralizado mientras se informaba sobre el juicio. Para la integrante de la coordinación nacional de la Red Chilena Contra la Violencia Hacia Las Mujeres, Yoselin Fernández, este caso vuelve a poner en la palestra la falta de perspectiva de género cuando se abordan casos de femicidios. “Tiene que ver con la estructura narrativa: se plantean como historias desde una lógica de melodrama”, explica.


Desde que comenzó el año 2022 ya han sido víctimas de femicidio 333 mujeres en latinoamérica según el “Mapa Latinoamericano de Feminicidios”, coordinado por la Directora de Mundo Sur, Eugenia D’Angelo. 

Para las víctimas, los procesos judiciales recién comienzan, los organismos tardan en condenar a los responsables y mientras las fiscalías realizan extensas investigaciones, los medios de comunicación se encargan de difundir el progreso de las mismas, visibilizar, movilizar a la opinión pública. Sin embargo, ¿en qué punto se deshumaniza la violencia de género por publicar lo que da más clicks?

Narumi Kurosaki es el nombre de una joven japonesa asesinada por el chileno Nicolás Zepeda, estas semanas su foto, detalles de su vida, especulaciones sobre su personalidad han acompañado las transmisiones que se han viralizado mientras se informaba sobre el juicio.

Créditos: Foto Red Chilena Contra la Violencia hacia Las Mujeres

En este contexto, la integrante de la coordinación nacional de la Red Chilena Contra la Violencia Hacia Las Mujeres, Yoselin Fernández, en conversación con El Mostrador Braga, analiza que el tratamiento mediático que se ha dado al femicidio de Kurosaki ha sido muy carente de una perspectiva de derechos humanos, feminista y de género. 

“Creo que de alguna manera nos entrega ciertos patrones que nosotras ya habíamos visto en situaciones anteriores y que habíamos criticado también con mucha fuerza, respecto de cómo los medios informan sobre violencia contra mujeres. Tiene que ver con la estructura narrativa: se plantean como historias con detalles sabrosos, desde una lógica del melodrama”, explica.

Lo dañino, según Fernández, es que impide entender la violencia contra las mujeres como un fenómeno social, cotidiano, estructural y presente en nuestra sociedad, ya que lo sitúa como un hecho particular, aislado, sin ninguna circunstancia social. 

“Ese es principalmente el error de fondo, el abuso de sensacionalismo tiene que ver con el objetivo detrás de la cobertura. Cuando se busca informar responsablemente, educar o contribuir a la generación de conciencia social, respecto de la violencia contra las mujeres, el foco es distinto”, puntualiza. 

El fenómeno de los likes y los clicks

Una cobertura que tiene como foco sumar rating tiende a escarbar en los criticados «detalles sabrosos», a escarbar en la vida privada de las víctimas. El problema de esto se da cuando esta “investigación profunda” comienza a establecer detalles en cuanto a la relación o la víctima que no están comprobados.

Créditos: Foto de Álvaro Cofre/ Agencia Uno

Para Fernández, en este caso hemos visto varios de esos detalles en televisión, sobre todo un cruce muy particular con la xenofobia, “porque Narumi al ser una mujer japonesa, las coberturas chilenas han estado permeadas de ese sensacionalismo, se ha hablado muchísimo respecto de su personalidad, si por ser asiática estaba interesada en sus estudios, si quizás ella era muy fría, distintas situaciones que tienen que ver con asociaciones estereotípicas a su nacionalidad, que son meras especulaciones por lo demás, y que se establecen como elementos noticiosos en la cobertura”, reflexiona.

Es inevitable para la integrante de la coordinadora recordar casos como el del femicidio de Fernanda Maciel, en cuya situación se generó una narrativa muy extensa sobre la  base de la mera especulación, lo mismo que se vivió contra Nabila Rifo, quien sobrevivió a un femicidio frustrado perpetrado por Mauricio Ortega. 

En estos casos, desde organización denuncian que lo que observaron son “especulaciones y detalles íntimos de la vida de esas mujeres, donde, de algún modo, el foco siempre está puesto en ellas, no está en buscar sobre quién las llevó a la muerte, como si fuese un destino inevitable construido como un melodrama”, explica.

Un problema estructural

En el Registro Nacional de Femicidios, se explica que este es un crimen que refleja, en grado extremo “el sentido de propiedad, dominación y control que ejercen los hombres hacia las mujeres en las sociedades patriarcales”.

La violencia contra las mujeres está presente desde la infancia en un continuo en nuestras vidas, no sólo en las relaciones familiares, sino en todos los espacios que transitamos. Muchas veces cuesta identificarla, ya que ha estado por siglos naturalizada en la sociedad y en la cultura. 

Es por eso que a la hora de abordar estas temáticas es tan importante que se haga desde una perspectiva de género, que no trivialice ni postule una tragedia como un “hecho aislado” perpetrado por un “hombre enfermo, loco”.

La justicia en Chile v/s la internacional

Otra cosa que ha quedado al descubierto con este caso, es la percepción social de la gente respecto de que la justicia “llegó rápido” porque fue procesado en Francia, lugar donde se cometió el femicidio por el cual se extraditó a Zepeda, sin embargo, Narumi fue asesinada en 2016, han pasado seis años de investigación, no fue un proceso expedito.

Fernández comenta que hay una idea general, al revisar los comentarios más repetidos en redes sociales sobre el caso Narumi, de que la justicia en Chile funciona de un modo distinto dependiendo de a quién se juzga. 

“Este caso enfrenta a un joven chileno de clase alta, acomodada, de hecho su familia puede costear al equipo jurídico de un expresidente francés (…) En Chile la situación contra jóvenes, hombres, mujeres o personas en general, que no son de clase alta no suelen terminar con condenas tan categóricas como los 28 años de cárcel que recibió Nicolás Zepeda”, comenta.

Para Fernández, la idea de que la justicia es distinta de acuerdo al lugar de origen es evidente. “Creo que es una idea que está muy instaurada en nuestra sociedad, porque así lo ha demostrado el peso de los hechos”, puntualiza. 

La coordinadora considera que hay cierto nivel de confianza en la justicia extranjera más que en la propia, pero que hay que siempre estar pendientes. En este caso, aún hay una apelación que está pendiente de ser resuelta en Francia, en particular, se habla de que la condena de Zepeda, quizá podría cumplirla en Chile. 

“Lo más importante, desde nuestro punto de vista, es que las sanciones correspondientes se cumplan, y que esto sea también un precedente respecto de que ningún femicida puede estar libre”, afirma. 

Además, agrega que, “ningún femicida puede estar impune, y la justicia no puede actuar al revés, tiene que hacerlo con toda la severidad de la ley en los casos de violencia contra las mujeres, sin discriminación respecto de si el agresor o femicida es rico, pobre, tiene contactos o no, porque hay un principio de igualdad ante la ley que es ineludible”.

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