Isabel Allende Llona es escritora, feminista y una de las autoras más leídas del mundo. Ha publicado 26 libros con más de 77 millones de ejemplares vendidos. “Mi relación con la literatura fue a través del oficio de lectora y después aprendí algo del lenguaje escrito como periodista”, dice Isabel en esta conversación, en la que recuerda que ella desde niña escribía, todos los días cartas a su mamá. Su infancia la pasó en El Líbano y Bolivia, y a pesar de ser una gran lectora “mi control del idioma español era pobrísimo, era vasto el vocabulario porque leía mucho, pero no sabía prácticamente nada de gramática, me enseñaron a escribir mis compañeras en la revista Paula”, dice. Es justamente entre 1967 y 1974 que escribe en Paula, la primera revista feminista de Chile, de la cual fue una de las fundadoras. Famosas fueron sus columnas humorísticas Civilice a su troglodita, las que además de ser publicadas en Paula, fueron recopiladas en un libro. En esos años comienza además una carrera televisiva como entrevistadora. En 1975 Isabel y su familia emigran a Venezuela pues la dictadura puso a Isabel en una lista negra. En el exilio escribe La casa de los espíritus, su primer libro, que el año 2022 cumplió 40 años desde su publicación. La novela que ella inicia como una carta dirigida a su abuelo, se transformó en un relato mágico que irrumpió en las librerías del mundo, contando la historia de Chile. “A mí me han preguntado mucho, ¿si La casa de los espíritus no hubiera tenido éxito, sería usted escritora? Y yo digo que no, si ese libro hubiera sido un fracaso ¿habría escrito el segundo? No, yo tenía que ganarme la vida, tenía que mantener a mis hijos, estaba viviendo el exilio en Venezuela. Desde ese entonces Isabel escribe y escribe, y cada 8 de enero inicia un nuevo libro. Isabel ha recibido 15 doctorados internacionales, más de 60 premios en más de 15 países y de sus obras se han realizado adaptaciones en distintos formatos. En 1995 creó la Fundación Isabel Allende que empodera a mujeres y niñas del mundo. “Escribe porque amas el proceso. El proceso es lento, requiere disciplina, ser despiadada en corregir y cortar. El lenguaje puede ser bello, pero debe ser claro. La belleza de la idea es fundamental. Hay que tratar de escribir de lo que uno sabe o de lo que uno siente muy profundamente. Escriban sobre algo que les apasiona, no traten de dar un mensaje, simplemente cuenten la historia, no subestimen al lector”.
