BRAGA
En el marco de sus condenas por delitos de abuso sexual, el Juzgado de Garantía de Viña del Mar dio su visto bueno al plan de intervención psicológica que deberá cumplir durante su condena de libertad vigilada. Los psicólogos que lo evalúan señalaron que si bien su “historial delictual” es bajo, no reconoce y minimiza los delitos por los que fue condenado, además de presentar “un deficiente manejo de la ira, personalidad controladora y encanto superficial”.
El cineasta fue declarado culpable en abril de 2022 por el delito de abuso sexual y ultraje público, y absuelto por las denuncias de violación. Si bien en primera instancia fue condenado a presidio efectivo en cárcel, finalmente cumple dos condenas de tres años y un día de libertad vigilada.
A juicio de los profesionales del Centro de Reinserción Social de Gendarmería, el condenado presenta un “alto riesgo de reincidencia” pues tiende a justificar su actuar, manteniendo “prejuicios sexistas” y racionalización de “episodios desajustados”.
Por este motivo, López debe cumplir con un plan de intervención que incluye controles semanales y tratamientos enfocados a establecer límites en el ámbito laboral, del cual este martes 9 de mayo surgió un documento elaborado por los psicólogos Nathalia Contreras y Rodrigo Gonzáles.
La evaluación sugiere que pese a su concurrencia a misa todos los domingos, sus meditaciones y sus reuniones con familia y amistades, el condenado requiere aumentar “su juicio crítico frente a su actuar”, dado que hasta ahora su comportamiento ha sido insuficiente.
“No logra un reconocimiento de los delitos de acuerdo a la verdad jurídica establecida en sentencia condenatoria, desplegando un discurso en el cual establece aceptación de los hechos que lo condenaron, no obstante, justifica sus conductas minimizando su intencionalidad, y atribuyendo factores externos facilitadores de la ocurrencia de los hechos, aludiendo elementos tanto personales como contexto social en los cuales se registran los ilícitos, manifestando actitudes tendiente a la racionalización y desplazamientos de responsabilidades”, se señala en el escrito de ocho carillas al que tuvo acceso La Tercera PM.
El plan de intervención para López fijó distintos niveles. El primer año, se estableció que el objetivo es que logre establecer límites en el ámbito laboral y que gestione prosocialmente factores estresadores y/o de riesgo. En pos de ello, deberá emprender acciones para la comprensión del “acoso laboral y sexual en el trabajo mediante psicoeducación”, y también identificar y modificar pautas “de conductas desajustadas o disfuncionales”.
“Al explorar la interacción y la dinámica relacional con las víctimas, se observan indicadores de un ciclo abusivo interrumpido por las afectadas, lo cual, se puede extrapolar a un patrón relacional a rectificar mediante una intervención especializada en esta materia, consistente en; establecer contextos difusos con las víctimas para la seducción, en tanto, se instaura un escenario donde se mezcla el ámbito laboral-formal y social-relacional”, sostiene el documento.
También el primer año, se estableció que el abusador deberá demostrar adherencia a los tratamientos psicológicos y farmacológicos que lleva. Y a la vez, generar adherencia a intervenciones que le permitan “propender al cambio”. El segundo año, los objetivos serán modificar pautas de vinculación y creencias asociadas al establecimiento de relaciones de pareja, junto con modificar distorsiones cognitivas que sustentaron la comisión del ilícito.
El tercer año, en tanto, tendrá que desarrollar un estilo de vida prosocial, por lo que será derivado al Servicio Médico legal para evaluación sobre tratamientos por consumo de alcohol y personalidad.
De acuerdo con lo establecido por los evaluadores, Nicolás López presenta indicadores de personalidad que requieren monitoreo: demuestra desinterés por los sentimientos de los demás, dificultad para experimentar culpa o vergüenza frente a los comportamientos desadaptativos, deficiente manejo de la ira y personalidad intimidamente/controladora, grandilocuente y encanto superficial, así como la presencia de rasgos narcisistas.
El documento fijó como fecha de término la primera condena el 15 de febrero de 2026, y para la segunda, el 16 de febrero de 2029.
