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Luis Vera: «El cine chileno aún debe hablar sobre el golpe y la dictadura»

Para el 26 de abril está programado el estreno en salas de »Fiesta patria», la nueva película de Luis Vera. Cinta retrata la historia reciente de nuestro país vista desde la actualidad, una faceta que el director extraña como temática en la actual producción cinematográfica nacional y que para nada, dice, es un tema que esté sobreexplotado.


Luis Vera: director de «Fiesta patria», primer estreno del cine nacional de 2007.

A partir del estreno de películas como "El Chacotero sentimental" y "Sexo con amor", a finales de los ’90, Chile pareció tener un vuelco temático en la cinematografía local. La comedia se apoderaba de la pantalla grande, mientras que los dramas y los thrillers, como "Mujeres infieles", hacían lo propio desde la otra vereda.



Sin embargo, el director chileno Luis Vera ("Bastardos en el paraíso"), tiene una opinión diferente, y ve con preocupación que se obvien las temáticas históricas de Chile, como las consecuencias del golpe militar de 1973, en la actual producción cinematográfica.



"Cuando los cineastas consideran que hubo una reiteración temática en relación a la dictadura, me parece que son equívocos, que no tienen asidero en la realidad", señala el director en entrevista con El Mostrador.cl



-A su juicio, ¿por qué el cine chileno debe seguir mirando esa temática con interés?
-Si hacemos un recuento a nivel de memoria sobre cuáles son las películas del cine chileno que han abordado el tema del golpe y las consecuencias de la dictadura, nos quedamos cortos con los dedos de la mano. Y eso es muy poco en relación a la gran cantidad de películas relacionadas a otras temáticas que se han hecho en Chile.



-En ese sentido, ¿qué tan conectada está "Fiesta patria", su nuevo estreno, con el golpe militar y sus consecuencias?
-Es una historia que cuenta el Chile de hoy. Su gran mérito es poder recorrer dos o tres decenios de la historia del país, pero vistos desde la actualidad. Esta es una película de hoy, instalada en la actualidad y a partir de los hechos que ocurren en esta época, los personajes se cruzan con sus vidas en el pasado. Es una gran metáfora sobre el estado social y moral del Chile de hoy y es un testimonio provocador de una época que abarca varios años y que, sin duda, tiene una raíz en la historia reciente del país.



-¿No le pone en una situación aislada su juicio sobre esta falta de testimonio cinematográfico sobre el golpe militar, considerando que la discusión cinéfila en Chile durante los ’90 era sacarse esa temática de encima, para dar mayor diversidad a la producción de películas locales?
-Hay distintas generaciones de cineastas chilenos y, a fin de cuentas, no somos muchos. Yo soy dirigente de la Asociación de directores y guionistas de Chile y cada vez que nos reunimos no superamos las 10 o 15 personas, de los entre 40 y 50 que figuramos inscritos en esta organización. Entonces, es fácil darse cuenta que somos un grupúsculo que parece ser mucho más grande, pero que no lo es. Dentro de ese grupo se están dando diversas tendencias y temáticas, a pesar de ser un grupo reducido de creadores, que me parece impactante y que es muy bueno que ocurra.



Entonces, no hace una crítica a la ausencia de una temática social y política arraigada en la historia reciente del país, sino que critica la ausencia de este tema, visto de diversos puntos de vista, dentro de esta diversidad que menciona…
-Lo que me parece mal que ocurra es que gran parte de las tendencias, sean temáticas que le dan la espalda a la historia y la tiran por la borda, preocupándose por su propia historia personal, por su propia apuesta, dentro de un sistema económico que apuesta por el éxito en cualquier empresa que se lleve adelante.



-¿Esa situación le molesta?<br
-Lo único que consigue ese punto de vista es que el cine chileno se transforme en un apuesta de negocios, alejando al cine del peso cultural que ha forjado durante años de trabajo.



El nuevo destape de Marcel Osorio



Uno de los roles más recordados de la actriz Marcela Osorio en la pantalla grande fue "Sussy" (1989). Una película, que en plena transición democrática en Chile, hizo arder a los chilenos con este sensual personaje femenino, que transformó a la actriz en un verdadero símbolo sexual que ha persistido a pesar del paso de los años y la diversificación de roles que ha tenido que asumir mayoritariamente en televisión.



Sin embargo, esa reivindicación temática, aún no había llegado en el cine, para permitir ver a Marcela Osorio en otro rol, lejos de la chica sensual y atrevida que encarnó a fines de los 80. Una reivindicación que según Luis Vera, llegará a partir del 26 a abril, cuando con cerca de 15 copias, "Fiesta patria" llegue a las salas locales.



"Esta es la primera vez que ella (Marcela Osorio) aborda un rol dramático de este peso y envergadura, y que además termina con esta estigmatización de bomba sexy para convertirse en una actriz capaz de interpretar papeles de gran madurez", asegura Luis Vera.



-¿Cuáles son las características sicológicas del personaje que interpreta Marcela Osorio?
-Su personaje se llama Isabel. Es una madre, profesional, que estudió bibliotecología, que fue militante de una causa progresista. Luego del golpe militar es separada de su familia, su pareja la abandona, luego queda embarazada en circunstancias muy extrañas y más adelante, su propia hija será la encargada de revivir ese pasado, tras conminarla para que revele el origen de su nacimiento.



-¿Era necesario dar esta oportunidad a la carrera de Marcela Osorio?
-Creo que Marcela era capaz de hacer mucho más en el cine, de lo que ha hecho hasta ahora y porque su talento va mucho más allá de la explotación de elementos que tienen que ver con su físico y de cierto carisma para determinados personajes, y esta apuesta diferente en cuanto al rol en "Fiesta patria", me tiene muy contesto por Marcela porque creo que está a la altura de lo que el personaje requería.



El "Mamo" Contreras al cine


Manuel Contreras, el «Mamo», inspira el nuevo film de Luis Vera.

Tras el estreno en abril de "Fiesta patria", Luis Vera comenzará a gestionar su participación en los festivales de cine de Cannes y San Sebastián, este último donde participó con este mismo filme en septiembre de 2006, en la categoría cine inconcluso.



Paralelamente, el director trabajará dos nuevos proyectos cinematográficos que pretende llevar a la pantalla durante 2008. Se trata de "Chilito", la historia de un niño cuyo padre, un pescador, le hereda su casa y su bote. No obstante, las deudas que deja el difunto pondrán al adolescente en una difícil situación, defender sus bienes en un sentido romántico o responder a un sistema injusto e insensible. "Esta película es una crítica al sistema económico y social imperante", agrega.



Sin embargo, los ojos de la crítica, sin duda, se interesarán más en su segundo proyecto, titulado "La vía chilena", un relato donde un periodista, que interpretará Patricio Contreras (La Frontera), será el encargado de entrevistar por largo tiempo a uno de los hombres más peligrosos de Chile y responsable de los asesinatos más recordados de la historia reciente del país: Manuel Contreras. Esta película aborda el asesinato del general Schneider, el asesinato del general Prat, el de Orlando Letelier, el asesinato de Eduardo Frei, Tucapel Jiménez y el periodista José Carrasco.



-Entonces su otro personaje, aparte del periodista que interpretará Patricio Contreras, está inspirado en Manuel Contreras…
-Evidentemente, aunque en la película tiene otro nombre, aunque cada espectador podrá sacar sus propias conclusiones acerca del personaje. Por otra parte, por primera vez se abordará en un thriller de intenso carácter psicológico, la relación de este periodista con este general en retiro.



-¿Cuál es la intencionalidad de llevar esta historia al cine?
-Empiezo a cruzar la historia y a enlazar hasta ahora lo que no se ha hecho y que parecen como hechos diversos, porque hasta el momento no hay crónica escrita o audiovisual sobre la relación que existe entre estos crímenes convocada no solo por los departamentos de inteligencia locales, sino también la CIA en el caso chileno, más los servios de inteligencia españoles de Franco, que apoyaron secretamente las dictaduras Latinoamericanas.



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