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Artistas, políticos y melómanos ensalzan carácter popular de Pavarotti

Tenor italiano dejó escrito en su página web su deseo de ser recordado »como cantante de ópera, es decir, como representante de una forma de arte que ha logrado su máxima expresión en mi país».


Compañeros de profesión, personalidades de la cultura, estadistas como Bush y Putin y admiradores de todo el mundo han coincidido en afirmar el buen humor, el entusiasmo y la cercanía de Luciano Pavarotti, el tenor que popularizó la ópera y cuya muerte en su Módena natal a los 71 años, aunque esperada, no ha dejado de ser dolorosa.



Pavarotti dejó escrito en su página web su deseo de ser recordado «como cantante de ópera, es decir, como representante de una forma de arte que ha logra su máxima expresión en mi país», porque, «una vida en la música es una vida maravillosamente empleada».



«Me decía que a las personas fuertes nunca nadie nos llevaría», expresó la soprano española Montserrat Caballé, quien añadió que «nos enseñó a quienes le conocimos a ser solidarios».



La mezzosoprano Teresa Berganza, también «muy afectada» por la muerte del tenor, amiga personal desde hace cuarenta años, destacó que «era amable, tierno, divertido, cariñoso y muy entrañable».



El tenor español José Carreras, en declaraciones del diario sueco «Expressen», recordó que Pavaroti demostró ser «un hombre extraordinario, una personalidad carismática, muy buen amigo y gran jugador de póquer».



Carreras compartió junto con Pavarotti el proyecto de «Los tres tenores», que acercó las arias más famosas de la ópera al gran público y cuya formación completaba Plácido Domingo, quien reconoció que amó «su maravilloso sentido del humor».



«Nos olvidábamos de que estábamos dando un concierto ante una audiencia que había pagado, por lo mucho que lo disfrutábamos nosotros mismos», señaló Domingo.



El director musical del Teatro Real de Madrid, Jesús López Cobos, quien le escuchó por primera vez en Viena, en su época de estudiante, cuando el tenor grababa el «Réquiem» de Verdi, afirmó que «desde el principio, todos tuvimos la sensación de que había llegado una voz excepcional al mundo de la ópera».



Una voz que fue definida como «una fuerza de la naturaleza» según el maestro Roberto Minczuk, director artístico de la Orquesta Sinfónica Brasileña, y que iba acompañada de una personalidad abierta a la que, en palabras de Juan Cambreleng, gerente del Teatro Real entre 1997 y 2001 «le gustaba muchísimo cocinar pasta para los amigos», aunque con los años, «la fama le aisló un poco de ciertas relaciones».



Pavarotti saltó a la fama internacional junto a la soprano australiana Joan Sutherland, quien aseguró a la BBC que «la calidad del sonido era tan diferente (que) sabías que inmediatamente era Luciano el que estaba cantando».



Desde Perú, el tenor Juan Diego Flórez, al que Pavarotti nombró personalmente su sucesor, explicó que recibió ese testigo «con mucho orgullo pero también como una gran responsabilidad que hoy me es mayor».



Para Ioan Holedner, director de la Ópera Estatal de Viena, la muerte de Pavarotti supone «la pérdida de la voz de tenor más bella de mi época, y además, de una persona que dio mucho a través de su arte e influyó de forma extraordinaria en los seres humanos».



Otro de los grandes proyectos de acercamiento al gran público fue «Pavarotti & Friends», y Elton John, con el que cantó a dúo en 1996, definió el día de hoy como «triste para la música y para el mundo», mientras Laura Pausini, que también compartió micrófono con Pavarotti, recordó que conocer a Luciano fue el mejor regalo que podía recibir en su vida profesional.



En su país, su público «animaba» a través de internet al «Big Luciano» a «alegrar ahora a los coros celestiales», mientras que el presidente del Gobierno, Romano Prodi, en un telegrama de pésame, le agradeció «haber llevado por el mundo la imagen artística más auténtica del país».



Otras figuras de la política internacional hicieron extensible esa labor de difusión de culturas a territorios más amplios y, así, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, definió al tenor como una figura que «contribuyó a difundir la cultura europea entre el público de todo el mundo».



El presidente de EEUU, George W. Bush, calificó a Pavarotti como «uno de los cantantes de ópera más logrados y aclamados de todos los tiempos».



«Desde el canto junto a su padre en el coro de una pequeña iglesia cerca de Módena a la presentación en estadios repletos de público en Estados Unidos y todo el mundo, Pavarotti deleitó a las audiencias con su afinación perfecta y sus interpretaciones carismáticas», señaló el mandatario en una declaración difundida por la Casa Blanca.



Por su parte, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, que se encuentra en visita oficial a Indonesia, indicó que la muerte del tenor «no es sólo una gran pérdida para Italia sino para toda la cultura mundial».



También quiso expresar su pésame el primer ministro británico, Gordon Brown, que atribuyó a Pavarotti el logró de que «mucha gente disfrutara de la ópera», un género del que era «quizás el mejor de su generación».



En un comunicado, el presidente del Gobierno francés, Nicolas Sarkozy, subrayó la capacidad de Pavarotti para lanzar «puentes» que llevaran hacia la música clásica, lo que le convirtió en «el tenor más popular desde Caruso» y en el responsable de iniciar al público «en el placer del gran repertorio».



Los melómanos chinos expresaron su reconocimiento a Pavarotti por haber apoyado con su voz la candidatura de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.



Zhang Xian, editora en jefe de la revista «Música del Pueblo» y principal publicación musical en China, resumió a Efe que «su voz de oro durante todos estos años nos ha dejado un recuerdo maravilloso. Era una bandera en su ámbito, la cumbre de la música en Italia. Ha dejado una gran herencia para el ser humano».



Llenó estadios y combinó ritmos en Pavarotti & Friends



Pavarotti llenó estadios de todo el mundo y creó en 1992 un festival que, con el paso de los años, se han convertido en un clásico, el "Pavarotti & Friends», en el que se conjuga la lírica con géneros más «populares» como el pop, el jazz y el rock.



El primer «Pavarotti&Friends» se celebró en Módena y en el mismo participaron destacados cantantes. Pavarotti sorprendió con su primer dúo musical con el cantante italiano de rock Zucchero, con quien cantó el famoso «Miserere».



Desde ese momento el Big Luciano comenzó a llamar a todos los amigos que tenía en el mundo para cantar juntos, con lo que se asentó el «Pavarotti & Friends».



A partir de esos duetos con reconocidos cantantes, surgieron varios proyectos para ayudar a los niños de todo el mundo, en especial a los que viven en países en guerra.



La lista de artistas que cantó a dúo con Pavarotti es muy extensa, desde Sting, Bryan Adams, Mike Oldfield, Bono de U2, Eric Clapton, Michael Jackson y Lou Reed, hasta Elton John.



Durante 12 años, «Pavarotti & Friends» se convirtió en un evento musical mundial en el que también participaron jóvenes cantantes como Gloria Stefan, Ricky Martin, Enrique Iglesias y Anastacia.



A lo largo de su larga carrera como tenor, Pavarotti llenó los estadios de todo el mundo y ofreció incontables conciertos, entre los que cabe destacar el que tuvo lugar el 4 de julio de 1986 en la sala de la Asamblea del Pueblo de China ante 8.000 espectadores, donde ningún artista extranjero había sido tan bien acogido.



El primer concierto de «Los tres tenores», dirigido por Zubin Metha, tuvo lugar el 7 de julio de 1990 en las históricas Termas de Caracalla de Roma, con motivo de la final del Mundial de Fútbol. El disco que surgió a partir del mismo ocupó los primeros puestos de las listas de éxitos de todo el mundo.



En julio de 1991, Pavarotti ofreció un concierto en el Hyde Park de Londres ante unas 200.000 personas para celebrar sus treinta años en el mundo de la música. Cerca de 500.000 espectadores siguieron el concierto por televisión.



Central Park, de Nueva York, recibió a cerca de 250 mil, que se concentraron en junio de 1993 para admirar al tenor.



Pavarotti, Plácido Domingo y José Carreras, volvieron a reunirse para el Mundial de Fútbol de Estados Unidos en 1994 y el Estadio «Dodger» de Los Ángeles fue el escenario desde el que los Tres Tenores homenajearon a Frank Sinatra y a Gene Kelly además de interpretar romances y canciones napolitanas.



En 2004, Pavarotti se despidió del Teatro Metropolitano de Nueva York, templo de la lírica estadounidense en el que debutó en 1969, con un concierto en el que interpretó «Tosca», ópera en tres actos, con música de Giacomo Puccini y libreto de Luigi Illica y Giuseppe Giacosa.



En abril de 2004 más de 4.000 personas ovacionaron al tenor en el «International Forum» de Tokio.



La última actuación pública de Pavarotti tuvo lugar el 10 de febrero de 2006, con motivo de la inauguración de los Juegos Olímpicos de invierno en Turín, en el norte de Italia.



En esta ocasión el tenor eligió «Nessun Dorma» («Que nadie duerma»), el aria final de «Turandot», la ópera inacabada de Puccini.



EFE / El Mostrador.cl



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