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Academia de la Lengua lanza diccionario sobre uso actual del español en Chile

El diccionario está concebido principalmente como una herramienta de consulta para comprender textos escritos y orales del español de Chile, como la prensa o las obras literarias, históricas y científicas fundamentales de la cultura del país.


¿Qué significa «pichiruche»? ¿Qué quiere decir «pegarse el alcachofazo»? Las respuestas («enclenque» y «caer en la cuenta») figuran en el Diccionario del uso del español de Chile, presentado este jueves en la capital.

El diccionario, elaborado por la Academia Chilena de la Lengua y lanzado en un acto celebrado en la Biblioteca Nacional, contiene cerca de 9.500 citas textuales provenientes de la prensa, la literatura y los medios electrónicos nacionales.

«No es un diccionario de chilenismos», precisó el director de la Academia Chilena de la Lengua Española, Alfredo Matus, quien explica que «con la globalización, la posmodernidad y todos los medios de comunicación, cada día es más difícil pensar en un léxico que sea exclusivo de un territorio».

«Pero sí se trata de un léxico usado en Chile, es un diccionario absolutamente sincrónico, actual, con uso vigente y estabilizado en Chile. Se trata de voces que no pertenecen al léxico general panhispánico de la lengua española», aclara.

En 1978, la Academia Chilena de la Lengua publicó el Diccionario del habla chilena, que se agotó rápidamente. Desde entonces, la institución ha ido recibiendo numerosas demandas para publicar una nueva edición.

Pero como la obra de 1978 constituía un reflejo de la lexicografía de hace más de seis lustros, la Academia no ha querido hacer una reedición sino proyectar un diccionario de concepción y alcances completamente diferentes.

Se trata de un diccionario actual en el que no tienen cabida voces del pasado, señala su director.

«Éste no es un diccionario histórico sino sincrónico, un diccionario del día de hoy que describe el uso real sin hacer ninguna valoración sobre el mismo», señala.

Es, además, una obra «descriptiva, no normativa», puntualiza Matus.

Al ser un diccionario de uso no hace valoraciones prescriptivas acerca del léxico (del tipo «esta palabra está mal usada»), puesto que su cometido es reflejar el uso corriente, socialmente estabilizado, de las unidades léxicas en el español de Chile.

«Aquí no se pretende dar normas sobre el buen hablar», indica Matus.

«Para eso tenemos otros mecanismos y proyectos», como las notas idiomáticas que la Academia publica tres veces al año, el servicio de consultas idiomáticas y la conexión con la corresponsalía en Chile de la Fundación del Español Urgente (Fundéu).

Para realizar la obra, los académicos examinaron, sobre todo, textos de prensa publicados tanto en papel como en formato digital.

También trabajaron con obras representativas de la literatura chilena (narrativa, teatro y poesía), guiones cinematográficos, discursos radiales, televisivos y una apreciable cantidad de textos procedentes de medios electrónicos, tales como blogs y foros.

El director de la Academia Chilena de la Lengua Española explica que Chile tiene un léxico diferencial que en ocasiones comparte con sus vecinos (Argentina, Bolivia, Perú), pero también con Colombia, Puerto Rico, las Antillas, México y Centroamérica.

El diccionario está concebido principalmente como una herramienta de consulta para comprender textos escritos y orales del español de Chile, como la prensa o las obras literarias, históricas y científicas fundamentales de la cultura del país.

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