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«El Secuestro, Manual de Gestión de Crisis»: un libro para comprender la dinámica de un plagio

La obra está basada en la experiencia de su propio autor, el doctor en Economía Carlos Ramos, quien debió pasar por la difícil experiencia de negociar en Honduras con los delincuentes que secuestraron a un familiar. Al respecto sostiene que una situación de este tipo «se produce en un marco de sorpresa donde probablemente en la mayoría de los casos los secuestrados nunca pensaron que pudiesen ser víctimas, por lo que no estaban preparados para reaccionar ni tomaron las precauciones necesarias para evitarlo o disminuir los daños”.


Comprender la dinámica que gira en torno al secuestro de una persona con el fin de encender una luz de alerta, y un cambio de actitud que permita prevenir este flagelo que aún no es muy común en Chile, pero que ha llegado a transformarse en un delito cotidiano en países de Centroamérica, es el objetivo del libro «El Secuestro, Manual de Gestión de Crisis», del doctor en Economía Carlos Ramos.

El libro fue presentado hace pocos días en una actividad que tuvo lugar en el Instituto Cultural de Providencia y que contó con la presencia del ministro de Justicia, Teodoro Ribera, y de los embajadores de México y Colombia, Mario Leal y Santiago Figueroa, respectivamente.

La obra está basada en la experiencia de su propio autor, quien debió pasar por la difícil experiencia de negociar en Honduras con los delincuentes que plagiaron a un miembro de la familia de su esposa.

“La posibilidad de ser afectado directamente por un secuestro o el de una persona cercana es una experiencia dolorosa, desgarradora y dejará profundas secuelas en las víctimas directas y sus familias. Afecta a toda la familia del afectado y alcanza a sus amigos y compañeros de trabajo, trastorna su modo de vida y deteriora su relación y empatía con la comunidad, y en múltiples casos causa daños irreparables físicos o sicológicos o directamente la muerte del secuestrado”, sostiene Ramos en un resumen de la obra editada por la Fundación Universitaria Centroamericana.

Indicó que frente a un secuestro “se produce en un marco de sorpresa donde probablemente en la mayoría de los casos los secuestrados nunca pensaron que pudiesen ser víctimas, por lo que no estaban preparados para reaccionar ni tomaron las precauciones necesarias para evitarlo o disminuir los daños”.

Finalmente, sostuvo que “la experiencia de formar parte de un equipo que negoció la liberación de un cercano familiar me permitió conocer muy de cerca las fases y procesos por las cuales se pasa; sé cuáles son los esfuerzos desplegados – escuchar la forma de hablar de los secuestradores, estudiar su caracterización, sus técnicas de amedrentamiento y, por sus efectos, su organización–, y conozco las tensiones y relaciones que durante ese difícil proceso se experimentan”.

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