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«La Comunidad»: la débil frontera entre la obra documental y el lavado de imagen El documental, de 67 minutos, hace un seguimiento de la vida de los miembros desde 2007 hasta 2010

«La Comunidad»: la débil frontera entre la obra documental y el lavado de imagen

Héctor Cossio López
Por : Héctor Cossio López Editor General de El Mostrador
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La cinta de Isabel Miquel muestra a la comunidad liderada por la argentina Paola Olcese como un agrupación carismática que ha sido víctima de todo tipo de prejuicios por su opción de vivir una vida de recogimiento. El documental, sin embargo, por coincidencia o no, es exhibido en la principal vitrina del cine nacional en un momento en que la polémica ha vuelto a concentrar la atención sobre ellos. Hoy, hay padres que reclaman manipulación de conciencia de sus hijos, se conoce la expulsión de una miembro de la agrupación quien murió dos meses después de ser echada y nuevos informes psicológicos que reiteran la demencia de la líder religiosa.


La Comunidad – Trailer subtitulado from Errante on Vimeo.

Sobre la Secta de Pirque, o la comunidad carismática dirigida por la argentina Paola Olcese, se han escrito cientos de historias. La muerte de la profesora de danza Jocelyn Rivas, de una anemia aguda en el 2007, abrió una puerta desconocida hacia un grupo de personas que había tomado la decisión de refugiarse en las montañas para vivir de la oración y del autosustento. Esa puerta, tras la muerte, fue atravesada por fiscales, policías y periodistas en busca de indicios de delito, unos y otros, en busca de los secretos de esta comunidad que tuvo sus orígenes en los años 60 cuando uno de sus  líderes, Roberto Stack, creó la Iglesia del Amor, una experimentación mesiánica, no muy distinta a la de otras sectas que florecieron en el mundo y que presagiaban el fin de los tiempos.

Isabel Miquel, la documentalista que participa con La Comunidad del Sanfic 9, fue – según ella misma reconoce- una de las personas que se impactó con la noticia, pero su impacto fue distinto. Partió de la base de una sensación: que esta gente estaba siendo encasillada y  que, en rigor, lo que hubo aquí fue una sobrerreacción periodística que dejaba en evidencia una especie de miedo inconsciente de la sociedad hacia lo distinto.

“Me llamaba la atención que se les tratara de secta a ultranza. Y me nació la idea de acercarme a ellos y conocer esto más de cerca. Es una aproximación con el deseo de entender desde una mirada más comprometida”, cuenta la realizadora.

Ese compromiso, que admite Miquel, la llevó a plasmar en el documental, a lo largo de tres años de grabación, la tesis original que inspiró desde un principio su realización. Esto es: mostrar a la comunidad no como una secta, sino como la opción de vida de una serie de personas que abandonaron la comodidad de sus hogares para establecerse en la montaña junto a sus hijos y vivir una vida de anacoretas.

Experiencias sectarias de tipo religioso mesiánico ha habido muchas en la historia de Chile. Según los cálculos actuales existirían cerca de 80 agrupaciones de esta índole, calificadas de riesgosas, por el nivel de dominación e influencia que ejerce el líder espiritual, quien se define en la mayoría de los casos, como el vínculo directo de Dios en la tierra.

[cita]“Mi trabajo es lo que está plasmado ahí. Yo nunca vi nada extraño. Francisca estaba ahí, siempre la vi como la muestro en las imágenes. Entonces lo que te puedo decir es que es gente que ha tomado una opción de vida muy dedicada al recogimiento, a la meditación,  a la vida sencilla”[/cita]

El registro de grabación de Miquel dio como resultado un documental que omite en todo momento el grado sectario de la comunidad. No hace referencia a la influencia carismática que ejerce Paola Olcese sobre los demás miembros y tampoco se hace cargo de aquellos sucesos que han marcado últimamente el polémico devenir de esta comunidad religiosa. Vale decir, la muerte de Francisca López, otra de sus integrantes, quien fue filmada feliz en el lugar, pero que hoy su madre acusa manipulación de conciencia y abandono, tras ser expulsada de la secta por un cuadro de bipolaridad. López falleció dos meses después de salir de la secta por peritonitis.

“Mi trabajo es lo que está plasmado ahí. Yo nunca vi nada extraño. Francisca estaba ahí, siempre la vi como la muestro en las imágenes. Entonces lo que te puedo decir es que es gente que ha tomado una opción de vida muy dedicada al recogimiento, a la meditación,  a la vida sencilla”, explica la directora.

El registro de Miquel abarca sólo el proceso judicial por el caso de Jocelyn Rivas, que terminó con la sentencia condenatoria de varios de sus integrantes y el sobreseimiento de la líder por demencia. Se le diagnosticó “delirio mesiánico místico”, un trastorno psicótico, propio de algunos casos de esquizofrenia.

“A Paola Olcese se le diagnostica delirio místico mesiánico y por ello es sobreseída, es un peritaje siquiátrico, es lo que dice la ciencia. Mi impresión es que ella es una persona bastante espiritual -y te puedo hablar de lo que yo observé-, que medita mucho, que está en permanente recogimiento y además es bastante escuchada por la comunidad”, cuenta la cineasta.

Si bien la periodista de la Universidad Católica explica que su trabajo es el registro de un espacio de tiempo determinado, la tesis que hoy se comparte en el documental es totalmente explícita en su intento por derribar prejuicios que existen en contra de la comunidad. Es así que se muestra a sus integrantes con altos valores cristianos, a los hombres trabajando en la tierra, haciendo pan, felices y en armonía con la naturaleza.

Sin embargo, sea por coincidencia o no, la exhibición de este documental en el festival de cine más importante de Santiago, el Sanfic,  llega justo en un momento en que la comunidad ha sido nuevamente cuestionada, tanto por el Estado a  través del Sename, y por familiares de personas que pasaron por el lugar.

En noviembre del año pasado, estando en Junta Valeriano -uno de los sitios que escogió la comunidad para mantenerse fuera del asedio de la prensa-, dos de los cuatro hijos de Olcese resultaron con graves quemaduras tras incendiarse la choza donde dormían en la cordillera.

“Hubo un juicio sobre ese tema en el tribunal de San Antonio y fue sobreseído.  Se comprobó que ellos hicieron lo necesario para prestar los primeros auxilios y el tribunal resolvió que no tenía jurisdicción para juzgar un estilo de vida”, dice Miquel, sin dar cuenta de que los menores estuvieron sin atención médica durante 14 horas después del siniestro y pese a reconocer que existe un nuevo informe psiquiátrico que describe a la líder de la comunidad como un peligro para sus propios hijos.

“Yo estoy tranquila con mi documental porque llego hasta un punto, en donde después la vida sigue, y no me puedo hacer cargo de eso”, recalca.

«La Comunidad», el documental de 67 minutos, deja un sabor extraño. Congela un momento de  la historia de esta agrupación para transmitir una experiencia casi idílicamente religiosa, quedando fuera del registro fílmico la muerte de otra joven, contiendas judiciales por la tuición de niños nacidos al interior de la comunidad y recriminaciones por manipulación de conciencia, etcétera.

 ¿Hasta qué punto Isabel este documental no es un lavado de imagen?

No fue mi interés. Yo muestro lo que sentí, que tiene que ver con los ritmos distintos de vida, con la posibilidad de una vida más conectada con la naturaleza, con ciertos valores que están un poco olvidados en esta sociedad.

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